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Después de otra cacería nocturna a la afueras de Gusu, liderada en esa ocasión por Wei WuXian, los jóvenes se disponían a regresar a casa, debido a que el núcleo de Mo XuanYu aún era demasiado débil para soportar su peso en una espada, los juniors competían por llevar a su maestro consigo, de ese modo le demostraban que su cultivo ya era lo suficientemente fuerte como para volar con dos personas y al mismo tiempo estrechaban lazos con el. De algún modo ya se habían convertido en una especie de familia, y no era de extrañarse, todos ellos eran personas rotas con quiénes la vida había Sido muy cruel, se necesitaban los unos a los otros, como las nubes al cielo y la luna a sus estrellas.

Pese a que a Lan WangJi le gustaba viajar con él, sentir el calor de su cercanía y las manos que lo envolvían con timidez cuando se hallaba muy asustado por caer pero era demasiado terco y orgulloso para admitirlo; sabía que Wei WuXian no le pertenecía y sólo podía agradecer  que esté ultimo decidiera pasar la vida junto a él.

Dado que la espesura del bosque les dificultaba levantar el vuelo, se dirigieron a un espacio abierto, donde las copas de los árboles no les impidieran despegar.

Cuando Wei WuXian ya había hecho el recuento de sus estudiantes, una repentina y muy densa niebla se empezó a abrir paso a través de las caprichosas formas de las raíces de los árboles.

Estaba alerta, pero decidió analizar primero la situación antes de cometer alguna acción precipitada, que causara más daño que bien, de reojo pudo ver como Wei WuXian, en un rápido movimiento, dirigió su mano derecha a su cintura, donde llevaba, a la vez, su flauta y su espada.

—¿Wei-Qianbei? — Una vocecita llamó, cuando la niebla comenzaba a levantarse y les llegaba a la altura de las rodillas.

De pronto, un objeto se abrió paso rodando a través de la bruma, no se detuvo hasta chocar con una de las botas de Wei WuXian, Lan WangJi pudo percatarse como el otro se tensaba, trató de acercarse para ver de qué se trataba, claro, sin bajar la guardia en ningún momento, para no dejar desprotegidos a sus jóvenes.

Era una especie de vasija, pequeña, le recordó a una jarra de vino, parecida a las que tenía resguardadas bajo las tablas del suelo en su habitación, aunque diferente, el diseño no coincidía con las que el conocía, no podía precisar su procedencia, pues estaba cubierta por una gruesa capa de tierra y mugre. El recipiente se encontraba vacío, su sello estaba roto y las inscripciones parecían borradas por el paso del tiempo.

En el momento en que trató de descifrar qué era lo que decían las letras que aún se alcanzaban a  ver, pequeños resplandores titilantes aparecieron, como si fueran estrellas fugaces, solo que estas no caían, sino que los rodeaban.

Wei WuXian entonces soltó una maldición y salió corriendo.

El sonido tintineante de cadenas arrastrándose le heló los huesos, Lan WangJi no sabía si quedarse a proteger a sus estudiantes o salir tras la persona que acababa de recuperar, Wei WuXian sabía cuidarse solo, confiaba en que estaría bien, solo esperaba no tener que volver a vivir con el arrepentimiento nuevamente.

Las extrañas luces seguían aproximándose a ellos a medida que la niebla espesaba, rodeándolos, pero sin llegar a tocarlos, el ruido de cadenas también se hacía más fuerte cada vez.

La figura de un individuo que se acercaba, apareció, no podía distinguir su cara, pero, a juzgar por la situación, tenía algo que ver con Wei WuXian y Lan WangJi se aseguraría de que ese hombre no pasara.

Cuando ya se hallaba a una distancia de 3 zhang (1), el extraño levantó el brazo derecho y un halo de resplandeciente luz rojiza, salió disparado hacia el bosque, hacia Wei WuXian.
Lan WangJi ni siquiera tuvo tiempo de frenarlo, pasó tan rápido que apenas pudo verlo y sentir como la velocidad de ese destello hizo ondear su cabello.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2023 ⏰

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