Toda una vida

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-Derek, ¿Crees que esto pueda acabar?- Pregunto Rose aún recostada en el pasto.

-Claro, aunque siempre preferiría una resolución pacífica, ambos sabemos que no llegará- El joven se recostó junto a Rose. -Después de todo, quién te está cazando es un psicópata- El viento estaba moviendo el pelo de Rose y la luz del sol estaba bañando el cuerpo de Rose. -Pero por lo menos podemos estar juntos- Derek pusó su mano derecha sobre la de Rose.

-Sí... Podemos estar juntos- Rose apretó la mano del joven mientras volteaba a verlo. -Me alegra que seas tú quién me de su apoyo en estos momentos- Al decir eso la chica se acercó a Derek para poder abrazarlo y el joven se sonrojó mientras correspondía el abrazo.

-Rose, no podemos quedarnos así toda una vida-

-Lo se... Pero al menos puedo disfrutar un momento de tranquilidad contigo- Rose continuó abrazando a Derek mientras el sol llegaba a la punta de una montaña en el sur para así dar fin al día más tranquilo que ha tenido Rose desde que salió del complejo de investigación, al día siguiente Derek repetía su rutina del día anterior entrenar con el mango de espada sin hoja, por lo que decidió acercarse a él. -Derek puedo saber ¿Por qué entrenas con una empuñadura vacía?-

-Claro, pero primero lánzame esa rama-  Derek señalaba a un montículo de hojas secas las cuales cayeron de un arbol cercano, al moverlas un poco, Rose encontró la rama a la que se refería y seguido de eso se la arrojó a Derek, aunque con un movimiento rápido de su mano la cuál sostenía el mango la cortó.

-Es por eso, en esta empuñadura puedo canalizar una hoja de viento la cuál no puede ser bloqueada, aunque tiene una desventaja, así cómo no se puede bloquear, tampoco puedo protegerme de ataques que usen algún tipo de arma blanca- Rose quedo boquiabierta por tal demostración del joven.

-Así qué ¿todos tus entrenamientos sin ella eran sólo para mejorar tu agilidad?- La joven no podía quitarse de la cabeza el cómo Derek parecía ser más fuerte con sólo sostener esa empuñadura.

-Sí pequeña y dejando eso de lado, ¿Te gustaría entrenar conmigo?- La pregunta del joven no dejó indiferente a Rose, la cuál aceptó sin siquiera pensarlo, Rose empuñó sus dos espadas hechas por Carla. -Muy bien comencemos- Al terminar la frase Derek pudo sentir que la presencia de Rose desapareció un segundo, para reaparecer frente a él, Derek se las arregló para esquivar el corte vertical de Rose. -Vaya, si que te has vuelto más rápida- en ese momento Derek usó el viento para poder moverse en el aíre y tomar ventaja de algún punto ciego de Rose. -¡Muy bien continuemos!- En ese momento Derek intento alcanzar a la joven para poder cortarla, pero se vio interrumpido por la otra espada de Rose.

-Casí me tomas desprevenida Derek- seguido a ese movimiento Rose lo pateó haciéndolo caer en un arbusto cercano, el intercambio de golpes duró aproximadamente tres horas y ambos jovenes con sus últimas fuerzas durante un acercamiento Derek cayó de espalda al suelo y Rose soltando sus armas subió encima de él. -Te prometo que al terminar todo esto, nos quedaremos todo lo que nos queda de vida juntos- Después de prometerle eso Rose se desmayó.

-Yo juro que te protegeré por el resto de mi vida- Derek envolvió a Rose en sus brazos tras decir eso y también cayó dormido, la noche se transformó en un hermoso amanecer, en el cual armonizaban de forma perfecta el color carmesí del sol y el verde pasto dejando ver una pradera llena de vida en el cuál ambos jóvenes estaban abrazados disfrutando el tiempo juntos, al momento en que ambos despertaron Rose se acomodó el pelo por detrás de sus orejas.

-Derek... En definitiva no me arrepiento de lo que dije ayer- Rose volvió a  abrazar al joven mientras se comenzaba a sonrojar, Derek solamente se mantuvo en silencio mientras sonreía, después de cinco minutos ambos se levantaron y regresaron a la cabaña, después de comer el desayuno ambos salieron a recolectar algo de comer.

-¡Espera Rose!- Carla salió corriendo detrás de ambos.

-Maestra Carla- La joven se dió la vuelta para atender el llamado de Carla.

-Te hice esto, con las escamas que se te generaron en los brazos- Carla sacó de su bolsa un guantelete negro brillante el cuál tenía una especie de garras en los dedos.

-¡Gracias! Me lo probaré ahora- Rose se puso la pieza de armadura en su mano derecha, el artilugio comenzó a mostrar un brillo escarlata de entre las escamas. -Puedo sentirme más fuerte y con mucho más vigor- La joven clavó sus dedos en una roca la cuál estaba cubierta por musgo y la levantó sin esfuerzo alguno.

-¡WOW!- Derek pudo sentir aún más energía fluyendo por el cuerpo de Rose, aunque para él había algo extraño el aíre alrededor del guantelete se tornaba rojo y las venas y arterias del brazo de Rose comenzaron a dilatarse y a hacerse notar. -Rose, deberías detenerte- El joven se acercó a Rose y tomó su mano izquierda, Carla pudo observar que los ojos de Rose tomaban una tonalidad roja oscura y su pupila era mucho más parecida a la de un felino. -¡Rose reacciona! ¡porfavor!- Después de eso Rose soltó la piedra y se llevó las manos a la cabeza.

-¿Derek? Lo lamento, me perdí durante un momento, ahora mismo sólo me duele la cabeza- Rose comenzó a sobarse lentamente ambos lados de la cabeza, mientras se sentaba.

-¿Estás bien Rose?- Carla salió del transe que le provocó el ver a Rose levantar algo que fácilmente pesaba díez veces lo que ella.

-Sí, gracias por preguntar, por ahora no usaré este guantelete- Rose trató de retirarselo de la mano, pero parecía estar pegado a ella. -¡¿Qué?! Esto no me suelta- Ella comenzó a tirar mas fuerte para intentar quitárselo aunque carla rápidamente revisó el guante.

-Rose deja de intentarlo, al parecer el guantelete se fusiono con tu mano y antebrazo, creo que tiene que ver con lo que te pasó hace un momento, parecía que algo se apoderó de ti-

-¡¿Qué quieres decir?!- La preocupación de Rose era evidente y aunque Derek fue el primero en percatarse del efecto del guante no lo mencionó para no preocupar a Rose.

-Tranquila Rose- Derek abrazó a la joven para calmarla y ella lo correspondió. -Buscaremos una manera de separarte de eso, por ahora hay que estar tranquilos- Apenas terminó de pronunciar esa frase, el guante cayó por si mismo y Carla lo recogió apenas tocó el suelo.

-Trataré de arreglar eso Rose, no te precupes, no volverá a pasar- Carla se dió la vuelta y se fue.

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