Testosterona a flor de piel

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El verano azotaba la ciudad con un calor agobiante, pero eso no me impidió volver al gimnasio para ejercitarme diariamente. Levantaba 40kgs de barra en banco plano bajo el mejor invento de la humanidad después de mi hermana: el aire acondicionado.

- ¡Grande Tomás, hijo de puta estás mamadísimo! - Me golpeó en el pecho mi amigo Fede cuando dejé la barra en su lugar tras una serie de ocho repeticiones realizada a dientes apretados y venas hinchadas. Tenía algunos años más que yo y compartíamos los mismos gustos videojugabilisticos.

- No exageres, esto no es nada, para mi es mucho nomás. - Y era cierto, exageraba. Seguía siendo el mismo flacucho de siempre, aunque con los lentes me parecía un poco más al Milhouse de ese futuro en el que se volvía musculoso. - ¿Ustedes de que se reían? Parece que están de fiesta últimamente.

Fede, Santi y Álex pasaron de ser extras a actores principales de ese set llamado gimnasio. Me había vuelto amigo de ellos hace unas semanas y además de hablar por wathsapp, pasarnos memes y volver mi estadía allí un jolgorio, hablábamos de mujeres. Si antes terminaba la rutina en una hora, por culpa de ellos y sus charlas, finalizaba dos horas y media tras haber arrancado.

Fede se acercó a mí sentándose en el banco y me mostró fotos de una mujer muy buena, desnuda, pelando tetas y un culo que me hizo agua la boca. Era un pack de 10 puntos y esa chica tenía toda la carrocería en regla.

- Es la novia de Santi, oficializó el finde pasado y nos pasó el pack a todos, se portó el pibe. - Me dijo bien bajito, aunque por la música, el sonido de las máquinas y los discos, no era necesario bajar tanto la voz.

- ¿Esas cosas se comparten? ¿Se muestran fotos de sus novias en bolas? - Pregunté con disimulo.

- ¡Pero más vale papá, estamos en confianza! - Me explicó. - El que tiene la presume, no la vamos a subir a Poringa ni nada, aunque para mí ya debe estar por ahí... - Se acercó y me susurró algo que me hizo reír bastante, - Para mí es escort, igual sigámosle la corriente.

- A Tomás no se las muestres que el tacaño no muestra lo que come. - Intervino Santi, el fachero del grupo, rubio, tatuado y con la cara como un colador. Solo le faltaba el físico y estaba en eso. - Si viste fotos de mi chica tenes que mostrar de la tuya vieja, es así.

- "Mostrar la tuya" Eso sonó más feo que pisar mierda descalzo. - Bromeó Álex el más groso y veterano del grupo que, sin embargo, era como un chico de jodón.

- Si tuviera, si tuviera se los pasaría. - Mentí a medias, comía tan bien como Santi, pero a diferencia de él no podía presumirlo porque era mi hermana.

- No mientas. Se nota que comés hace rato. - Me acosó Álex.

- ¡De una! Se ve que estas enamorado, te vemos leer mensajes a escondidas, sonreírte al mirar el celular, y el mes pasado levantabas 5 kilos de barra y ahora 40, debes estar comiendo algo a escondidas pillo.

- Bueno, sí, es que ella no quiere que lo comparta, es una buena amiga. - Mentí para zafar.

Aunque se lo creyeron, me quede con dos pensamientos rebotándome en la mente como pelota contra el frontón, uno era que tenía el celular llenos de fotos que me mandaba Tammy y que le había sacado en nuestra intimidad. Como no cogíamos desde hace bastante por no tener total intimidad, nos entreteníamos mandándonos fotos y hablando de manera muy sucia. Los ratos que estábamos solos hacia de fotógrafo en sus nuevas producciones para patreon pero nada más (en serio, nada más). Me hubiera gustado mostrarles unas fotos del manjar que me comía que no tenía nada que envidiarle de lo que ellos presumían.

Lo segundo que me hizo ruido, fue que me vieran como enamorado. ¿Había llegado a ese punto? Tenía una ensalada de pensamientos y sentimientos en los que no podía echar luz. Amo a mi hermana, eso seguro ¿Pero solo como hermana? Últimamente somos solo hermanos de fachada y ni bien nos quedamos solos... ya saben lo que ocurre. No contentos con eso nos mandamos fotos calientes y decimos cosas obscenas a diario. ¿Había cruzado una línea sin darme cuenta y ahora era más que una amante? ¿Era más que una obsesión? La conocía de la punta de los pies hasta la frente, y partes de su cuerpo que un hermano no debería conocer, sin dudas no nos tratábamos ni hablábamos como hermanos nunca más, me desconcertaba no saber que éramos o que seríamos.

Estábamos tan pendientes en calentarnos y esperar nuestra ansiada intimidad, que perdimos la identidad y parecíamos novios... ¿Había de ese amor?

- Tomás, ya aflojale al descanso o te vas a enfriar. Enchúfate y pensá después en tus estudios. - Me aleccionó mi instructor guiñándome un ojo, y agradecí para mis adentros que me sacara de mis ensimismamientos.

- Después seguimos. - Me dijo Fede que se fue a seguir a hacer espalda en una de las poleas seguido por el resto, que se esparció por el gimnasio.

- Cuando terminemos les puedo mostrar una foto de mi novia, pero no se las voy a pasar. ¿Ok?

Los muchachos sonrieron y Álex me señalo como diciendo "yo sabía que algo estabas comiendo" y siguieron con su rutina. Tenía varias fotos de las tetas y el culo de mi hermana, no se iban a dar cuenta de que me comía a mi hermana mayor a escondidas.

Una vez que termine mi rutina y mis fechorías (ninguno se dio cuenta de que era mi hermana, aunque pasando de foto en foto casi muestro una de cuerpo entero) recibí un mensaje de Tammy, que debía tener las orejas calientes de tanto que le elogiaron el culo y las gomas mis amigos. Lo que tenía caliente era otra cosa.

"Papa cedió: D :D :D nos vamos a ir de vacaciones en colectivo a Mardel antes de que termine el verano. ¿No soy una grosa?"

Hacía días que ella por sacar varios finales y yo pasar de año exigía un viaje a la playa conmigo dado que, por el trabajo, no habíamos tenido vacaciones familiares ese verano. Por lo visto, negoció un viaje a Mar del Plata, que no era nuestro destino predilecto, pero como nos quedaba cerca, no suponía gran gasto (y facilitaría el pedido).

Mientras volvía a casa, pensaba en las fiestas que tendríamos cada día a solas en un cuarto de hotel y como el hecho de ser hermanos, cada vez pesaba menos volviéndose un rótulo, un tag que nos servía de fetiche en la cama y combustible de ratoneos diurnos.

- Tomás, Tomás, que quilombo es tu vida, que lindo quilombo. - Reflexioné en soledad abriendo el portón corredizo hacia mi casa. Si nos habíamos divertido teniendo la casa sola para nosotros unos días, no sabía que podía pasar en una semana a solas compartiendo un cuarto de hotel.

Hermana OtakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora