Todo anime tiene su capítulo de trajes de baño

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Esa tarde, la temperatura de mi cuerpo no bajaría ni aunque me zambullera en agua del ártico a nadar con ballenas. Trataba de distraer mi mente y convertir la tarde de pileta en un mero recreo inocente, pero con Tamara tomando sol en la orilla, con su curvilíneo trasero apuntando al sol, era difícil vencer a mis nuevos impulsos insanos.

El día estaba despejado a tal punto que manejé la teoría de que el sol no quería perder de vista ese culazo ni un segundo.

Una vez, no recuerdo cuando, Tammy me había dicho que todo anime tiene un episodio de pileta, playa o piscina, como excusa ideal para mostrar a sus protagonistas en trajes de baño sugestivos. Esa tarde de viernes a las tres, ella y yo protagonizábamos nuestro propio capítulo en trajes de baño y no sabía qué rumbo tendría.

Por ahora se hacía la boluda mirando fotos en instagram, regalando corazoncitos a otras cosplayers y páginas de animé que seguía.

- ¿No te cansas de nadar? Te van a dar calambres. - Me dijo desde la orilla.

- Esta buenísima, no sé qué esperas para meterte. - La alenté sin éxito.

- Dije que quería tomar sol, después me meto, cuando me dé más calor.

Me apoyé contra el borde y la miré con atención masticando una idea. Había visto en su cuenta que tenía varias fotos con esa misma malla azul que tanto me gustaba, aunque ya la deseaba ver sin ella.

- ¿Querés que te tome unas fotos desde acá? – Propuse algo aburrido con miedo a que se pinchara la tarde. - Pueden salir buenas.

- Mmm está bien. - Accedió. - Guarda que no se te caiga el celular he...

Con sumo cuidado y después de secarme las manos, tome su teléfono y me alejé para tener una buena perspectiva de ella. Tamara se acomodo enfrentando al lente y sonrió para las fotos.

- Decí "kawaii" – Dije como reemplazando a la palabra whisky, que usamos en mi país cuando queremos sonreír en las fotos. Mi ocurrencia le sacó una risa auténtica.

- Ah te sabes algunas palabras de anime, ototo-san.

- Por supuesto, onee-san. - Respondí. Ella me había dicho hermano menor en japonés y yo hermana mayor. Esos japoneses tienen palabras para todo.

- Apa, me sorprendes. Tenes madera de otaku al final. Deberías dejar un poco las series y mirar animé conmigo.

- Aprendí de la mejor. - Mencioné sin dejar de fotografiarla, ahora más de perfil, preocupado en enmarcar bien sus curvas.

Justo como quería, la inocente sesión se fue calentando cuando Tammy decidió moverse. Le saqué fotos estando arrodillada sobre la toalla, mirándome o mirando a un lado, con y sin lentes de sol. Poco a poco, se acostó y me dio la espalda he herví el agua con mi cuerpo.

- Tomame una desde atrás, así como si no me hubiera dado cuenta. - Una manera elegante de decir que quería que le capturara la cola. La muy atrevida tenía las piernitas un poco separadas y se le notaba toda la almeja y el hilo de la malla apenas tapándole el culito.

Yo todo obediente, le saqué varias, incluso algunas bien de cerquita mientras ella miraba al costado o enfrente. Deje toda moral atrás al capturarle la conchita apenas oculta por la mallita.

- Mirame a mí, sorprendida como si me hubieras pescado infraganti sacándote fotos a la cola.

Mi hermana entendió el mensaje y giró la cabeza mirando a la cámara, haciendo caras de asombro. Tener semejante pan dulce enfrente me estaba calentando más que el sol veraniego. Me sentí como una papa frita en una olla de aceite hirviendo.

Hermana OtakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora