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Otra noche estrellada se vivía en la caótica pero bella ciudad de Seoul.

Llevaba tres años viviendo aquí y aún me seguía encantando abrir la ventana y observar al cielo negro. Las pocas, pero brillantes, estrellas que lo adornaban y sobre todo la imponente Luna.
Siempre con esa playlist de 50 minutos de fondo que había creado especialmente para ésto. Sleeping At Last, Kodaline, e incluso One Direction, los Arctic Monkeys y Shawn Mendes se encontraban dentro de esta lista, además de evidentemente algunas canciones de BTS cómo Mikrokosmos o The Truth Untold, canciones que tocan mi corazón de una forma única.
Pero hay una (canción) en especial que suena al final de la playlist: Best Of Me. La letra me encantaba, me identificaba de cierta manera un tanto conmovedora, y me hacía pensar de una forma muy cursi, cómo ellos han convertido mi vida y me han hecho una mejor persona, cómo han sacado lo mejor de mí. Eso aunado a lo bello que era admirar la noche; me es hasta un poco imposible describir el sentimiento que me inundaba antes de dormir. En ocasiones me acompañaba una taza de café o té, y así estuviera lloviendo o nevando, sin importar qué fuera distinto, la sensación siempre era la misma desde aquella noche que llegamos a esta pequeña pero cómoda casa. Y aún no sabía como describir dicha sensación, me encantaba entrar en este mood, era mi momento favorito del día.
Todo se arreglaba en este punto de la noche.

Cuándo terminó la canción, dejé mi taza en la mesita de noche que se encontraba al lado opuesto de mi cama y cerré la ventana. Después de haberme cepillado los dientes y haber quitado los nudos de mi cabello un poco húmedo aún, apagué la luz de la lámpara del escritorio y me dormí esperando el siguiente día.

~

6:00 am y Pied Paper sonaba a un volumen considerablemente alto indicando que era hora de empezar a alistarme para la escuela, pude escuchar pasos resonando a lo largo del pasillo y voces, Annette y Estella ya estaban despiertas, como ya es costumbre. Me estiré un poco y tras haberme perdido en la nada, volví a acostarme. Nunca he entendido porqué me cuesta tanto dejar la cama, tal vez a eso se debía mi gran problema de impuntualidad. Con éstos pensamientos estaba por quedarme dormida de nuevo.

- Ni te atrevas a dormir de nuevo, Didi - me reprochó Estella abriendo la puerta de mi cuarto - Levántate ya o te quedarás dormida de nuevo y se te hará tarde, esta vez ya no te esperaremos - se escuchó su voz alejándose

Así eran todas mis mañanas antes de ir a la universidad, algo ajetreadas pero sin duda siempre divertidas.

Con pereza me levanté y saqué una toalla facial de uno de mis cajones, me metí al baño y me miré al espejo, necesitaba depilar mis cejas ya, así que eso hice, mis ojeras no eran tan notorias, pero ahí estaban; era un desastre cada mañana. Até mi cabello en un coleta y me lavé la cara. 10 minutos después salí y el olor a huevo y pimienta invadió mis fosas nasales, era Annette quién cocinaba aún en pijama.

- Corre, Esti, está libre el baño - dije tocando la puerta de su cuarto

Caminé al mío y me dispuse a maquillarme un poco, peiné mis cejas con un gel, máscara de pestañas, un poco de brillo en los pómulos, color en mis mejillas, una tinta de labios y listo. Me vestí con unos jeans anchos de mezclilla negra, camiseta de tirantes color negra, una sudadera color gris y tenis blancos. Peiné mi cabello y coloqué perfume sobre éste y todo mi cuerpo. Perfecta.

Salí de mi habitación y caminé a la cocina.

- Heeeeeey, ¿qué tal amaneciste? - piqué su costilla lo cuál ocasionó que se doblara un poco

- Bien, pero por más que lo intentes no lograrás que me den cosquillas, Díone - me apuntó con la espátula en la mano

- Que rara eres - hice una clase de puchero y me senté detrás de la barra

best of me. [𝑘𝑖𝑚 𝑠𝑒𝑜𝑘𝑗𝑖𝑛]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora