Conversaciones Telepáticas

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Oliver

Los días pasaron con lentitud, mis hermanos llegaron a ir al concierto junto a mamá, quién no pudo resistir al encanto de Louis Tomlinson y sus increíbles canciones. Fui a despedirlos en el aeropuerto junto a David, quién se ganó el cariño de mis hermanos, mamá aún no lo acepta del todo pero ahí van mejorando su relación.

Una vez que aclaramos todo el asunto con Silvia y los demás, empecé a sentir más tranquilo y en paz. Cosa que hace mucho no me pasaba, también retomé algunas series pendientes que tenía postergando hace mucho y volví a jugar en torneos de Valorant y LOL con viejos amigos. David se animó a jugar conmigo y fue gracioso verlo perder las primeras partidas, según él decía que era mala racha de principiantes.

David me pidió salir con el para nuestra segunda cita, esta vez iremos al centro comercial que queda cerca de una playa.

Siendo sinceros no sé qué ponerme, a diferencia de la primera cita no tuve que arreglarme pues fue de improviso y algo que salió de repente por lo que no tuve líos mentales del como estaba vestido. Pero ahora siento que voy a desmayarme, siento que la ropa no me queda como antes, pruebo varias prendas pero nada me hace sentir cómodo, me quedo viendo el armario por buen rato y decido darle fin a mi agonía poniéndome la ropa con la que lo conocí en el parque de hace unas semanas.

Me dejo el cabello suelto, voy con las clásicas converse de siempre y salgo hacía la sala para ya marcharnos. David luce más relajado y casual, lleva puesta su sudadera de dinosaurios y unos jeans. Percata que lo estoy observando porque voltea, sonriéndome, y corre a abrazarme.

- Estás precioso, bonito - me da besos por todo el rostro, haciéndome sonrojar - ¿Te he dicho lo bonito que siempre luces?

- Ya he perdido la cuenta - le planto un beso en la mejilla y acaricio su cabello - Tú también luces guapo por cierto.

- Lo sé, eso es incuestionable - me toma la mano y salimos a la calle - ¿Listo?

Asiento y marchamos hacia el centro comercial, durante el trayecto David me va contando todo acerca de la granja que le dejó su madre antes de morir. Siempre ha estado en la familia, tienen a un granjero que siempre les hecha una mano para cuidar de la propiedad y todo eso, en todo momento David habla con ternura y melancolía sobre su madre, para él fue muy duro perderla pues ambos eran muy unidos.

- No tienes que seguir hablando si no quieres amor - le sonrió - está todo bien.

- Perdón, estamos en una cita y yo aquí poniendo incómodo el ambiente - me toma de la cintura y me planta un beso - Veamos una película de terror, bonito.

- Me fascinan las películas de terror - caminamos haciala boletería -¿ Te parece si dividimos los gastos?, no quiero que pagues todo tú solo.. .

- No - me corta de inmediato - Yo te invité a salir, yo debo pagar todo bonito.

- Al menos pagaré mis palomitas y golosinas - frunco el ceño - No quiero tener una discusión por tonterías.

- No son tonterías - paga los boletos y hacemos fila para la sala - Tal vez tú puedas invitarme para la próxima, ahí si dejaría que pagues todo tú solo.

Debería respetar su decisión pero simplemente no puedo, lo dejo pasar porque no quisiera estropear la cita y ser la causa de nuestra primera pelea como novios, aunque ahora que lo pienso ni siquiera somos novios.

- ¿David? - pregunta una chica que viene saliendo del baño, es atractiva - Dios cuanto tiempo ha pasado cariño.

Ambos se abrazan, dejándome aún lado, los observo con un poco de molestia. Nunca había estado celoso pues creía que eso era para personas inmaduras e inseguras. Pero no puedo evitar sentirme celoso, ella es linda, con buena aura y muy coqueta.

Lo ImperdonableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora