delirios de lo prohibido (Bizarrap)

capitulo XIII

Ambos se acomodaron, gonzalo quería asegurarse de que cada detalle de aquella historia fuera captado, no quería que nada quedara inconcluso, preguntaría absolutamente todo lo que le pudiera servir, aquel caso tenía que terminar lo antes posible.

-estoy listo y muy dispuesto a escuchar tu historia- lo que el rubio no sabia era que esa historia lo salvaría de ser privado de su libertad.

-cuando era chico mi mamá estaba embarazada de mi hermanita, Lucy, al principio como todo niño estaba celoso de ella sin siquiera conocerla. Nació 3 meses después de mi cumpleaños y ahí nos enteramos de que era una nena, yo solo tenía 6 años y sin saberlo ella se convertiría en mi mundo, mi vida gira en torno a cuidarla incluso de ella misma- gonzalo lo escuchaba atento, por la experiencia que tenía en su trabajo sabia que esa historia no iba bien encaminada- Los dos crecimos, nuestro padre falleció, ella apenas tenía 4 años y yo 10, se que no me correspondia pero decidí tratar de ser una figura masculina en su vida. Para evitar que se metiera con hombres que no la merecen o que la maltraten, tratar de alejarla de un mundo como el de nuestro trabajo.

-te entiendo, es como le pasa a lit con Alishe, ambos son excelentes hermanos tienen suerte de tenerlos- el entendía cada palabra, le parecía excepcional que el rubio con tan sólo 10 años quisiera cuidarla como si de un cristal frágil se tratara, estaban solo el, su pequeña hermana y su madre.

-gracias amigo, por ese entonces mi mamá no trabajaba, papá nos mantenía y al fallecer quedamos solos a la deriva, se cobro un seguro de defunción y con eso subsistimos un tiempo. Le dije a mamá que no se preocupara, en mi inocencia no entendía la importancia del dinero, pensé que nada malo nos pasaría. A los pocos meses nos tuvimos que mudar con mi abuela, la casa era pequeña pero era lo único que teníamos.
Dormía con mi hermanita y mamá con la abuela, los años pasaron y crecí, a los 15 conseguí mi primer trabajo y me entrenaba como boxeador con una parte de mi sueldo, el resto se lo daba a mi mamá para comprar comida. La abuela enfermo y todo se volvió más gris, mi hermana empezó a tener unos sueños extraños, pensamos que solo era por el miedo de perder a la abuela- el miraba perdido el césped, gonzalo no le quitaba de encima la atención, su historia realmente era dolorosa.

-lamento todo lo que pasaste amigo- coloco su mano en la espalda de joaquin reconfortandolo y animandolo a que continúe con su relato.

-me contaba que ella no podía sentirse bien, no podía dormir, me preocupaba mucho así que decidí poder ayudarla. Empecé a escaparme por las noches, en el club donde practicaba organizaban peleas clandestinas y apostaban, con ese dinero le Empecé a pagar sesiones con una psicóloga que la ayudara por lo menos a poder dormir, el resultado de ello fue que le detectaron esquizofrenia.
La medicaron  y yo seguí peleando para mantenerla cuerda, compraba sus medicinas- gonzalo estaba sorprendido por lo que escuchaba.

-a mis 18 mamá murió de un infarto, con mi abuela enferma y huérfanos me tenía que hacer cargo de Lucy, busque un trabajo pero nadie quería a alguien que no tiene experiencia, joven y sin un título me sentía perdido, las peleas me dejaban algo de dinero, pero no era suficiente.
Ofrecían un trabajo en una cafetería, así que me postule no era mucho dinero pero era más de lo que las pelas dejaban, por la noche peleaba y en la mañana servía café.

-y en que momento dormías?

-un rato por las tardes, pero mi hermana era mi prioridad, cumplí los 19 y seguía luchando, había terminado la secundaria y quería estudiar, me inscribí en una universidad pública, no tenía tiempo así que deje las peleas. Eran menos ingresos pero con un título podía conseguir mucho más.
Mi abuela falleció y se que va a sonar muy cruel, pero fue un alivio para mi, no tenía que cuidarla ni pagar por más medicamentos, eso nos abastecio para mantenernos con lo básico, quedamos solo ella y yo.

-y que paso?- gonzalo se acomodo en el pasto y seven le dio una calada al cigarrillo.

-ella cumplió los 15, no podía hacerle un gran festejo como lo merecía, pero le regale un perrito, un compañero para las frías noches, tendrías que haber visto esa hermosa sonrisa que tenia Lucy. Esos momentos no duraron mucho, salió con un chico que la llevó a su perdición,  un alcohólico que tiene mi edad, un hdp de 21 años con una nena- escuchaba la rabia en la voz del rubio y se sentía muy mal por el, lo comprendía- una noche los escuche discutir, embarazo a mi hermanita, ella no quería ser mamá era una nena y estaba por tener un pequeño.

El lo escuchaba atentamente, por dentro suyo moría por ir a buscarlo y encerrarlo el mismo. Estaba seguro que no dejaría ese crimen inpune.

-los escuche gritar, el la violo, en mi casa mientras yo trabajaba. No la pude cuidar y eso era lo único que me había prometido, no pude cumplirlo- los ojos cristalinos del rubio se habían tornado rojos, pero el no quería llorar. Gonzalo lo abrazo y le susurro que siempre la cuido como el pudo- decidí seguirlo esa noche, necesitaba gritarle, decirle lo mucho que lo odiaba y lo seguí al teatro.
Escuche como hablaba con un hombre, ese hombre le contaba sobre un próximo trabajo, un narcotrafico. Sentí como me golpearon y caí dormido, lo que recuerdo al despertar es estar atado y aquel hombre hablándome.
Me obligó a unirme a su equipo de trabajo sino quería que le hicieran algo a Lucy y su bebé.

-hace cuento fue esto?- necesitaba saber si el podía ayudarlo al terminar su trabajo en aquel lugar.

-mi sobrino todavía no nace, pero me siento atado, ella es una nena y es mi única familia, nadie sabe de ella, solo el jefe y ahora vos.

-y los chicos?, no les queres contar?- por el rostro del rubio rodaron un par de lágrimas, quería hablar con alguien y eso hacía con gonzalo.

-no quiero que me sigan viendo como un punto débil, nadie más puede enterarse- a lo lejos veían a alishe acercarse, ambos entendieron que con ello esa conversación acababa allí.

-hola chicos, gracias por esperarme- ella se acerco y vio los ojos de su amigo, sabia que algo le pasaba- gonza no pasa nada si me lleva joaco?- el detective negó sutilmente- gracias por hacerle compañía mientras me esperaban, nos vemos mañana, si?- deposito un beso en su mejilla despidiéndose, tomo el brazo del rubio para iniciar una caminata que revelaría más de una confesión, más de una verdad saldría a la luz ese día.