Capítulo 1

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"El primer error, te costará muy caro."

La habitación seguía oscura, y no porque aún fuera de noche. Realmente allá afuera había un resplandeciente sol, tratando de entrar por la ventana; pero las cortinas negras hacían que eso fuese imposible.


Y a pesar de eso, Jungkook no fué salvado de ser despertado.

Su alarma sonó.

Odiaba despertar, odiaba lo mismo de siempre, odiaba la rutina y lo cotidiano.

Se quejó, dió un par de vueltas en la cama y se restregó el rostro con frustración. Pero finalmente se levantó. Apagó esa irritante alarma y fué directo al baño.

Hizo lo de siempre; tomó una ducha, se vistió, desayunó, arregló sus cosas y se lavó los dientes. Para después, salir, dejando su casa impecable. Porque si, era un desorden de persona, pero no lo podía ser su departamento también. Se lo tenía estrictamente prohibido.


Entró al elevador y apretó el botón del primer piso.

Hasta ahí, su rutina iba bien, y seguiría bien, sino fuera por la culpa de ese chico que detuvo el elevador, metiendo su mano cuando las puertas estaban por cerrar.

El chico era nuevo en el edificio; lo sabía porque no había persona ahí, que no haya pasado por sus lujuriosas manos. Pero en cuanto a su físico, era un poco más bajo que él, rubio, y seguramente más delgado, aunque llevaba puesta una sudadera olgada. Piel blanca, pantalones apretados, ojos café claro, labios gruesos y lindo trasero, una combinación muy perfecta para su bien.

Se le notaba apresurado, creo que se encontraba demaciado apurado como para notar que Jeon se encontraba ahí dentro.

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Tantos cambios estaban mareando a Park Jimin.

Cambio de universidad, cambio de hogar, cambio de vida.

Y llegar tarde quería convertirse en uno de esos nuevos hábitos. Pero claro que Jimin no lo permitiría.

Corrió tan rápido como pudo, e incluso, detuvo el elevador que estaba por irse, cuando en otra ocasión hubiese dejado que simplemente bajara.

Pero no.

Detuvo ese elevador y se enfrentó al cambio más radical de su vida.

*Flashback*

Jimin detuvo aquel elevador. Las puertas se abrieron nuevamente y él entró de prisa.

De hecho, tan de prisa, que frenó de golpe y quedó sorprendido al ver a un guapo hombre ahí dentro. Su café terminó derramado sobre la camisa blanca del chico.

—Dios mío, lo siento tanto —se acercó e intentó sacar la mancha con una servilleta. —Dejame..

—Alejate — Retrocedió con desagrado, mirando la enorme mancha de café en su carísima tela.

—No, yo.. Disculpame

— Disculpate por existir niño, es increíble que hayas hecho esto ¿tus manos son de mantequilla?

—No, es que yo..

—Ahórrate tus explicaciones, es evidente que es envidia.

—¿De que hablas? — Preguntó ceñudo.

—Me envidias —respondió con tanta simpleza y normalidad, que las orejas de Jimin se tornaron rojas, del enojo.

—También es evidente tu grandísimo problema de narcisismo.

—¿Qué?

En su joven vida, alguien se había atrevido a hablarle de tal forma al irresistible de Jeon Jungkook.
Normalmente, cualquiera temblaba, babeaba o incluso se quedaba sin habla al estar frente a semejante hombre.

El chico malo, siempre era atractivo para todos.

Pero para él no.

Este chico era diferente. Y Jungkook estaba completamente desconcertado por eso.

— Que fué un accidente, ya te lo dije. No lo hice a propósito y mucho menos te tengo envidia ¿Quién te crees? ¿Un idol? —Sonrió irónico, aunque era evidente su furia — No todo el mundo gira alrededor de ti ¿lo sabes, no? —Jungkook parpadeó anonadado — si no lo sabes, entonces creo que puedo derramar lo que queda de este café sobre tu cerebro, quizá.. —se acercó y Jungkook retrocedió aterrado —Así hagan reconexión tus cables, y seas un poco más coherente.

— No des un paso más.

Jimin sonrió. Pero ahora, con satisfacción.

—Eso creí

El elevador sonó, indicando que habían llegado al primer piso. Las puertas se abrieron y Jimin sonrió, y salió de ahí con triunfo.

Jungkook quedó desconcertado, un poco molesto también, pero sobre todo, excitado.

Quería a ese chico en su cama.

Mi hermoso castigo⛓️kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora