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Yoongi al igual que Jimin mantenían la vista en su plato, jugueteando  las verduras con el cubierto sin dar el primer mordisco siquiera.

—¿No vas a comer?— Yoongi bebió la mayor parte del café acaramelado  de un trago, evitando hacer contacto.

—No tengo hambre, además, ¿no deberías comer también.

Jimin le quito el vaso hermético bebiendo lo restante, dió un respingo porque el líquido le causo un ligero ardor en las heridas de su boca.

—¿Estas bien?

— Solo tiene un sabor fuerte.

Yoongi asintió haciendo su mayor esfuerzo por comer sin devolver el bocado, se concentró en imaginar un sabor y no lo que masticaba. Mandarinas en sangría o carne fresca de caballo.

Jimin dejó el cubierto sobre el plato—. No puedo, tengo suficiente con el café.— devolvió el plato a la barra y luego de un momento volvió riendo entre dientes.

—¿qué es?

—Fue vergonzoso ir allá, todos me vieron fijo.

Yoongi negó llevando los trastos sucios con la bandeja hasta la caja, Jimin le siguió el paso afuera de la cafetería.

—¿Cual es tu siguiente clase, Park?

—Literatura.

Yoongi se detuvo colocándose sus lentes de montadura negra.— Es en el otro edificio— señaló la salida y luego observó el dorso de su mano «olvidé repararlo»

—Falta media hora.—Jimin señalo su reloj de bolsillo con una cadena de piedrecillas azules.

Yoongi sonrió.

—¿Porque no vamos al jardín?— preguntó Jimin.Yoongi se limitó a liderar el camino, no es mala opción, el jardín es como la división de ambos edificios y eso le asegura deshacerse de Jimin en cualquier momento con alguno de sus compañeros.

Se sentaron en la mesa cerca del rosal bajo un árbol de manzanas, el único ahí. La mayoría de estudiantes estaban sobre el pasto, en las gradas o en reposando en las columnas, alrededor.

—Dejamé ver.—Yoongi extendió la mano y Jimin desabrochó el reloj de su bolsillo para dárselo.

Pasó observando el reloj bastante tiempo, detallando las rosas azules en el y el movimiento de las agujas sobre los números escritos en código.

—Ayer no respondiste cuando pregunté porque me evitas.—Dijó Jimin teniendo la atención de Yoongi.—Se que es de mala educación insistir, pero-

Yoongi lo interrumpió:

—Tenemos mala reputación Park, no es que me importe  mucho lo que digan pero tampoco quiero crearme conflictos en el entorno.—Yoongi volvió su mirada al pasto.

—Creí que no te agradaba.— Jimin tomó unos pétalos marchitos del suelo, estos crujen ante las caricias de sus dedos.

—Eres agradable, solo mantengamos un margen, eres lo suficiente inteligente para captarlo.

—Ayer viniste conmigo...— Jimin intentó objetar pero se quedo con el resto de palabras para si mismo.

Yoongi le devolvió el reloj poniéndose de pie.—Se como culvtiar rosas azules desde retoños, puedes venir a mi casa para verlos.

Los ojos de Jimin se iluminaron.—¿Eso no rompe el margen?

—Faltan cinco minutos para mi clase.—dijó Yoongi antes de retirarse entre la aglomeración de estudiantes a través de las puertas de vidrio.

                        『⚘』

Seokjin colocó una canasta con peras de porcelana sobre la mesa, tarareando alguna melodía de Jazz que se produjo desde el salón. Unos brazos le rodearon haciéndole reposar la cabeza hacia atrás y reír suave.

— Tengo buenas noticias.— Sus brazos se dejaron extender por los contrarios en una danza cronometrada por los sonidos del tacon en sus zapatos contra el mármol pulido y la respiración sobre su cabello.

—Díme.

—Compramos el condominio.

Seokjin se volteó para plantar un beso en cada mejilla de Namjoon.—Enhora buena.

—¿Y el cachorro?

Namjoon abrazó por la cintura a Jin

—Ayer vino con un olor extraño y se encerró en su cuarto.— frunció los labios—. ni siquiera lo vi salir por la mañana.

—Dices que ,¿volvió a la cacería?

—Puede ser, venía relamiéndose los colmillos hasta que me vio.

Namjoon negó separándose para tomar un trozo de carne de la nevera.

—Cuidar de un vampiro es difícil.

—¿Tu crees que lo sea?

Namjoon le dio un solo mordisco ofreciendo la mitad a Seokjin, este se negó sacudiendo las manos.

—Nuestra naturaleza no lo rechaza, sin embargo hay cosas extrañas que aun no resolvemos.

—Pensándolo bien, él nunca a convivido con nuestros lobos mas allá de los días de luna nueva o roja.

Seokjin chasqueo con lengua.

—¿a que viene eso?

—Nada...se que no  vale la pena cuestionarse ahora.

Namjoon alzó los brazos estirándose hasta que un ruido de un auto siendo aparcado lo descolocó.

—Son los nuevos vecinos, llegaron ayer por la mañana.—Seokjin se colocó en la pared de vidrio.

—¿Los conoces ya?

—Si y hay algo interesante en ellos.

Namjoon se acercó hasta quedar a su lado observando a un hombre de espaldas cerrando las puertas.

—Ni lo digas. Esa casa tiene hasta leyendas de asesinatos por espíritus malignos esparcidos hasta la ciudad, están sabedores de lo que se enfrentan o vienen  por ello.

Seokjin asintió observando ahora el horizonte nublado.
























roses bleues #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora