Repasando cada una de las escenas nocturnas con mi hermana, me armé de valor y bajé al living muerto de hambre. Tammy desayunaba viendo algo de interés en su portátil bastante fuerte, gracias a la libertad de que no estén nuestros viejos. Todo parecía indicar que nuestro fin de semanas a solas comenzaba desde ese viernes.
- ¡Buen día baka Shinji! - Me dio la bienvenida vestida igual que la noche anterior. Tenía una calza de gimnasia negra y una remera, bien informal, que solía usar cuando no salía a ningún lado. Si el verano seguía así de inclemente, no tardaría en quedar en ropa interior como siempre.
- ¿De qué era eso? ¿Evangelion?
- Sabés que sí. Sos igual a Shinji.
No podía contradecirla. Tenía toda la razón.
- ¿Nos dejaron café o algo? - Pregunté algo adormilado. Cundo duermo más de la cuenta era como si me faltara sueño. Tenía que dormir el tiempo justo o lo lamentaba. A decir verdad, no sé cómo me volví a dormir después de la sorpresa que le dejé en la bombacha.
- Hay de todo y todo para nosotros. – Contestó. - Ah, y te perdiste las Melba del surtido. Me las comí todas. - Enseñándome el paquete de Terrabusi casi terminado. Me había dejado las desabridas "boca de dama" y esas duras con un membrillo que parecía pegamento industrial.
- Mierda. - Me lamenté. - ¿Tenías que comerte todas forra? Vas a salir rodando, Tammy.
- Mientras se me valla todo a la cola no me importa.- Se despreocupó. La suertuda venía pegándola. Los dulces se le iban a dónde ella quería y era la envidia del barrio.
Al rato, me senté a su lado en el sillón frente al televisor apagado del living, con mi taza de café negro humeante listo para ser bebido. Era lo mejor para sacarme la fiaca mañanera. Lo único que rompía el silencio era el anime que Tamara miraba y su mano revolviendo el paquete destrozado del surtido. Vi de refilón que era un anime picantón, aunque no sabría decir cuál. Sinceramente, no estoy mucho en esa onda y me parecen todos iguales.
- ¿Decime esto parece una boca de dama u otra cosa?
Tammy tomó una de esas galletitas y la posicionó vertical. Sin dudas parecía otra cosa, y la cochina la toco con la lengua en el extremo superior.
- No hagas eso, zarpada. - Dije sorprendido por su chiste guarro, aunque también divertido. La prefería así mil veces antes que la Tamara regañona y mala onda del pasado.- Papá tiene razón, esos dibujos del demonio te hacen mal.
- Más bien concha de dama. - Aclarando lo obvio, pasándole la lengua de lado a lado. - ¿La queres no? ¿No queres comerte una concha?
Y me la acercó a la boca casi haciéndome escupir el café, refregándome la masita por los labios. Estaba entre cagarme de risa o enojarme.
- Déjate de joder, esta toda baboseada...
- Dale, dale, come lo que tu hermana mayor te da, hace caso y comete la galletita...
- Es una boca de dama, que tanto escándalo.
Algo fastidiado, de súbito la comí de un tarascón y ambos reímos mientras la bajaba con café. Noté que Tammy se me acercó con disimulo.
- Te volviste un hermano muy obediente. - Observó, y supe a dónde quería llegar. - ¿Sos de los que les gusta que los dominen?
- No sé si es tan así. No tengo problema en decir que no. - Contesté medio descolocado.
- Podrías vestirte. - Cambié de tema. - Vas a gastar esa ropa de tanto usarla, mugrienta. - La agredí un poco para no romper el ambiente de bromas y relajo.
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Hermana Otaku
RomansaSu hermana mayor Tamara ya no era la misma... Tomás sabía que algo había cambiado cuando dejó de pelearlo, de acosarlo con su malhumor y sus incesantes retos. Una noche de jueves, las señales se hicieron más que evidentes: Tamara deambulaba ligera...