⌱ Corazón ardiente. ℘|℘ 𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉

Capítulo 15

Sorprendido por aquella repentina pregunta, Taehyung agrandó los ojos, y sus mejillas se ruborizaron ligeramente por la dulce mirada de ese niño. De repente Daehyun parecía tener un brillo especial en el rostro y estaba sonriendo, como si la felicidad de su hermano fuera la suya. Entonces carcajeo, notando que había dejado perplejo a ese doctor.

— ¿Te digo un secreto? — Sonrió travieso. — Él se ve más feliz desde que llegaste.

— ¿En serio lo crees?

— Te lo juro por la garrita.

Alzó su dedito meñique, haciendo sonreír enternecido al mayor que alzó el suyo para entrelazarlos.

— Incluso volvió a cantar en la ducha y bañarse día por medio. — Delató traicionero. — Hacía tiempo no lo hacía.

Taehyung no pudo evitar carcajear. Sabía que Jungkook era un chico de dudosa higiene pero era bueno saber que estaba mejorando eso. Así como estaba mejorando muchos aspectos en su vida que lo volvían más feliz. Le era gratificante oír de su hermanito como se levantaba con entusiasmo en las mañanas y dejaba de ver el mañana como un día menos de vida, sino uno más de alegría.

Y entre las risas con ese pequeño que mandaba al frente a su hermano mayor, Taehyung no imagino que iniciaría otra catastrófica fase de la farsa.

— Oh, aquí queda uno.

Confusos, ambos miraron a ese soldado que los vio a lo lejos y se acercó, separándose de su grupo que parecía estar buscando a los demás.

— Muévete, animal. — Ordenó despectivo dirigiéndose a ese niño.

Ni siquiera le dio tiempo a pensar en la orden. Siendo brusco y malvado, ese soldado tomó por la espalda a ese niño que jadeó por el repentino jalón y lo obligó a levantarse, enfureciendo al castaño.

— ¡Espera! — Bramó, atrapando su muñeca, impidiéndole el avanzar. — Es solo un niño, ¿Con qué derecho lo tratas de esa manera? No puedes llevártelo.

— Claro que puedo. — Se deshizo sin importancia de ese agarré, tirando a DaeHyun a su lado. — Debe hacer la prueba.

A Taehyung se le escapó una risa.

— No digas tonterías. Solo tiene ocho años.

— ¿Y que? — Alzó los hombros. — El general dejó todo claro. Todo híbrido deberá luchar por el país por más inútil y pequeño que sea.

Miro a DaeHyun, sacudiendolo para que alzara la mirada.

— Y este bicho debe aprender a recibir un disparo y aguantar el dolor hasta que no quede ninguna amenaza.

Afirmando el agarre en su ropa lo arrastró con él. El pequeño en forcejeo llamó por el doctor pidiendo ser rescatado, y Taehyung apretando los puños en desesperación por sentirse inferior en todo aspecto solo se dejo llevar por los nervios.

— ¡No dejaré que te lo lleves!

De nuevo lo intentó detener, sosteniendo las manos desesperadas de ese niño que lo buscaba. Fue una mala idea.

— ¡Apártate! — Gruñó el soldado apartandolo de un manotazo, empeorando el dolor en las heridas de ese débil doctor. — Solo viniste como un ayudante de medicina, mantente en tu puesto y no estorbes.

Otra vez le recordaban eso, y otra vez ardía en su pecho como una maldita estaca.

Las lágrimas brotaron de sus ojos por la desesperación al oír los gritos de DaeHyun pidiendo ayuda que no le podía dar, al igual que los demás. Taehyung corrió detrás de ellos, llegando agitado a ese campo de entrenamiento donde todos los pequeños eran obligados a permanecer atemorizados, al que le negaron la entrada, y aunque intentará batallar contra los soldados o el alambrado no consiguió entrar.