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Tan solo abrir los ojos una extraña pesadez me invadió y tras unos cuantos segundos en blanco, los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi memoria como si de continuos golpes se trataran, abrumándome al instante.

También fue el momento en que entendí, ahora sobria, porqué estaba en esta cama y podía ver a Yoongi dormiendo en la de al lado.

Ni siquiera pude reír de su imagen despeinada y tan relajada, pues mi "cruda moral" era muchísimo mayor que todo lo que ahora podría divertirme.

No me dolía la cabeza, sólo me sentía abrumada y sumamente avergonzada de haber sido tan irreverente. Prefería una resaca convencional a esto.

Me cubrí con las sábana por encima de la cabeza, escondiéndome de la realidad que pronto tendría que afrontar.

¿Debería pretender que no recuerdo nada?, ¿quedarme todo el día en la cama y esperar a que mágicamente ellos se olvidaran de mi presencia?.
Y es que, de hecho, lo único que no recordaba con claridad era lo que había ocurrido una vez Jin me trajo aquí. Sé que se quedó conmigo por un rato, pero no estaba segura si había existido una conversación coherente.
No sé si esto me conviene o de hecho me perjudica. Por el momento, al menos no abruma a mi conciencia si se trató de una conversación desafortunada.

Sollocé en silencio en una escena de dramatismo, lamentándome por la vergüenza.

¿Me había confesado indirectamente?, deseaba que esa parte de la borrachera en que la más genia de esa mesa propuso jugar "verdad o reto", fuera sencillamente una mala jugada de mi inconsciente, queriendo llevar al consciente algo que deseaba pero que aún no había tenido la valentía de expresar mediante un falso recuerdo, haciéndome creer que de hecho, lo había hecho.

Tonta, tonta, tonta.

A partir de hoy declaro al alcohol mi enemigo número 1.
Y además, qué idiota e irresponsable fuiste tú misma, Díone Galicia Alcocer, bebiendo sin control alguno.

Mi vejiga a punto de reventar por contener tanto líquido desde la noche anterior fue lo necesario para que mi pelea conmigo misma cesara de una vez por todas.

Retiré las cobijas de mi cuerpo y lo primero que vi al incorporarme fue la bonita caricatura de RJ impresa en las sandalias que Jin me había regalado semanas atrás, perfectamente colocadas al pie de la cama.
No necesitaba que alguien me lo dijera, estaba más que segura que Jin las había traído aquí cuando me permitió dormir en su cama.

Suspiré sin poder evitar sonreír y siendo como un sigiloso gatito, salí del cuarto con urgencia de ir al baño. Sólo esperaba que no estuviera ocupado y sobre todo, esperaba no encontrarme con absolutamente nadie en el corto trayecto hasta este.

No tenía ni idea de qué hora sería, pero por la luz que se colaba al pasillo desde las grandes ventanas del piso de abajo, estaba segura que eran más de las 10:00 am.
El pasillo estaba vacío, sin embargo podía escuchar las voces de Tae, Anne y Esti en la planta baja de la casa. No quise averiguar más, así que de inmediato corrí al baño para encerrarme en él y por fin dejar de torturar a mi vejiga.

Mientras lavaba mis manos pude ver mi aspecto caótico y demacrado en el espejo, consecuencia de una muy divertida noche que ahora resentía como una serie de malas decisiones que acabaron con mi dignidad.

Observé todo lo que mis hermanas y yo habíamos dejado en este baño, solo intentando encontrar un pretexto para no salir de aquí. Por suerte los cepillos de dientes eran uno de esos objetos, así que cepille mis dientes por unos cuantos minutos.

best of me. [𝑘𝑖𝑚 𝑠𝑒𝑜𝑘𝑗𝑖𝑛]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora