El Rey de la Mafia (#4 P.M)

HOOFDSTUK ACHT

CAPITULO EDITADO

Capítulo 8

Valentino

Mijaíl y Alejo Romanov son unos hombres difíciles de tratar, en cambio, su hermano Leo, es otro caso aparte y muy serio. conocí a los hermanos en un internado, fuimos compañeros de clases y de habitación.

— ¿Qué haces aquí, Valentino? — pregunta uno de los hermanos con seriedad.

— Es obvio que está aquí para que le ayudemos en algo, idiota. A ver, querido Valentino ¿En qué mierda quieres que te ayudemos ahora? — dice Leo mientras se aproxima hasta mí, observo con asombro que tiene una niña en brazos.

Es hermosa esa niña. Me imagino teniendo hijos con Yanil.

Sacudo mi cabeza para no pensar en eso ahora mismo, tengo que concentrarme en otras cosas.

— ¿Quién es el? — pregunta con timidez la niña.

— Es un viejo amigo de la universidad — contesta con tranquilada a su hija, ella me mira de arriba abajo luego hace una mueca y abraza por el cuello a su papá, se nota que los dos se susurran cosas, la niña se queja y se logra bajar de Leo camina hasta mí y la veo con el ceño fruncido.

— ¿Podemos quedárnoslo? Parece inofensivo papá — cuestiona con interés y mira a su padre.

Esta niña es rara.

— No cariño, no podemos. Él es muy viejo para que nos quedemos con él — responde, la niña se encoje los hombros, alza sus dos manos hacia mí.

¿Qué quiere?

— Quiere que la alces — lee mis pensamientos y así lo hago, me quejo de dolor al sentir un estirón de mi cabello.

¿Qué está haciendo esa niña? Como dije antes es muy rara.

— Tu cabello es muy lindo — habla con un tono emocionado mientras me estira de nuevo, hago un gesto a Leo para que me ayude. Se aproxima hasta a mí y su hija mira a su padre.

— Ven aquí, cariño. Tenemos que entrar a la casa, el tío Valentino tiene que hablar conmigo de algo importante — explica.

Quién diría que Leo ahora seria papá. Espero serlo algún día también, pero con Yanil.

Sacudo mi cabeza de nuevo, nos encaminamos adentro de la casa, deja a su hija en el suelo y me hace una seña para que le acompañe a la oficina.

— ¿Para que necesitas nuestra ayuda, Aarden? — pregunta con tono serio al darse cuenta de la vuelta para prestarme atención, me rasco la nuca y suspiro.

— Es la familia de mi mujer. Necesitan ayuda — suelto, rueda los ojos.

— Necesito más detalles — dice entre dientes.

— Los Kerr están siendo atacados por alguien — confieso y el abre la boca con asombro.

— ¿Estamos hablando de la familia de Jonathan Kerr? — pregunta y asiento con la cabeza, hace una mueca.

— Ellos son buenas personas ¿Por qué alguien querría hacerle daño? No entiendo — habla Alejo entrando en la oficina de Leo.

Que chismoso siempre fue así. Estoy acostumbrado

— ¿Estabas escuchando nuestra conversación? — Cuestiono entrecerrando mis ojos.

— Es lo único que puedo hacer ahora, así que habla de una buena vez — es lo único que dice mientras se sienta en un sofá mientras bebe un poco de whisky.

— ¿Desde cuándo tomas? — pregunto con interés y cambio de tema.

— Desde que tengo tres hijos, una hija y una esposa que no me dejan ni un segundo. No es fácil tener varios hijos, seguro que uno de ellos me llama inmediatamente — comenta.

— ¿Podemos ir al grano? Tengo que atender a mi familia — dice irritado Leo.

— Mijaíl está viniendo, le dije que Valentino está aquí — dice mientras mensajea con su teléfono.

¿Enserio? Mi idea era solo hablar con Leo, no con los tres hermanos.

— ¿Por qué lo llamaste? — cuestiona su hermano con el ceño fruncido y el otro levanta su vista.

— Creo que sí Mijaíl escucha lo que tiene que decir nuestro amigo, capaz que nos ayude también — explica.

— ¿No? Creo que eso es plural — digo mirando a Leo luego vemos a Alejo.

— Necesito un poco de acción en mi vida, necesito salir de mi casa. No aguanto más — dice dramático, escuchamos que alguien azota la puerta principal de la casa.

— Alejo Romanov ¿Dónde estás? — grita una mujer, miramos al hombre que al instante se pone pálido.

— ¿Qué hiciste ahora? — pregunta con cansancio Leo.

— Juro que no hice nada. Tengo que esconderme de ella ahora mismo — chilla asustado, se levanta el sofá y se esconde detrás del mueble.

Como si fuera que le va a encontrar. Patetico

— ¿Dónde está? — gruñe la mujer, nosotros señalamos el sofá mientras tragamos saliva, ella se va hasta ahí y agarra de las orejas a su marido quien se queja de dolor.

— Cariño, mi oreja no va a existir más, me duele mucho — se queja como un niño pequeño.

— Te olvidaste de los niños de nuevo — reclama su esposa y el balbucea.

— Él está ayudándome. Necesito ayuda de los tres Romanov, es de suma urgencia — excuso y la mujer me presta atención, entrecierra los ojos y mira a su esposo.

— Iré por los niños. Buena suerte — es lo único que dice antes de salir con tranquilidad de la oficina.

Dios, que mujer más loca.

— Llegué — grita Mijaíl.

— Deja de gritar. Todos están en la oficina de Leo — dice la esposa de Leo, escuchamos que viene hasta aquí y abre la puerta.

— ¿Cuál es el problema? ¿A quién tenemos que ayudar? — interroga y se pone serio al mirarme, se acerca quedamos frente a frente sin decir nada por unos segundos luego nos saludamos.

— Ahora que estamos todos, contarnos todo lo que está pasando a la familia Kerr — dice con seriedad Leo.

Todos estos son unos chismosos, solo espero que valga la pena esto.