capitulo VI

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Note que tenía una linda sonrisa, no era como todo el entorno que me rodeaba, parecía sano, dulce, amable. No parecía ser como los amigos de mi hermano y eso me gustaba.

-que pasa- se sento a mi lado, se Quito los lentes y me miro a los ojos, parecía confiable- nada de lo que me cuentes va a salir de acá, que es lo que hace que una hermosa sonrisa se borre?- eso hizo que me Riera.

-bueno, la situación no es la mejor, pero no es solo eso, mi novio es un idiota, mi vida es un desastre y cuando parece que la puedo arreglar, nadie quiere alegrarse por mi, pero no es nada con lo que no pueda vivir- me parece y le tendi mi mano- me queres acompañar a la habitación?- el se río y se puso sus anteojos- no seas malpensado, que el que esta ahí es mi hermano- esa era una triste realidad, una que borro mis pocos animos- porfa, no quiero estar sola ahí dentro- agarro mi mano y la apretó.

-voy a estar con vos, tranquila- soltó mi mano y abrió la puerta.

Entramos a la habitación y lo ví acostado en la camilla, sus ojos estaban cerrados, tenía marcas de agujas en su brazo, en el mismo donde parecía que le estaban administrando suero.

-mauro, que te hiciste- el abrió un poco sus ojos.

-hola Ali, tendrías que probar esto- Gonzalo me acercó una silla y me sente- veo que conociste al biza, cuidado con ella, al Rubio le re gusta.

-mauro, me lo prometiste, me prometiste que no ibas a terminar más acá- el se río, a penas podía hablar.

-fallamos en la dosis, por lo menos esta vez fueron más inyecciones, eso es porque la droga ya no es tan fuerte.

Gonzalo ya sabía que era lo que le estaba pasando, cuando Alishe estaba afuera, consiguió toda la información que necesitaba sobre esa droga, si estaba ahí ahora, era para acompañarla, si no lo hubiera hecho estaría pensado que es una mala persona, un mal policía.

Gonzalo conde...

Ella se quedó ahí afuera, eso me facilitaba hacerle todas las preguntas que necesitaba y no llamar la atención de nadie, agarre mi celular y abri la grabadora donde llevó el reporte de cada caso, este era el mejor en el que había Estado. Prendí la grabadora y abri la puerta, me acerque a el y lo ví, así solo parecía alguien que había tomado malas decisiones en la vida.
Lo que Gonzalo no sabía era que esas malas decisiones venían de familia, todo había empezado desde que probó su primera cerveza a los 10 años, su padre lo había alentado a hacerlo.

-hola lit, estas despierto?- el se sento en una silla y lo miro, vio que este movía la cabeza indicándole que si- amigo que te paso?- se sentía extraño hablando así, pero tenía que encajar.

-no sabes wacho, esta vez funcionó mejor, pero tiene que ser menos la dosis y se van a re vender- ese dato me servía, lo que sea que lo había dejado así, todavía no estaba a la venta, lo que ayudaba a frenarla antes de que pase.

-y que es?- trato de levantar su brazo, y note que tenía muchos moretones de viejas inyecciones.

- es un líquido, te hace olvidar, me encanta esa sensacion- el olvidaba, pero su hermana sufría por el- en mi campera hay una sin usar, llevala y probala, después decime que te oarece.

Gonzalo se levantó, agarro la campera y buscó, no había nada, quizá los médicos la habían agarrado para investigar que era lo que lo había puesto así.

-bueno lit, me voy, tu hermana quiere entrar- mauro chisto, no quería que ella lo viera así, no otra vez.

-esta bien, me va a matar, pero me haría un favor- Gonzalo no entendía ese deseo de querer desaparecer, pero lo cierto era que el no vivía lo que esos chicos, el tenía una feliz familia, un trabajo que le gustaba y siempre que estaba mal podía correr a los brazos de su amorosa madre.

Salió de la habitación y vio a Alishe en el piso, parecía frustrada.

Alishe Monzón.....

-Mau, nos tenemos que ir, mañana después del trabajo vengo, te quiero mucho- se acercó a el y beso su frente.

-chau hermanita, gracias por cuidarme, chau biza, no te olvides de lo que hablamos.

Ellos se fueron y Gonzalo quería saber donde estaba esa droga, ella lo detuvo.

-gracias por todo, fue un gusto conocerte, me voy a la parada, si no, no me voy más, nos vemos- le dejó un beso en la mejilla y salio del Hospital, fue hasta la parada y se sento a esperar.

Gonzalo conde...

La hubiera llevado, pero tenía que cumplir con algo de suma prioridad, fue hasta la recepción y pidió hablar con el doctor slow, le dijieron donde podría encontrarlo y fue hasta el.

- hola doctor, soy el detective conde- agarro su placa y se la mostro- necesito que me de la droga que encontró, es importante que le de a la policía cualquier dato que tenga de esa droga y lo más importante que le pido es discreción, nadie puede saber de esto.

El doctor lo obedeció, nunca le habían gustado los policías y a Gonzalo nunca le habían gustado los hospitales, le dio la jeringa que tenía un líquido de color azul, Gonzalo la miro, pero tenía que mandarla a un laboratorio criminalista, embolvió la punta para no pincharse y se fue a su auto. Lo saco del estacionamiento y en las tres cuadras que hizo, vio la parada y a ella esperando, el había tardado media hora y ella seguía esperando.

Se detuvo junto a la parada y bajo su vidrio.

-te llevó?- ella dudo por un instante, aunque no se lo habían enseñado, sabía que no tenía que ir con extraños, pero estaba cansada de esperar, se acercó y subió al auto.

-gracias, a este paso me iba a dormir ahí.

Era raro, su celular estaba sonando y en la pantalla pudo ver que quien la llamaba era Facundo.

delirios de lo prohibido (Bizarrap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora