¡Estamos por llegar a nuestro destino!

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(Mei)

No sabía cómo reaccionar ante ella. Estoy tan aterrada y a la vez, intrigada por su presencia. Pero algo es seguro, claramente algo malo está pasando y ella sabe que es y es por eso que ya no puedo aguantar más:

—¡¿Qué está pasando aquí?! —.

Le grito a Leah, estaba muy frustrada y enojada, no puedo con todo esto ya.

Ella me agarra por los hombros para tratar de calmarme, mientras tanto, Aiden observaba todo incrédulo:

—Mei...tranquila, soy yo...por favor, por lo que mas quieras, sigue confiando en mí. Ya tendremos tiempo para explicar todo esto, pero ahora tenemos que sacarlos de aquí con vida, ya están a salvo—.

¿Tendremos?

Observo como Aiden se levantaba con dificultad y me acorde de lo que nos dijo el extraño, así que rápidamente lo ayude a llegar al asiento del piloto:

Antes de despegar, necesito saber dónde están mis amigos...—.

Le dedica una mirada impaciente a Leah, se puede notar que aguanto todo esto para saber si estaban con vida.

Ella suspira y le dedica una sonrisa algo apagada:

—Tranquilo...están atrás, en los asientos de los pasajeros, y también están otras personas que pudieron lograr escapar...pocas lamentablemente, pero, decidimos darles refugio. Protegerlos—.

Al escucharla hablar podía distinguir la decepción en su voz, pero a su vez, la tranquilidad de Aiden al saber que ellos habían sobrevivido y enciende el avión y también, mi ansiedad que crecía al escucharla hablar en plural.

Observo como Leah estaba por decirme algo así que le di la espalda y me dispuse a sentarme en el asiento de copiloto, al lado de Aiden.

Aunque "estuviéramos a salvo" mi respiración seguía agitada, mi corazón acelerado. Cubro mi rostro al pensar en lo que puede estar pasando allá afuera.

Mi mamá, mi papá, Lyla...dios. Necesito respuestas.

Siento la mirada de Aiden sobre mi mientras sentía como el avión empezaba a andar para luego elevarse de a poco hacia el cielo, aunque un fuerte ruido de la puerta abriéndose me descoloco nuevamente.

Y es entonces que entra el hombre encapuchado, aquel que nos indicó el venir aquí, que nos defendió de esas cosas oxidadas.

Se saca la capucha verde y revela su rostro. Era un hombre muy atractivo, prácticamente de unos 30 años, moreno y con ojos color verde oscuro...pero eran de un verde más intenso de lo normal, parecían sacados de una historia de fantasía.

¿Están... brillando?

Aiden quien estaba concentrado en volar, se da la vuelta para ver que quien se trataba y al verlo, una expresión de impacto aterrizo en el:

—¡¿Derek?! —.

Exclama Aiden con sorpresa, parecía conocer a aquel tipo:

—¡Salgamos de aquí, ahora! —.

Ordena ese hombre, ignorando la sorpresa de Aiden.

Y es así que el avión despega, llevándonos a todos lejos de ese aeropuerto donde fui testigo de los más horribles y perturbadores sucesos que presencié en mi vida.

Suspiro pensando en todo lo que vi allí, el olor a sangre que desprendía de aquellos cuerpos fríos y ausentes de vida me hace temblar inconscientemente. Siento como alguien toca mi hombro con delicadeza:

—...Mei—.

Necesitaba llorar, me dolía la garganta al reprimir ese nudo que tenía en mi garganta, el señor Hanks...esas personas desesperadas... y Leah...Leah no lo hace fácil. Estoy en un avión rodeada de extraños y la única persona que conozco me es muy difícil en confiar en este momento. Observo a Aiden algo tenso al volar, pero se esfuerza, él es fuerte, no es débil como yo.

Ecos de una historia jamás contada. Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora