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Su vista se encontró con la mía, mi respiración se volvió agitada y las ganas de llorar se habían hecho presentes, ellos dos estaban en la entrada del restaurante siendo atendidos por el recepcionista del local, no dejaba de verme y yo quería desaparecer en ese mismo momento.

Fui donde el dueño del lugar, mis manos temblaron y de a poco sentía como mi voz se quebraba.

Le comenté al Señor Kellog que no me sentía bien, por el día de hoy no me sentía capaz de continuar trabajando debido a que mi cabeza dolía demasiado, no era una mentira después de todo.

Recibí una sonrisa de su parte junto a un asentimiento de cabeza para luego decir que no había problema alguno, no había mayor cosa que hacer y el restaurante se encontraba cerrado por la presencia de las dos celebridades, para cuidar su seguridad era mejor que solo ellos estuvieran presentes.

Luego de escuchar aquello fui directo al casillero dónde dejaba mis cosas, a paso acelerado salí por la puerta trasera pero una mano sobre mi muñeca me lo impidió.

Era él, podía reconocerlo por su aroma.

— Sam, espera.

Cerré mis ojos con fuerza, no quería verlo, no estaba preparada para escucharlo, no estaba en riesgo de ser encontrado, está salida no la conoce nadie más que los trabajadores del lugar.

Mi corazón se aceleró, mordí mi labio inferior tratando de aguantar más ganas de llorar, antes de hablar solté un pequeño suspiro.

— Tu novia te espera en la mesa, ve con ella.

Por primera vez lo miré, sus ojos seguían teniendo aquel brillo que tanto me gustaba ver, solo que está vez no brillaban por mi, sino por ella.

— Déjame explicarte cómo paso todo es un..

— Christopher, no hay nada que explicar, puedo entender porque nunca me comentaste que te gustaba Sana, no quiero escucharte.

Mis lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas, tomé un poco de aire para continuar con mis palabras.

— Ella es la chica ideal para ti, no quiero verme involucrada en su relación, ella si es para ti.

— Samantha, escúchame.

Negué, no quería seguir escuchando sus escusas.

— Nunca terminamos de manera oficial, seguía siendo tu novia hasta el día de ahora, Cristopher Bang, fue un gusto coincidir contigo en esta vida, espero seas muy feliz a lado de la persona que amas.

Antes de que dijera algo hice que soltara mi mano para poder irme del lugar, con el corazón en la mano y mis lágrimas saliendo sin parar empecé a caminar hasta mi departamento donde no salí por los últimos cuatro días.

Había enfermado.

Una vez que me encontraba mejor de salud pude volver a trabajar, seguía con mis labores de ese día hasta que observé una silueta familiar, podía reconocer a los chicos por el olor, y si manera de caminar

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Una vez que me encontraba mejor de salud pude volver a trabajar, seguía con mis labores de ese día hasta que observé una silueta familiar, podía reconocer a los chicos por el olor, y si manera de caminar.

Felix y Hyunjin.

Me vieron para luego acercarse con suavidad, me regalaron una sonrisa y yo hice lo mismo, ordenaron la comida que deseaban para luego ir a su mesa a dejar los platos de comida.

— ¿Por qué no escuchaste a Chan Hyung.?

– Buen provecho.

Trate de evitar el tema, no quería llorar más por el día de hoy.

Luego de una hora ellos tuvieron que irse, sin decir nada porque ya era mi hora de salida, me despedí para luego ir hasta mi casa, encontrandome a un Seugmin y un Han frente al restaurante con un auto estacionado.

— Samantha tenemos que hablar.

Otra vez él, hoy se veía mucho más atractivo que antes. .

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𝒀𝒐𝒖 𝒄𝒂𝒏 𝑺𝒕𝒂𝒚; 𝔹𝕒𝕟𝕘 ℂ𝕙𝕒𝕟 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora