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— ¿Volverás a la universidad mañana?

—Me duelen las piernas aun.— Jimin se removió en la cama saliendo de las sabanas, su cabello alborotado, ojeras marcadas y labios violáceos a punto de romperse por falta de hidratación.

—Estando aquí no conseguirás lo que querías.— Su madre colocó un paño humedo sobre el rostro palpando con cuidado.

—Es cuestión de tiempo.— habló a través del paño sonando distorsionado.

—Cometiste dos errores hasta ahora, te vi el otro día y ahora esto. ¿qué planeas?,¿quieres que nos descubran?

Jimin suspiró, estaba cansado de llevar esa vida, huía constate de las personas amigables para no encontrarse en un aprieto, aun así esta vez parece tan diferente. Hace un tiempo había elaborado un plan, un plan perfecto segun su criterio; Nada parece resultar como lo quería. Hay algo en sus encuentros con Yoongi que no coincide y aun si se toma el tiempo de desglosar hechos y posibles pista hay un momento de oscuridad donde todo se vuelve borroso.

— Esperare a mañana. Si me siento mejor volveré a la universidad y lo traeré.

La madre de Jimin se volvió al sofá forrado de gamuza roja y le dio un trago a su botella, un vino rosado con globos oculares. Una linea se escurrió llevándose el color del labial carmín escurriendo por su cuello

Jimin se quito el paño observándola.—Él sera mi ultima comida.

Su madre abrió los ojos con exageración.

—¿Qué?

—Solo necesito prepararme. Esta vida, de esta forma no tiene sentido.

—¿A que te refieres?— Ella se levantó dejando la botella sobre la mesa de vidrio creando un chirrido.

—Quería una amistad con ese chico cuando lo conocí, pero al estar cerca solo pude pensar en comer hasta poder lamer sus huesos, ¿no suena enfermo?— las lágrimas brotaron de sus ojos.

—Débil.

La mano de su madre se estampó contra su rostro. Jimin se contrajo remarcando su clavícula mientras la camisa se desliza aun lado por lo ancho.

—No puedo con esto.

Jimin llevo sus manos hasta su cabello tirando de el. Su madre intento detenerlo separando sus manos pero al no lograrlo lo dejo caer al suelo por la fuerza en su agarre.

—Deberías agradecer que vives.

—¿Porque?, ¿debo agradecerle que no me comió igual que a mis hermanos?,¿que estoy aquí solo porque quiso experimentar ser madre?— Jimin respiro hondo porque sus ojos ardían al no poder producir mas lágrimas, en su garganta duele.

Ella lo tomó del cabello arrastrándolo por el suelo, Jimin solo se dejo ser, esperaba morir esta vez.

—Debería comerme y fingir que esto nunca paso, porque soy su decepción y nuca seré como usted.

Jimin, al llegar a las escaleras se agarró de uno de los balcones logrando ponerse de pie, ella tambaleó un poco. Sus miradas fijas.

—Deja esa ida tuya de morir.

—¿Porqué?—Jimin asintió su cuerpo mas liviano—. ¿No entiende que me esta asfixiando?— Jimin se deslizo por el balcón, la mirada en alto de su madre, con esos ojos de avena en llamas le estaba perforando el poco valor — no me comprendo. Solía creer que podría dominarme  cuando creciera, que podría escapar de aquí.

—Solo sabes dar lastima.

                             『⚘』

El profesor entro al laboratorio con una caja, las muestras en probetas hacian un tintieo al chocar contra el escritorio.

Dejó su bolso en el perchero y levantó las persianas. Hace calor aun cuando esta nublado.

Comenzó a remover las demás cortinas cuando unas manchas oscuras sobre la pared llamaron su atención. Salpicaduras marrones.

roses bleues #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora