wasteland, baby!

american dream (o no)

donde zuko es el jugador estrella de rugby y sokka es el capitán de las animadoras y son noviecitos
modern au

las gradas del campo estallaban en gritos a cada gol de su equipo, en un día de partido tan solo se oían alaridos y el sonido de choques en el campo de juego. era un ambiente que no agradaba a muchos, y katara entraba en ese grupo minoritario. ¿pero qué otra opción tenía? su hermano era el capitán de las animadoras y el novio de este era el jugador estrella del equipo, así que no le quedaba más que asistir a cada partido aunque siempre terminara con dolor de cabeza cuando acababa.

──¿cuánto más van a estar tirándose y llevando la pelota de un lado a otro? es desesperante. ──katara llevaba todo el tiempo resoplando cansada, todos los demás habían aprendido a sobrellevar su mal humor en los partidos. aang le sonrió y cogió su mano.

──aún quedan veinte minutos para que terminen, pero hoy no te quejaste tanto como de costumbre. ¿puede ser que te esté empezando a gustar?

──nunca le veré el atractivo a esto, si tengo que pasar mi tiempo de alguna forma me gustaría que no fuera con millones de personas gritando a cada paso que dan los jugadores.

aang rio, siempre le enternecía ver cómo su novia se molestaba en los partidos.
él tampoco era un gran aficionado, pero que sokka estuviera tan emocionado de verlos en las gradas cada vez que hay uno lo seguía trayendo de vuelta al siguiente.

¿y qué decir acerca de sokka? él daba todo de sí en cada partido. por él y por zuko. porque gracias a ser el capitán pudo conocer, al que estaba seguro, era el amor de su vida. una relación como la suya solo pasaba en las películas, o eso era lo que creía sokka antes de conocer al jugador.
eran tan perfectos juntos que parecían haber nacido del destino mismo.

sin embargo, el destino no quería que ganaran ese partido. iban perdiendo por mucho y el tiempo se desvanecía tan rápido como el sonido. el moreno sentía los brazos pesados y la garganta arder, pero nunca dejó de animar a su novio.

el árbitro pitó un descanso, el último antes de finalizar el juego. todos los jugadores fueron reunidos alrededor del entrenador. sokka lo veía gritar, parecía realmente furioso y toda esa ira se dirigía hacia zuko. el moreno veía la escena preocupado.  él había notado que zuko no jugaba igual que siempre, pero pensó que era tan solo su imaginación.

después de toda la bronca por parte del entrenador, el jugador fue corriendo hacia su novio, que lo esperaba impaciente.
sokka acarició las mejillas rosadas de zuko, brillaban a la luz de los focos por el sudor que generaba el deporte.

──¿está todo bien? el entrenador estaba más enfadado de lo normal. ──el pelinegro reposó más peso en una de las manos oscuras del contrario, cuando hacía eso sokka siempre decía que parecía un gato.

──sí, no es nada... solo tengo la cabeza en otra parte. ──sokka lo conocía demasiado para saber que no era solo eso, que algo más parecía inquietarle. pero él no le obligaría a contarle, no hasta que zuko decidiera hacerlo.

──sabes que si pasa algo puedes decirme. no pienses de más, todo irá bien. ──el moreno le dedicó una sonrisa dulce y juntó sus frentes. el pito volvió a sonar, debían volver a despedirse. el pelinegro dejó un fugaz beso en los labios chocolate de su novio antes de marcharse, ajustándose el casco que se había quitado al hablar con él.