La mayoría de los presentes estaban enfocados en el ambiente, la musica parece mas fuerte y las luces tenues. la mayoría de mesas ya estaban servidas.
— ¿Es tu amigo? — La señora le ofreció ambas manos a Yoongi, él saludo fue breve.
—Si, lo traje porque quiero que vea la granja.
Ella sonrió. Yoongi por un momento sintió un cambio en el flujo de sangre de ambos, como si hubiesen dejado de respirar.
— ¿Como te llamas?
—Yoongi.— Su tono fue descuidado, aun así no hizo nada para remediarlo; demasiados aromas extraños y conocidos, los parloteos a su alrededor lo estaban mareando.
—Volveremos mas tarde.— Jimin tomó a Yoongi del brazo y comenzaron a caminar, su madre solo los despidió agitando la mano.
—Creí que me habías invitado a la barbacoa.— el calor del cuerpo de Jimin lo estaba incomodando, cada vez parece aferrarse mas a su brazo.
El paisaje se vuelve mas oscuro conforme se alejan. Las farolas apenas iluminan y los campos de maíz se ven infinitos, en un tono azul que se vuelve mas intenso hasta ser negro por la lejanía, las casas sin señales de vida y algún grupo de insectos que combinan su canto con el sonido del viento que choca contra los arboles.
—En la verja de aquí.
Jimin quitó el pasador invitándolo a entrar, caminaron entre el pasto recortado un poco más. Yoongi se detuvo a ver el movimiento de un remolino colgado de un árbol, las luces se encendieron a su espalda dejándole ver con claridad los colores del objeto.
—Mira.— Jimin se paró a su lado con un polluelo entre sus manos, apenas podía escuchar los quejidos del ave.
Jimin se lo acercó y no tuvo más opcion que tomarlo. Le atacó el temblor en las manos que incluso juraba sentir por microsegundos el corazón de la criatura entre sus dedos.
—Puedes llevarte algunos, el señor Han dijo que estan listos para comenzar su vida independiente.— la sonrisa de Jimin se hizo más profunda, sus ojos se cerraron pareciendo medias lunas.
—Con este es suficiente.
—Espera.—Jimin se regreso a la cabaña seguido por la mirada de Yoongi.
Al cabo de unos minutos un grito desde el interior lo alertó. —¿Estas bien?
Al no recibir repuesta entró acomodando el pollito en sus brazos, Jimin estaba sobre el piso presionando su muslo, las gotas de sangre se deslizan sobre su pantalón.
—Me deslice de la escalera.—Cuando quitó sus manos, Yoongi pudo ver el pedazo de metal incrustado, colocó al pollito en una caja de madera al lado y se puso se cuclillas, apartó las manos de Jimin con las suyas. Con una mano hizo presión y con la otra retiro el objeto. Al estar fuera hizo presión con ambas. Se relamio los labios tragando grueso pero despacio.
—Yoongi...— El toque tibio sobre su mejilla lo asustó.— Jamás te había tenido tan cerca.— su otra mano se posó sobre el hombro de Yoongi y dejo hundir su rostro en su cuello absorbiendo el aroma, que para su sorpresa, no era el de transpiración o algun producto de limpieza.
—Tu herida podría-
El apretón en su hombro lo hizo callar y soltar la zona dañada.
—Olvidala—Esa voz de terciopelo le hizo darse por vencido.
La mordida en su cuello se sintió extraña, pero el dolor en su garganta y colmillos le roba toda la atención que podría darle a los movimientos del chico. Llevó la mano manchada de sangre sobre su nariz y abrazó a Jimin para evitar que le viera lamer la sangre que se había acumulado en sus palmas mientras que esté seguía olfateando con desesperación.
Los movimientos de Jimin llegaron hasta sus labios, no fue un beso, parecía querer comer su boca, mordisqueando hasta sus mejillas a través de su cavidad bucal.
—Dejame hacerlo.—Esta vez fue Yoongi quién presionó con fuerza dentro de su boca, lo que Jimin no esperaba era el dolor punzante de los colmillos incrustandose.
Yoongi quería alejarse cuando sintió que iba a traspasar su piel, pero los brazos de Jimin le detuvieron , se sentó a orcadas en su regazo y Yoongi quedo estático al sentir el dulce sabor metálico fluir en su lengua. Por comodidad alzó un poco a Jimin tomándolo por la cintura para recibir hasta la última gota de sangre.Ambos se dejaron caer. El pecho de Jimin se inflaba soltando el aire. Parecía soñoliento.
Yoongin se soltó del agarre.
—Esto que ocurrió es tu imaginación Jimin.—Llevó sus manos al rostro sonrojado.—Estas aquí para buscarme.— el rostro esta tibio, mas de lo que desearía.
Arrastró el cuerpo sobre el piso de madera.— estabas buscándome para darme el pollito.
Colocó el trozo de metal en la mano de Jimin y le dio un beso en la frente antes de salir corriendo hasta perderse entre el campo de flores de lavanda que limitan el pueblo con la carretera.