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Después de dos meses había conseguido un lugar donde vivir, tenía la comodidad hogareña de toda casa con la diferencia de que yo vivía sola y no tenía dónde acudir sin contar a Felix que ha estado conmigo durante todo este tiempo y se a encargado de conseguir un lugar donde yo pudiera vivir, básicamente Felix consiguió un departamento vacío en el edificio donde vive, entonces vivo en el mismo edificio de Felix con dos pisos más arriba.

Tenía que acostumbrarme a mi nueva vida, ese día iría a conseguir un trabajo con el cual pueda mantenerme viva, el dinero que mi papá me dió se gastaría pronto por todo lo que he tenido que gastar en los arreglos del departamento y la renta del mismo.

Buscaba en varios periódicos al menos un trabajo de medio tiempo porque claro está que debo seguir los estudios en un instituto público.

Sabía de sobra que Felix quería ayudarme con los gasto que tengo que correr sola pero no sé lo permití, no quería que tuviera problemas con su agencia por gastar tanto dinero.

Mis ojos se quedaron en el artículo de una pastelería no muy lejos de donde me encuentro

Señale el lugar y el anuncio con un marcador para poder tener en cuenta cuál era el lugar donde me aseguraría de obtener el empleo.

Me puse una campera de color gris con unos pantalones negro y zapatillas blancas, salí de mi departamento directo al local.

El frío no me importaba en lo absoluto. Y tampoco llame a Felix para decirle que no estaría en casa por si se le ocurre ir de visita.

La cafetería no era un lugar tan pequeño ni tan grande tenía una capacidad de al menos 250 personas.

La campanita sonó cuando abrí la puerta, una empleada del lugar salió enseguida y se puso en el mostrador esperando mi orden.

— Buenas tardes, ¿Deseas ordenar algo?

Negué levemente con la cabeza.

— Vi que necesitaban ayuda, quería saber si todavía está disponible el puesto.

La chica sonrió sin mostrar sus dientes y regreso al lugar de donde salió está vez una señora de no tan avanzada edad con unos papeles en la mano.

Me indico que una mesa y la seguí para sentarme frente a ella.

— Mi hija me dijo que quieres el empleo.

Asentí.

— Bien, en este papel tienes todas las condiciones que debas saber, aún que nunca nos regimos a tales reglas, solo es para tener algo de seriedad en cuanto al negocio.

— Vi el anuncio en el periódico y vine lo más rápido que pude, necesito el empleo.

— No dudo de eso, tendrás una semana de prueba. Y después del tiempo establecido veré si te quedas con el empleo o no.

Sonreí con emoción y le di las gracias a la dueña del local. Me dió mi horario y agradecía que me tocará a partir de las tres de la tarde hasta las ocho de la noche.

Al salir del lugar me encontré con una caja en la esquina de la vereda. Me acerque sin miedo y pude ver qué era un pequeño cachorrito color blanco temblando de frío.

Era de noche y el frío se hacía más fuerte con el paso de las horas, me saque mi campera y envolví al pequeño dándome calor para que dejara de temblar.

Por suerte llevaba un buzo debajo de la campera, lo más probable es que se me congestione la nariz y nada más, pero no importaba si podía ayudar a un pequeño animalito.

— Estaba a punto de.... ¿Que es eso? — negué con la cabeza mientras reía.

Destape al pequeño animalito para que Felix viera lo que traía en mis manos.

Y como si fuera la primera vez que había visto un cachorro me lo arrebato de las manos y abrió la puerta de mi departamento.

Esperen. ¿Cómo es que tiene el código de mi departamento?

Suspire y busque un plato pequeño para poder alimentarlo y darle algo de comer. No tengo comida de perro pero algo se me ocurrirá.

Deje el plato de comida en el suelo y Felix lo soltó para que pueda ir a comer.

— No sabía que te gustaban los perritos

— Lo encontré en un cajita saliendo de la pastelería dónde trabajaré.

— Genial... Espera... ¿Trabajarás?

— Necesito dinero, y lo que mi padre me dió no durará para siempre, debo trabajar mientras estudio, de todas forma no creo que sigan pagando la universidad a la que voy.

— Claro que lo hacen — sonrió— fui a ver si el lunes irías a la misma universidad y dijeron que alguien había pagado toda la carrera.

Me quedé perpleja ante la noticia, solo espero que este gato bobo no haya gastado su dinero en mi.

— ¿No la pagaste cierto? — se puso nervioso y entonces entendí que fue a mi universidad para pagar toda mi carrera — ¡Yongbok!

— ¡Perdón! Pero quería que siguieras en la misma universidad — se excuso — vas a mitad de la carrera y no quiera que te tocará repetir.

— ¿Que te dije de gastar tu dinero en mi?

— Que no lo haga, pero escucha,  solo faltan tres semestres más y acabas.

— Espero que no lo vuelvas a hacer, te pagaré todo y...

— No — se apresuró a decir — lo hago de corazón los hermanas viven en Australia y tú eres lo único que tengo lo más cercana a una hermana, te quiero como tal y por eso lo hago.

— ¿Las extrañas verdad?

— Mucho — sonrió — pero ahora te tengo a ti, eres mi hermana de otra madre.

— Yo también te quiero.

Sonrió, tomo al pequeño cachorrito en su brazos y lo acaricio.

— Necesita un nombre.

— Estaba pensando en llamarlo Yongbok — Reí.

— Ni se te ocurra.




— Ni se te ocurra

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𝒀𝒐𝒖 𝒄𝒂𝒏 𝑺𝒕𝒂𝒚; 𝔹𝕒𝕟𝕘 ℂ𝕙𝕒𝕟 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora