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No podía creer que mi maldito celular haya interrumpido mis hermosas horas de descanso con un hombre hermoso abrazándome por la cintura transmitiendome una linda calidez.

Abrí los ojos con mi peor humor y me apure a atender el celular para que el odioso sonido no despertara a mason, quién al igual que yo estaba disfrutando del descanso.

—Lua...te necesito en las oficinas en una hora hija.— la voz de mi mamá retumbó en mi oído donde tenía apoyado el celular.

—No, ma que carajos? Porqué?— refregue un poco mis ojos y pude ver que estaba amaneciendo debido a que los rayos del sol traspasaban las cortinas del ventanal.

—Jamie citó una reunión hoy, no quería que te enterarás pero va a robar tu puesto y con el proyecto que te robó.— me senté bruscamente en la cama.

—Tienes que echarlo.— hablé sería, todo rasgo de sueño en mi organismo se había ido y había sido remplazado por bronca y enojo.

Es que ese chico no se cansaba de joderme la vida?

—Sabes que no depende solo de mí, menos cuando el mismo se ha encargado de reunir a los gerentes para quedar bien con ellos y vos seguis siendo su jefa.— explicó con calma, para no alterarme seguro.

Ya era tarde, estaba levantándome de la cama y con delicadeza sin hacer ruido busqué ropa para ir a la reunión.

—Entonces voy a tener que dar mi versión y explicar como me robó el idiota.—

—Ya lo tienes...hacelo quedar mal como siempre haces, es tu proyecto y sabes cosas que él no, tenes mi apoyo cariño.— me mire al espejo y suspiré, esto no era lo que tenía en mente al despertar con mason a mi lado.

—Te veo allá, adiós — corté y pase mis manos por mi cabello frustrada.

No sería nada sencillo. Tendría que haberlo despedido cuando pude, si conservo mi puesto, lo voy a echar sin pensarlo 2 veces.

Me arreglé, me cambié y desayuné a una velocidad impresionante.
Antes de dejar la casa (aclaro) sin ganas de hacerlo, le escribí una nota a mason explicándole la situación, que me llamara cuando se despertara.

Me subí a mi auto y manejé hasta la empresa para ir a defender mi puesto de trabajo.

El idiota me tenía tanto miedo que ni siquiera sé había atrevido a convocarme a la reunión y mierda tenía muchas ganas de verle la cara cuando haga presencia en su intento de querer hundirme.

Lo iba a matar a piñas si lo veía en los pasillos por haberse metido con mi trabajo.
Esta situación ya me tenía cansada de hecho y él personalmente se había encargado de arruinarme el día.

Luego de estacionar y bajarme de mi auto crucé las grandes puertas del edificio sin una pizca de tranquilidad, caminé rápido hasta el ascensor y marqué el número del piso donde estaba la oficina de Jamie.

Cuando el sonido me indicó que ya estábamos en el piso las puertas se abrieron y salí de ahí, lo primero que vi fue la maquina de café express.

Sabía que no era la forma pero quería verlo sufrir, así que me acerqué y preparé dos vasos de café. A él le encantaba y lo sabía porque todas las mañanas pedía a su asistente que le llevara uno.

Pensé en tirarselo encima y ver como se quemaba, pero eso implicaría ensuciar el piso y no quería molestar al servicio limpiando mi desastre.

También pensé en ponerle sal en vez de azúcar pero la satisfacción de verlo asqueado duraría poco y no me ayudaría en nada.

𝐟𝐚𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮 || 𝑀𝑎𝑠𝑜𝑛 𝑀𝑜𝑢𝑛𝑡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora