Narcóticos

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Oliver

Corremos cerca de diez minutos y finalmente llegamos al parque, veo a lo lejos a Romina y el resto de nuestros amigos tratando de separar a David y Alexis.

De pronto mis ojos se topan con los de él, veo notar la furia en su mirada, eso me hace dar un paso hacia atrás.

Marcy me toma del brazo y corremos hacia ellos, Alexis se percata de nuestra presencia y sonríe victorioso.

¿Qué diablos?

-Basta ya los dos, deténganse. -grito tan fuerte que la gente que pasaba por allí se nos queda viendo -Están haciendo el ridículo, ¿Qué les ocurre?

-Dile a tu mascota posesiva que no se meta más conmigo, bonito. -bufa David

-A quien le dices mascota, imbécil. -Alexis está por golpearlo pero logro detenerlo

-Alexis ve con los demás, tengo que hablar con David a solas.

-Ni creas que te dejaré solo con este sujeto. -gruñe

-Ya lo escuchaste, démosle espacio a ambos. -habla una enojada y confundida Marcy

Se marchan con nuestros amigos a una banca que quedaba cerca de aquí.

-¿Puedes explicarme que diablos está pasando contigo? -cruzo mis brazos y le hago un puchero

-Yo estaba aquí practicando un rato con mi skate cuando vino tu amiguito y empezó a insultarme, una cosa llevó a la otra y empezamos a pelear.

-¿Entonces Alexis comenzó todo?

-Mira yo sé muy bien que me merezco mucho más cosas por haber cagado las cosas contigo, cualquier otro de tus amigos puede venir a insultarme o pegarme, todos menos él.

-Nadie debería solucionar los problemas de esa manera, eso es estúpido.

Sonríe y me tiende la mano para que lo acompañe a un árbol que queda cerca.

Yo tontamente acepto

-¿No nos podemos dar otra oportunidad? -pregunta mientras me acaricia el cabello

-¿Sabes que rompiste mi corazón verdad?, tienes que darme tiempo para poder sanar y tal vez solo tal vez tratar de volver a tener algo de nuevo.

-Soy un idiota, te daré el tiempo que quieras, solo no me dejes esperando por siempre.

Debo estar completamente desequilibrado.

No paro de ver los labios de David.

Levanta una ceja, confundido.

-Bésame.

Me sube a su regazo, sus manos sostienen mi rostro para luego poner sus labios sobre los míos, esto se siente como la primera vez como si estuviera en otra galaxia, como si no hubiera nadie más que nosotros, la desesperación con la que me besa hace cuestionar absolutamente todo.

Abro mis ojos por un instante y veo las lágrimas que derrama, como si realmente se hubiera dado cuenta el daño que me causó, el miedo que tiene sobre que esta sea la última vez que nos veamos, como si sus problemas no importaran más, sin darme cuenta las lágrimas también me hacen compañía.

-Promete que esta no será la última vez que pueda sentir tus labios.

-Lo prometo, pero tienes que poner de tu parte David.

-¿Qué quieres decir con eso? -frunce el ceño

-Lo que dije ese día era verdad, necesito que seas alguien con total transparencia, no quiero mas sorpresas como la de ese día. -no se me va de la cabeza aquella chica-

Lo ImperdonableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora