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Yoongi mordió su bolígrafo luego de escribir cinco lineas de cuadros y equis sin aparente objetivo sobre su libreta. Apretó el puño sobre la tela de su pantalón.

—¿Vas a quedarte,Min?— Él profesor colocó tres laminas sobre el escritorio, la mediana sonrisa en sus labios y los lentes redondos le dan un aspecto amable.

Entonces Yoongi cayó en cuenta que la clase había terminado, había estado tan envuelto en su propia burbuja que ni siquiera era consciente de haber tomado notas y comprender la explicación.

—Si.

—Estas son nuevas, puedes usarlas pero asegura su buena condición.

Yoongi tomo las tomó.—Gracias.

—Por cierto, vi que estabas llevando un diario, ¿es algún experimento?— soltó una pequeña risa.

— Masa genética. Soy alérgico a muchas cosas y quiero ver por mi mismo las reacciones de mis organismos.

No es del todo una mentira.

Él profesor asintió dando unas palmadas en sus hombros.— Es como se empieza, la curiosidad por uno mismo lleva a la ciencia en caminos brillantes. No habrían grandes inventos sin personas que visualizan mas allá de lo que hay frente a sus ojos.

Yoongi aplanó sus labios.

—Lo tendré en cuenta.— «suena a científico frustrado»

El profesor se retiró dejando la puerta cerrada.

De entre la libreta y el cuaderno de Yoongi salio un papel verde doblado y arrugado. Lo tomó entre sus dedos guardándolo al medio del cuaderno.

Han pasado diez días desde  que vio a Jimin en la camilla del hospital. Varias hipótesis de confrontación contra su familia rodean sus pensamientos a diario,escenarios de muerte abrupta y torturas por personas borrosas.

Se volvió al microscopio con muestras de sangre nuevas, cada una de tonos mas brillantes u opacos. Tomando notas a lo ciego y masticando ahora una goma de mascar inexistente.

                     『⚘』

Entró a la casa procurando ser cuidadoso. Namjoon esta sentado en el sofá con un portátil sobre la mesa de cristal. Lo ignoró. Desde que volvieron del hospital su comunicación se corto, manteniendo un ambiente hostil y unas cuantas miradas de recelo.

Al llegar al segundo piso se encontró con Seokjin tomando medidas aun maniquí y marcando con una pinza la tela en blanco mate.

—Estoy en casa.

Seokjin se volteó dejando la almohada con agujas sobre la mesa.—Llegas temprano, ¿como te fue?

Yoongi se deslizó contra  la pared cristal  hasta quedar sentado antes de responder.

—Bien.

Seokjin negó retomando la tela para hacer dobleces. Siempre evitaba hablar temas personales o ser invasivo y no porque se sintiera sin derecho de hacerlo, solo pensaba que un lobo salvaje y un vampiro no podrían llevar ideales al punto de pasar lo superficial.

Yoongi estaba absorto en observar afuera, el auto de los vecinos es de un irritante rojo y desde esa altura se puede observar que dentro de la habitación, con ambas ventanas de madera abiertas en par, muchas cosas de colores brillantes, contrario al estado de la casa.

Una persona entró a la habitación que estaba analizando, estaba cabizbajo y extrañamente vestido, pero cualquier impresión en Yoongi cambio al ver su rostro. Se asustó, tanto que creyendo estar alucinando si le fuera posible.






roses bleues #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora