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Jimin cada día parecía mas incoherente. A pocas horas de terminar las 79 horas de viaje intercalándo noches de sueño.

Jimin conservó un poco de carne cocida, al momento de comerla y saciar su hambre comenzó a culparse, el sentimiento abrazador de ser un monstruo. Tuvieron que hacer una parada pero Jimin no llegó mas lejos del puente vomitando en un estanque de un parque, en plena tormenta. Así paso el resto de tiempo, con nauseas y murmurando cosas incomprensibles para Yoongi.

Llegaron al distrito 13 al amanecer, ahí hacía calor, seguro estaba iniciando el verano. Contaban con un poco de dinero y las habilidades hipnóticas de Yoongi para sobrevivir hasta encontrar a Seokjin y Namjoon.

— Vamos afuera.— Yoongi habló en un tono lejano, pero Jimin ni se inmutó, fijo en el movimiento de los transenúentes aferrándose a su camisa raída y sucia como si quisiera estrujarse.

—¿Qué tienes?— Yoongi lo tomó por los hombros encontrándose con su mirada apagada.

—muerdeme...— sus palabras se quebraron al salir.

Yoongi no comprendía lo que pasaba, quería asesinarlo el mismo bebiendo su sangre hasta dejarlo exprimido como tejidos secos aun así esta forma no era la que buscaba, no había ese brillo en su mirada ni una sonrisa, comenzó a abofetearlo.

—¡¿Te estas matando?!— un sonido crudo de la palma con lo que ahora es piel reseca y pigmento enfermo, verde amoratado. — ¡no te atrevas a joderme de esta forma!—. Le clavo los colmillos. No hubo quejidos, solo una tos seca.

No sorbió nada  y se limitó a lamer las dos finas gotas que brotaron por las aperturas, habiendo rasgado la tela.

Jimin le tomó el rostro entre sus manos, ahora ambos se mantenían fríos. Se relajo suspirando y emitiendo un llanto ahogado y sin lágrimas.

Yoongi no estaba prestando atención a la gente afuera del auto que ahora los estaba rodeando o al llanto de Jimin, solo a sus latidos y como percibía el fluir agónico del liquido carmín en las venas del muchacho.

Un oficial de policía tocó el vidrio y Yoongi lo bajo lento, no estaba aterrado de ir a la cárcel, si no de tener que deshacerse de posibles cadáveres.
                        『⚘』

—Profesor Lee estamos haciendo  lo posible para encontrar a su hijo, mantenga la calma.— la abogada se retiro los lentes entregándole unas cuantas paginas.

— Sus posibilidades no son suficientes. Mi hijo va a cumplir cinco días desaparecido y no hay nada que me asegure que esta vivo.

El profesor estaba seco de llorar, sus ojos inyectados de sangre y tembloroso.




roses bleues #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora