HOOFDSTUK VIJFTIEN

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CAPITULO EDITADO

Capitulo 15

Yanil

Semanas más tarde...

Me volví loca en el hospital, el día que salí mi padre dio la orden de que vaya a la casa de Valentino por protección ya que el accidente que tuve fue intencional.

Es absurdo porque ya me siento mejor.

Por otro lado, han pasado dos semanas desde lo sucedido, creo que es hora de volver a mi vida normal, no quiero estar más tiempo aquí ya que la tensión sexual con Valentino se nota desde kilómetros.

No quiero admitirlo.

No quiero esta vida para mí, aunque desde pequeña me involucró por culpa de mis padres y abuelos.

Minutos más tarde...

Han pasado diez minutos desde que Valentino con Jonathan se fueron a hacer sus trabajos. Decidí irme a mi habitación ya que me siento avergonzada por lo que acaba de pasar en su despacho también porque no quería leer el libro.

Este hombre me volverá loca, aunque hace rato que estoy por culpa de él.

Horas más tarde...

Mi hermano y Valentino regresan todavía, me estoy preocupando, porque son más de las 12 de la noche y no aparecen.

¿Les habrá pasado algo? Espero que no.

Escucho que abren la puerta de la casa, me levanto de la cama, me encamino hasta la entrada principal y encuentro a los dos hombres de mi vida con sangre en el rostro.

Jesús, María y José ¿Qué les sucedió a ambos?

— ¿Qué les pasó? — pregunto desesperada.

— Estuvimos en un bar y hubo una pelea, ellos dos se metieron en ella — explica uno de los hombres con preocupación hacia sus jefes y niego con la cabeza varias veces, pongo mis manos en mi cintura.

Estos hombres siempre tienen ganas de pelearse. No les entiendo a veces.

— Llévenlos a los dos a sus habitaciones, limpiaré sus heridas — ordeno y los hombres asienten con la cabeza.

Los haré sufrir porque me preocuparon ambos. Jonathan sabe que no me gusta que pelee igual lo hace ¿Por qué los dos reaccionan así por esa pelea?

Llegamos a la planta de arriba, los hombres que tienen a Jonathan y Valentino les dejan en una de las habitaciones así será más fácil de limpiarles las heridas que se hicieron. Me voy a buscar el botiquín.

Observo a los dos, me voy primero a curar a mi hermano comienza a quejarse de dolor y ruedo los ojos.

— ¿Qué fue lo que pasó? — pregunto con un tono bajo y triste, mi hermano se despierta y me observa con temor.

— Yanil — es lo único que dice, niego con la cabeza para que no digas nada más entonces se queda callado cuando termino de curar a mi hermano sigo con las heridas de Valentino.

Mañana tendré tiempo para retarles, por ahora quiero solamente que descansen.

— Gracias, hermanita — Gracias Jonathan antes de dormir.

— Mañana hablaremos Jonathan Kerr. Duérmete — ordeno serio y asiente con la cabeza.

Me voy de nuevo a mi habitación y me acuesto en la cama, cierro mis ojos al instante.

Día siguiente...

Me levanto temprano para hacer el desayuno a Valentino y Jonathan, al principio las cocineras no me dejaron tocar la cocina, pero por mi insistencia lo hicieron cuando terminé de cocinar todo puse en una bandeja con una pastilla para la resaca y los dolores que vendrán, me subo las escaleras con cuidado y entro en la habitación donde están compruebo que siguen dormidos.

Es hora de despertarlos de la peor manera posible cuando alguien está con resaca. Es hora del castigo para estos ineptos.

El ruido y la música alta. Me encamino hasta mi pieza, me encierro para poner la música alta, los dos hombres comienzan a quejarse por el ruido, escucho que vienen pasos hacia acá y me río en mi interior, me meto al baño con rapidez, abro la ducha para tomarme un baño refrescante.

Minutos más tarde...

Salgo de la ducha y del cuarto sin antes apagar la música, me voy hasta la pieza donde están los dos hombres, ellos me observan fulminándome con la mirada y río.

— ¿Les duele la cabeza? — pregunto con un tono inocente y ellos se quejan como niños pequeños, me percato que ellos no tomaron todavía el remedio para la resaca y me acerco a ellos, le doy golpea en la cabeza a cada uno de ellos.

— ¿Por qué nos pegas tan fuerte? Sabes que nos duele mucho — se quejan los dos al mismo tiempo.

— Tienen que tomarse la pastilla y su desayuno, idiotas. El remedio le calmará el dolor — explico enojada, hago una seña para que miren atrás de ellos cuando lo hacen, se paran y comen sus desayunos los dos cuando terminan de hacerlo, miro a mis dos hombres.

— Es ahora de hablar ¿Que hacían los dos en ese bar? ¿Por qué se pelearon? — interrogo enojada y los dos tragan saliva, bajan sus cabezas.

— No tienen malo que vayan a un bar, tienen derecho, pero quiero que me avisen ya que estaba muy preocupada por los dos, saben bien que estoy en peligro igual que ustedes, recuerden que hay un loco afuera que me quiso hacer daño — hablo regañando a ambos.

— ¿Estabas preocupado por mí? — pregunta Valentino con interés y emoción.

¿Eso es todo lo que escuchó? Estos hombres me volverán loca.

— ¿Es lo único que escuchaste con todo lo que dije? Eres increíble, Valentino. No sé qué hago regañándolos, hagan lo que quieran, pero cuando salga no me pidan explicaciones. Hasta luego tengo que salir un rato — reclamo enojada.

Si ellos ¿Por qué yo no?

Presto atención a los pasos que vienen atrás mío, me agarran de mi muñeca, Valentino hace que lo vea también hace que me recueste contra pared.

— No iras a ninguna parte, mijn koningin, tenemos asuntos pendientes que atender ¿Recuerdas? — dice y lo fulmino con la mirada, levanto mi rodilla y le doy un golpe en su entrepierna.

— No te metas conmigo cuando estoy enojada, Valentino, porque no me conoces, pero es hora que lo hagas así. Conocerás a la princesa de la casa Kerr, veremos si te gusta que sea tu reina, espero que estes preparado para lo que se viene — proclamo con seriedad mientras observo que se revuelca de dolor en el suelo del pasillo, me voy hasta mi habitación y me encierro por el resto de la mañana. 

El Rey de la Mafia (#4 P.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora