"Ese angel podrá llamar tu atención, pero tú perteneces al infierno"
Tal vez la palabra odio era demaciado. Pero Jimin detestaba la existencia de Jungkook ahora. Jamás esperó absolutamente nada de alguién como él, pero él había cruzado todos los límites que estaba dispuesto a dejar pasar.
El rubio salió del lugar hecho un desastre, no podía parar de llorar, y le fue inevitable no recordar a su madre. Cosa que solo empeoró la situación.
Respiraba con dificultad, no sabía que hacer, no sabía a donde ir, su vista estaba nublada y no sólo metafóricamente.
— ¿Estás bien?
joder, incluso estaba alucinando voces.
Jimin miraba a todos lados, buscando al dueño de aquella voz, y aunque solo veía su caótica vida, logró encontrarlo.
Era un chico un poco más alto, de piel blanca, ojos felinos y cabello color menta.
—S-si — Mintió
Lo último que quería, era conseguir la lastima de un desconocido.
—Tranquilo —Sonrió de una forma reconfortante — No está nada mal contarle tus penas a un desconocido ¿Sabes?
—N-no lo creo.. —Jugó con los anillos en sus dedos.
El pelimenta observó aquella acción, analizandola.
—Quizá pueda ayudarte. ¿Estas aquí tu solo? ¿Quieres que te lleve a tu casa? ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Las lágrimas de Jimin volvieron a salir sin filtro alguno.
Escuchar eso de un desconocido, le hacía darse cuenta de lo grave que era todo, de que ya no podía más, había tocado fondo.
Pero.
Era como si, después de tanta mierda, de tanta oscuridad, ese chico fuera una pequeña luz.
Pudo llegar a pensar que todavía había chicos buenos, que podían llegar a preocuoarse por él.
—Lo siento ¿Dije algo malo? —Unió sus cejas y se acercó un poco más
—No —Limpió sus lágrimas, pero era estúpido, aquellas seguían saliendo sin intención de parar.
—¿Quieres un abrazo?
Si antes Jimin lloraba, ahora estaba hecho un verdadero mar. Esa pregunta había tocado la parte más sensible dentro de él, y sin pensar en nada más, se aferró a los brazos de aquel chico.
A los brazos de un desconocido.
El pelimenta lo acogió en sus brazos y le acarició la espalda. Y solo entonces, pudo sentir lo débil que era en comparación al desconocido; él se sentía tan firme, tan seguro e imponente, y Jimin, bueno él, era inseguro, débil, las piernas le temblaban y lloraba sin parar, mojando él hombro del otro.
Se quedaron así por unos minutos y nadie dijo nada, hasta que un castaño tomó el hombro de Jimin, y lo alejó del otro.
Jimin se giró y observó la mirada desconcertada de su mejor amigo.
—¿tu eres? — cuestionó Taehyung, mirando intensamente al de piel pálida.
— Mi nombre es Min Yoongi —de su impecable saco, sacó una pequeña tarjeta y se la entregó a Taehyung. Éste la tomó y la observó detenidamente.
Min yoongi, psicólogo.
Entonces Tae lo entendió —El no tuvo un buen día hoy. —Los dos miraron a Jimin, mientras éste se abrazaba a sí mismo, con frío.
Yoongi se quitó el saco y lo puso sobre los hombros de un avergonzado rubio. —Solo te muestro esa tarjeta para asegurar que soy.. muy bueno en leer el lenguaje corporal. Me acerqué a él porque supe que necesitaba un abrazo y palabras reconfortantes; tal vez suene algo estúpido, pero creeme que aveces eso es lo que más necesitamos.
—Lo entiendo, y te lo agradezco —Taehyung tomó la mano de Jimin. —Ahora necesitamos irnos.
—Claro, vayan con cuidado y.. llamen de ser necesario.
—Bien.
Jimin y su mejor amigo, pidieron un taxi para irse a casa.
Namjoon y hoseok llevaron a jungkook a el departamento casi a rastras.Fue todo un show cargarlo y llevarlo hasta el carro, pero lo lograron. Cuando llegaron, lo primero que hicieron fue meterlo a bañar para que se le bajara un poco lo borracho, lo arroparon, lo metieron en su cama, y lo dejaron descansar.
Ya era bastante tarde así que los dos chicos se quedaron a dormir ahí.
A la mañana siguiente, Jeon se levantó con un insoportable dolor de cabeza, todo le daba vueltas y sentía su cuerpo como si hubiera corrido un verdadero maratón. ¿Significaba que había tenido una buena noche de sexo?
Trataba de recordar lo que pasó la noche anterior y como fue que llegó a su casa, pero nada llegó a su cabeza.
Se levantó con dificultad y se dirigió al baño, pero al atravezar la sala, se percató de los chicos dormidos en sus sillónes, fruncio el ceño, y comenzó a removerlos para despertarlos.
Él par de chicos abrieron sus ojos difícilmente y le dedicaron una mirada que si fuera puñal, Jungkook ya estaría completamente muerto.
— ¿qué? —preguntó Jungkook incrédulo.
— ¿enserio no sabes qué? — cuestionó hoseok, fulminandolo con la mirada.
— No, no se qué, y de cualquier forma no me importa. —Desapareció de la sala, dejando a Hoseok y Namjoon mirándose entre sí, enfadados.
Jungkook se vistió y arregló para salir a hacer compras básicas. Cuando entró a la sala se percató de la ausencia de sus amigos; se encogió de hombros y siguió su camino.
Cuando salió, subió al elevador y bajó hasta el primer piso para salir y tomar su motocicleta.
Entró al supermercado, tomó un carrito y comenzó con sus compras. Estaba totalmente concentrado en lo que elegía, y cuando levantó la mirada, vio la escena más bonita que habías visto en toda su vida.
Un rubio tratando de alcanzar algo de la parte más alta de los anaqueles. Era un tierno y hermoso Jimin.
Jeon sonrió enternecsido y avanzó hasta posicionarse atrás del más bajo y ayudarlo a tomar lo que quería alcanzar.
Jimin sintió a la persona detrás suyo y se puso nervioso. Giró en su eje para mirar quién se encontraba detrás de él, y su expresión cambio draticamente cuado lo reconoció.
— ¿querías esto? Bonito. —lo próximo que sintió Jeon fue la mano del rubio estamparce fuertemente contra su mejilla.
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Mi hermoso castigo⛓️kookmin
FanfictionLos chicos malos como Jungkook tienen que ser castigados.