Oliver
Tomamos el metro, durante todo el trayecto David no paraba de hacerme mimos, me sentía en un sueño interminable. También me pidió perdón por haberse entrometido con el asunto de mi papá, en parte si me molestó pero también me dio gusto poder sacar toda la rabia que llevaba adentro, por lo que le dije que pierda cuidado.
Pasa un largo rato y David toma mi mano para poder bajar del metro, me lleva corriendo con desespero a lo que parece ser un parque de diversiones. Me observa con un brillo en su mirada y mis palabras salen algo atropelladas y aceleradas.
- Esto es tan cliché - me patea el pie y luego besa mis labios - Eso dolió.
- Cállate y vayamos a divertirnos - estoy por avanzar pero me detiene - Soy un tonto, espera a que te lo pida cómo se debe, arruina mi plan.
- ¿El qué? - cuestiono confundido -
- ¿Quieres salir conmigo? - se rasca la nuca dejando notar su nerviosismo - Es decir no soy tan feo ¿Verdad?
- Claro que quiero salir contigo - lo beso - Pero creí que eso hacíamos.
- Es decir salir conmigo, tipo en citas y esas cosas - se sonroja - Pero si no te sientes listo aún puedo entenderlo. .
- Desde luego que sí - me río un poco por lo cursi que es, ganandome otra patada por parte suya - Auch.
Él bufa y caminamos hacia los juegos, durante toda la noche bajo las estrellas, en cada juego que subíamos para divertirnos, David no dejaba de besarme, yo no paraba de suspirar porque por primera vez en mucho tiempo me estoy permitiendo ser feliz con alguien que en verdad me ama.
- ¿Tienes algo de hambre? Iré por papas fritas y bebidas - sostengo su muñeca - ¿Pasa algo bonito?
- Y-yo. .. te hice un obsequio - digo avergonzado y con las mejillas coloradas - Sé que es tonto, pero en fin, toma.
David recibe la pulsera que le hice hace unos días mientras él había salido con José, intenté copiar el diseño de la pulsera de su mamá solo que la de él tiene un deje con forma de "D" indicando la inicial de su nombre, es la primera vez que llego hacer un obsequio a alguien y David no ayuda a calmar mis nervios porque se queda callado, haciéndome poner más nervioso.
- ¿Y bien, te gusta o qué? - suelta unas lágrimas para luego abrazarme - ¿Eso significa que sí te ha gustado?
- Cállate, eres muy tierno joder - besa mis labios y me pone contra el farol - Nunca antes alguien me había regalado nada.
- Y yo nunca antes había hecho obsequio así de cursi para alguien - admito avergonzado - Vamos por comida, tengo hambre y no de ti.
David pega una carcajada y toma mi mano para caminar hacia el puesto de comidas.
Una vez que terminamos de comer, decidimos caminar hacia la casa, pues no teníamos ánimos de esperar el metro a estas horas de la madrugada. No quise decirle nada a David, pero esta es la primera cita que he llegado a tener, pues con los demás amoríos que tuve solo llegaron a ser algo pasajero. Todo esto aún me sigue pareciendo algo tan surreal y maravilloso, conectar con la persona que te gusta es de los sentimientos más profundos y magníficos que puede llegar a sentir una persona enamorada y feliz.
Al llegar al departamento, vemos que todo está hecho un desastre y no es para más puesto que José hace las mejores fiestas. Hablando de él, veo que se encuentra tirado en el sofá comiendo unos chetos junto a Romina mientras ven una película de terror. Algo bastante típico de su parte, no hay rastro de más personas así que puedo deducir que todo salió perfecto.
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Lo Imperdonable
Teen FictionMejores amigos de toda la vida Oliver, Alexis y Marcy son amigos inseparables Una noche de fiesta y drogas, uno de ellos traicionará al otro ¿Se podrá perdonar una traición?