HOOFDSTUK VIER

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CAPITULO EDITADO

capitulo 4

Narrador Omnisciente

Alemania, Múnich

La noche se hizo presente en Múnich, Mauro Kerr salía del trabajo e iba caminando hasta llegar a su auto, sentía que lo perseguían.

El cuarto Kerr comenzó a andar más rápido hasta que un hombre vestido de negro se puso frente a él y comenzó a golpearlo hasta dejarlo inconsciente.
El hombre de negro levantó al pequeño Kerr por el cuello.

— Mauro Kerr, hijo del hombre que me destruyó la vida. Necesito que le des un mensaje a tu padre —dijo.
Mauro no podía decir nada, no podía respirar bien.

—La cacería de los Kerr, dile que esté preparado para lo que vendrá —susurró en su oído, y sacó un arma blanca de su bolsillo, para luego darle una puñalada a Mauro que lo tiró al suelo.

Alemania, Colonia

Casa de los Kerr

El jefe de la casa Kerr sabía que el secuestro de su hija no es coincidencia, sabía que un enemigo comenzaba a manifestarse haciendo daño a sus hijos y la impotencia se hace presente para el líder.

— jefe — llamó su mano derecha, Sam, el líder levantó la cabeza para prestarle atención cuando el hombre quiere hablar, una persona golpeó la puerta.

— Adelante — dijo el líder mientras miraba a su amigo. uno de mis hombres con mucho temor entró.

— ¿Qué sucede, Santos? — preguntó el líder mientras se levanta para ir al bar.

— Es Mauro, señor — pregunto mientras me levanto para ir a mi bar y tomar un poco de mi whisky.

— ¿Qué pasó con Mauro? —cuestionó.

— Sabemos quiénes fueron los que secuestraron a su hija, señor. No le va a gustar — advierto, hago una seña para que siga hablando, pero nos interrumpen cuando alguien toca la puerta varias veces.

— Le encontramos... — el hombre se quedó callado por las ganas de llorar.

— ¿Qué pasó, Santos? — repitió el líder entre dientes.

— Uno de los hombres encontró a Mauro todo golpeado y herido, lo llevamos al médico, nos dijeron que será un milagro que sobreviva — confesó, el líder maldigo y con enojo aventó un vaso por la pared.

— Encuentren a ese hombre, lo quiero vivo o muerto. Sam, llama a Jonathan — seguramente el hombre a Santos y su mano derecha agarró su teléfono.

— Con permiso — dijo y salió del lugar.

El líder de la familia por segunda vez se sintió tan impotente, tan asustado. Empezó a cuestionarse todo, agarró su teléfono y comenzó a llamar a la única persona que podía ayudarlo; su hermano menor, Ernesto Kerr. El hombre escuchó que han tocado la puerta nuevamente.

— Puedes pasar — dijo y suspiró con cansancio.

— Jonathan y su amigo vendrán, señor — informó Sam y asintió el líder, hace una seña para que se vaya su mano derecha

— ¿Darío, porque me has llamado? — preguntó el hombre al instante de responder el teléfono.

— Necesito tu ayuda, hermano — soltó con una voz suplicando.

— ¿En qué? — indagó.

— Están viniendo por mi familia, Ernesto. Estamos en problemas — admitió y el otro se quedó callado.

— ¿Sabes quienes pueden ser? — interrogó.

— No tengo idea, por favor hermano, te necesito, no lo hagas por mi sino por tus sobrinos — suplicó por primera vez el líder a su hermano.

— Iré para allá — confesó el hombre y colgó el teléfono.

— Darío, acaban de informarme que Mauro Kerr falleció — dijo Sam con tristeza, desde ese momento el líder de la casa Kerr sintió que su mundo, su vida se fue abajo.

Su pequeño falleció por su culpa, no pudo protegerlo y nunca se perdonaría por eso.

Alemania, Colonia...

El padre de los hermanos Kerr se encargó de llamar a cada uno de sus hijos mayores, solo le faltaba llamar a su hija pequeña, el hombre se cuestionó si debía hacerlo o no ya que no quería oírla sufrir, sabía que Mauro, Marcos y Yanil eran como los trillizos de la familia, ellos se llevaban un año.

— Tú puedes hacerlo — se dijo así mismo antes de tomar su teléfono y marcar a Yanil.

— Hola, papá — saludó la pequeña al contestar la llamada, el suspiró antes de comentarle lo que sucedió.

— Hija, necesito hablarte de Mauro — expresó el líder con un tono entrecortado.

—¿Qué pasó con Mauro? — preguntó la joven angustiada al escuchar el nombre de su hermano. El padre de la joven quiso llorar, no supo cómo contar esta triste noticia, el líder comenzó a relatar lo que había sucedido a su hermano y enseguida oyó el sollozo de su hija, sintió que su corazón se le rompía.

Días más tarde...

Los hermanos Kerr y el líder enterraron a Mauro, todos ellos estaban afectados.

—¿Sabes quién hizo esto? — preguntó la joven a su padre, pero el negó al instante. El líder tiene una idea de quien puede ser, pero no quería arriesgarse todavía a contar nada ya que no tenía todavía las sospechas de nada.

— Tenemos que averiguarlo — afirmó Jonathan con un tono seco.

— Necesitamos ayuda, recuerden que es alguien que nos quiere cazar y no sabemos el motivo porque nuestro padre no nos quiere decir — les recordó José.

— No sé quién es la persona ¿De acuerdo? Tengo muchos enemigos — admitió el padre.

— Sé quién nos puede ayudar — dijo Jonathan y demostró a su padre. El líder miró a su hija luego a su hijo.

— ¿Por qué me miran a mí? No sé quién es — aclaró quejándose la mujer.

— Llama a Valentino, si es hombre se acercará a Yanil, le cortaré a tu amigo las pelotas — Detectó el papá, Yanil quedó indignada por la amenaza que hizo el padre.

—¿Es un enserio? Ya no soy una niña, papá — se quejó la joven Kerr.

— Llamaré a Valentino para que venga lo antes posible — comentó Jonathan y todos asintieron con la cabeza.

— Llamaré a Mijaíl, León y Alejo Romanov — informó a mi hermano José. Marcos se quedó callado, se apartó del lugar cuando Yanil y su padre le miraron para saber que iban a hacer.

Marcos está afectado, Mauro y Marcos eran los confidentes.

— Dale tiempo, papá. No es fácil — es lo único que dijo la mujer, el padre asintió con la cabeza.

— Para nadie es fácil — pensado el hombre.

Llamaré a Monik y Mark — avisó la menor, se levantó de la silla y se fue.

Holanda, Ámsterdam

Valentino Aarden escuchó su teléfono sonar, enseguida mostró la pantalla y respondió al ver que se utilizó de su mejor amigo.

— Jonathan ¿Qué pasó? — preguntó Valentino.

— La familia Kerr necesita tu ayuda, es urgente — expresó con sinceridad y honestidad, el alcalde de los Kerr empezó a relatar todo lo que el padre ha dicho desde el principio al final.

—¿Cómo está, Yanil? — indagó.

— Está bien — admitió.

— Todos estamos en problemas. Nos quieren cazar, Valentino — soltó y la rabia se apoderó en el joven.

— Te ayudaré, iré hoy mismo — declaró y colgó pensando en que su futura mujer está en peligro y que su objetivo en mantenerla a salvo.

El Rey de la Mafia (#4 P.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora