delirios de lo prohibido (Bizarrap)

Capitulo XIX

La persona que lo había descubierto, no solo le había dado un susto de muerte, sino que también se la había servido en bandeja si él lo desobedecía. El rubio levanto sus manos y no dejaba de mirar el teléfono con cara de pánico, lo que había ocasionado que la otra persona pusiera su atención en el pequeño aparato. Tomo el objeto y lo miro, pudo notar que del otro lado de la pantalla había tres personas observando todo, lo que le disgusto más fue descubrir que esas personas que lo miraban lo hacían desde una comisaría.

Agarro al rubio de la capucha de su buzo blanco y lo encamino a punta de pistola hasta el escenario donde se encontraba su jefe, el cual estaba en una terrible discusión con uno de sus hijos, quien en un acto de valentía mezclado con rebeldía había optado por defender y rescatar a su novia, quien desde un escondido sentimiento despertado por la angustia no quería soltar a facundo.

-jefe, tenemos un problema, encontré a este husmeando por ahí y no estaba solo, está comunicándose con estos chicos que al parecer están con la policía- le tiro el teléfono a las manos de su jefe para que este pudiera observar por sí mismo quienes los habían espiado a lo largo de esa noche.

-veo que no saben seguir ordenes cuando no se trata de drogas, te avisé mauro que no quería nada de policías y no solo eso, te dije que te veía acá y solo. Pero no en vez de eso tengo a uno de mis empleados haciendo de espía- él se acercó el teléfono a la oreja porque podía ver como Mauro movía sus labios, pero no lograba oírlo.

-tiene que subir el volumen- con algo de miedo seven se animo a hablar, prefería intentar seguir algún juego con el que era su jefe que hacer el papel de rebelde que no le traería nada bueno. El mayor de aquellos hombres apretó uno de los botones laterales de aquel aparato y comenzó a hablar lo más autoritario posible.

-te dije que si la querías entera tenias que estar solo, sabes que voy a hacer, me la voy a llevar a ella y al tarado del rubio.

Al oír eso joaquin se preocupo, pero no por el sino por su hermana, horas antes la estaban operando y estaba sola. Ahora estaba su pequeño sobrino que también dependía de él, no podía abandonar a su familia y dejarla a la deriva.
Para su sorpresa facundo tampoco dejaría que se llevarán a la chica tan fácilmente.

Mauro monzon.......

Estaba desesperado, estaban en la peor situación que el podía imaginar, no solo tenían a su hermana (la única persona a quien amaba), sino que también tenían a su amigo y por si fuera poco la policía los había investigado, no le importaba ir a la cárcel, no si eso significaba que ayudarían a su hermana.

-yo declaró y les digo todo lo que quieran, pero necesito que por favor la ayuden, ella es mi vida entera- lit vio como gonzalo intercambiaba palabras y códigos con su superior, ese hombre dio una orden en la pequeña radio que tenía y salió corriendo con 3 hombres.

-mauro, van a buscarla, sabemos donde están va a estar todo bien- se acerco a él y le dio un pañuelo que estaba depositado en el escritorio frente a ellos- no te van a meter en cana, me encargue de que se supiera que vos y joaquin son solo víctimas.
Se tu historia y la conté lo mejor que pude, te garantizo que vas a salir de toda esta mierda y vas a poder rehabilitarte.

-no quiero rehabilitarme si estoy solo, la quiero a ella, es mi motor- en el tiempo que había compartido con alishe gonzalo había sentido muchas cosas y entendía a que se refería el.

-tu hermana es muy espacial y no le va a pasar nada, no está sola- en su mente no pudo evitar detallar el rostro de la chica, pensar en su sonrisa y en cómo se preocupaba ella por su hermano, le gustaba saber que se había fijado en una buena chica- tenes que estar tranquilo y confiar en que el destino les tiene que dar una buena a tu familia.

- es que el destino nos dio todo lo bueno dándonos a ella como familia, es la mejor mina que conozco y soy un pelotudo por meterla en este mundo.

Joaquin cordovero.....

Veía como estaban todos inquietos y podía notar la preocupación en la cara de alishe y de facundo, a pesar de que era su padre quien los tenía de rehenes nadie estaba a salvo realmente.

Noto como alguien se acercaba por detrás de facundo y como lo golpeó repentinamente con un arma en su cabeza, el muchacho cayó desmayado al suelo haciendo que el agarre que mantenía a la chica se rompiera y en consecuencia ella también impactará con el suelo.
El hombre que ocaciono el golpe la levantó y la amenazó con el arma.

-que alguien levante a mi hijo y lo lleve a mi casa, los demás, siganme vamos a un lugar....diferente- eso último lo dijo analizando aquel lugar en ruinas.

El rubio muy a su pesar camino torpemente hasta un auto, allí lo tiraron bruscamente en el asiento trasero, se quedó allí esperando aunque no sabía que era lo que esperaba.
Sintió un peso al lado suyo y al voltear la vio a ella con la cara llena de llanto y angustia, algo había pasado en aquel tiempo en el que estuvo esperando. Los encerraron en el auto momentáneamente y aprovecharon aquel momento para consolarse mutuamente.

-que paso Ali, estabas triste pero no así hace un ratito- se acerco a ella y toco su cara para limpiar un poco su rostro, ella se alejo bruscamente como temeraria al tacto. No quería que nadie más la tocara, pero el rubio no era cualquiera- linda necesito saber que pasa, soy yo estoy para ayudarte.

La chica lo miró y en su rostro solo se percibía dolor, angustia, fragilidad. Lo poco de felicidad que le quedaba se lo habían quitado, lo abrazo y rompió en llanto una vez más esa noche, el solo la abrazo y acaricio su pelo.

-me violo, mi cuñado me violo- aquellas palabras impactaron cruelmente en el cuello del rubio quien al oírlas se quedó helado, no entendía porque el destino se burlaba cruelmente de el una vez más, otra vez en la que no había protegido a la mujer que amaba.

La había dejado sola por unos minutos, no fue porque quiso sino porque lo amenazaron, pero solo unos minutos bastaron para que a ella le hicieran la vida miserable.
De lo que estaba seguro era que eso no se iba a quedar así.

La abrazo hasta que ella se quedó dormida, la quería cuidar como no pudo antes, noto como el auto se puso en marcha, se los estaban llevando y por más que el viaje se le estaba haciendo largo y cansador, no quiso cerrar sus ojos, el trataría de protegerla con su vida.