El Rey de la Mafia (#4 P.M)

HOOFDSTUK EEN

CAPITULO EDITADO

Capítulo 1

Valentino

Días más tarde...

Hace días que no sé nada de ella es como si le tragara la tierra, solo quiero encontrarla, pero ¿Cómo puedo hacerlo si ni siquiera sé dónde está? Mi equipo no ha podido rastrear su teléfono.

Me paseo de un lado a otro por mi oficina por los nervios que tengo en estos momentos. No tengo idea de que puedo hacer.

Escucho pasos por toda la mansión, suspiro porque sé que se trata de mi madre, levanto mi cabeza y al instante lo compruebo, se mira preocupada y eso no me gusta para nada.

— Valentino, hace rato que te estoy llamando y no me contestas ¿Qué te pasa? — pregunta.

— Secuestraron a la mujer que amo y no la encuentro por ningún lado — miento, ella abre los ojos asombrada y se queda pensando luego sonríe.

—¿Hablaste con tu padre? Capaz te ayude en algo — sugiere, pero mi orgullo es grande para hablar con él.

— Sabes que no hablamos desde que... — me interrumpe.

— Los dos son tan tercos. Necesitas ayuda, querido, habla con él y preséntame después que la rescates — menciona mi mamá.

— Ella no sabe de mí, mamá. Es mejor que se mantenga alejada de mí y de esta vida. Ella no es de este mundo — me excuso, ella bufa y rueda los ojos.

Yo solo la quiero por una noche nada más. No quiero nada serio con nadie.

— Tu padre era igual que tú, me alejaba en todo porque no me conocía, yo me tuve que acercar a él, tuve que tomar iniciativa. Conócela y acércate a ella. Nosotras las mujeres somos capaces de elegir nuestras propias decisiones. Una cosa más, desde que está secuestrada, ella es de este mundo, aunque no quiera — dice mientras se levanta del sillón. Me quedo pensando en lo que dijo.

Siento culpa porque ella está secuestrada por mi causa. Si le pasa algo, no sé qué haré.

Yanil

Días más tarde...

Estoy cansada, hambrienta y sucia. Hace días que estoy en un sótano, no tengo idea de que hago aquí, lo único que quiero es salir de este lugar. Por otro lado, no sé si es bueno o malo que nadie haya venido a verme desde que me trajeron aquí.

Mis pensamientos sin interrumpidos cuando alguien abre la puerta.

Yo hablando de más siempre.

— Yanil Kerr, la mujer de Valentino Aarden, es un placer conocerla — dice un hombre desconocido.

¿La mujer de quién dijo? ¿Quién carajos es ese? Estoy metida aquí por culpa de un hombre que ni siquiera conozco, genial.

— ¿La mujer de quién? Yo no soy de nadie, señor, ni siquiera conozco a ese hombre. Me está confundiendo con alguien más — expreso con curiosidad luego empiezo a reírme por la situación en la que estoy ahora mismo y hombre me mira como si fuera una loca. Estoy muy nerviosa.

¿Qué está pasando acá? Me entero de que tengo un novio ahora ni siquiera sabía de eso.

— El único hombre que conozco en mi vida es a mi papá, señor — explico, pero me ignora completamente, se acerca a mí.

— Valentino está interesado en ti, es lo único que importa en este momento así que deja de reírte antes que te reviente tu hermosa cara, niña — me amenaza y abro mi boca indignada por sus palabras.

¿Quién se cree este sujeto para hablarme así? ¿No tiene idea de quién soy?

—¿Qué te pasa para hablarme así? No sabes con quién te estás metiendo así que no hables como si fuera una mercancía — gruño enojada comienza reírse de mí.

Estoy cansada de esta situación, es hora de actuar de una maldita vez.

— Tu tampoco sabes quién soy, es mejor que no te metas conmigo — dice, logro desatarme la cuerda detrás, el hombre se acerca a mi para darme un golpe en mi rostro y veo que en un costado tiene un arma de fuego.

Ahora sí agradezco que mi padre me haya enseñado todo lo que sé de artes marciales y autodefensa.

El hombre trata de pegarme, pero detengo con mis dos manos, agarro su pistola con rapidez y apunto su cabeza, abre los ojos asombrados por mi rápida acción.

— Tu tampoco me conoces bien, querido así que suéltame de una vez — exijo enojada.

—¿Quién eres niña? — cuestiona con temor.

— Que maleducada. Me presento soy Yanil Kerr, hija del jefe de la casa Kerr y jefe de la mafia alemana — me presento y se pone pálido.