(Advertencia: Este capitulo es un poco fuerte, toca temas como el abuso, la auto lesión y el acoso. Leer bajo su propio criterio. Toda coincidencia con la vida real es casualidad.)
Estoy realmente emocionada. Es una nueva etapa. La universidad, estudiaré lo que más me gusta, conoceré gente nueva.
Ingresé al amplio salón de clases y observé a mi alrededor, había varios estudiantes.
Hemos empezado hace algunas semanas y solo pude hablar brevemente con algunos compañeros, pero sé que tendremos tiempo para conocernos mejor.
Envidio a Dylan, él se integró muy bien, ya tiene hasta un grupo de amigos estable.
Creo que estoy siendo demasiada optimista, pero, no puedo evitarlo, Dylan me ha contagiado la emoción. Al menos esto me distrae del sueño con el que estoy lidiando en este mismo momento, la noche anterior fue un martirio.
Esa voz...pidiéndome que la ayude y yo sin poder hacer nada, sintiéndome completamente inútil.
¿Por qué me duele recordar aquella voz que jamás escuche en vida?
De repente siento como me golpeo con algo en la pierna:
—¡Mierda! —.
Exclamó en voz alta al golpearme con un banco, llamando la atención de todos.
Mierda, odio ser el centro de atención. Siento como me arde la cara, por suerte no está la profesora:
—¿No es muy temprano para estar insultando en voz alta? —.
Escucho decir divertido a Dylan, alzo la mirada y lo veo sentado en una mesa. Le sonrió mientras me acerco a su lado:
—Nunca es lo suficientemente temprano...—.
Respondo divertida para sentarme a su lado. Realmente soy de insultar bastante y él se burla demasiado de ello, Dylan me observa algo preocupado:
—... ¿Otra vez? —.
Me pregunta, parece que era muy obvio que no había dormido nada.
Apoyo mi cabeza en la mesa y asiento lentamente. Dylan acaricia mi cabeza:—... ¿Cómo harás ahora? No puedes venir en este estado todos los días—.
Alzo los hombros, no tenía idea de cómo solucionarlo. Pero, sabía que debía hacerlo, no podía seguir así.
Él observa a sus amigos y hace una seña con la mano para que esperen.
¿Qué están tramando?
Dylan se baja de la mesa para sentarse a mi lado:
—Se que no está relacionado con lo que estamos hablando, pero... ¿Mañana por la noche quieres ir a una fiesta? —.
Lo observo algo curiosa:
—¿Una fiesta? —.
Dylan asiente animado:
—Si, creo que lo necesitas. Además, así conocerás a nuestros compañeros mejor... ¿Qué dices? —.
Me quedo pensativa un momento, alzo mi cabeza y veo que Wendy nos observaba algo preocupada, pero, al notar que me di cuenta, se dio la vuelta.
Qué raro.
Vuelvo a ver a Dylan y asiento con la cabeza. Era cierto, lo necesitaba. Distraerme de las pesadillas.
Él realmente sabía cómo ayudarme.
Me da pena saber que su padre es un maldito, algo que me entere hace meses, pero, preferí ocultarlo para no hacerlo sentir mal.
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Ecos de una historia jamás contada. Parte I
Fantasi"...El mundo es corrompido cada vez mas. No hay tiempo casi para nada, entonces los guías deberían conducirlos a aquellos que lo equilibrarían a su lugar destinado, donde se volverán a repetir una y otra vez, historias como ecos jamás escuchados en...