Alfa y Omega

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Oliver

Esta historia debió haber sido perfecta para cualquier otro chico, pero lamentablemente la vida y yo jamás estamos del mismo lado. Por eso mismo me encuentro en una situación difícil, una en la que no puedo escapar, hoy puedo afirmar que es un castigo karmico, eso es lo más probable.

Nunca mentí cuando dije que era el chico más despistado que pueda haber, todo sucedió de una manera tan rápida que no tuve tiempo de poder siquiera asimilar las cosas con claridad.

Mientras me aferraba a la idea de que todo podría solucionarse , a José le clavaron una daga en el muslo mientras gritaba de dolor Sofía y Julia se habían desmayado, a Romina y Silvia las noquearon. Todos se encontraban tirados en el césped con sangre sobre sus cuerpos, David agarró una navaja y se enfrentó a los dos hombres que lo tenían retenido, con miedo de por medio traté de safarme del agarre del hombre embustero y cretino que tienen por padre David y Stefano.

Fue una terrible idea ya que el sujeto apretó mis mechones de cabello y los jaló hasta tirarme sobre la mesa, de puro coraje empezó a golpearme sobre la espalda hasta cansarse. Cuando David quiso intervenir aparecieron dos hombres para volver a retenerlo, el hombre me tomó de la barbilla y apunto la pistola al frente de mi rostro, mientras David gritaba para que me liberara, de cierta forma ya había asimilado las cosas por lo que ya no podía sentir miedo.

- Déjalo ir viejo de mierda - suplicaba. Los hombres le amarraron con una soga las manos - Hago lo que quieras pero déjalo ir a él y a todos sus amigos.

- ¿Si te pidiera que terminaras esta absurda relación que tienes, lo harías? - rueda los ojos. Recarga el arma para luego golpearme con su mano - Creí que era una faceta más, pero de verdad estás tomándolo muy en serio. Yo no puedo aceptar que uno de mis hijos se vuelva marica, eso es repugnante.

- ¿Por qué? ¿Por que es repugnante? - alza la voz. Vuelve a intentar safarse - ¿Y que culpa tiene Oliver en todo esto? Si hablamos de maricones en todo caso jamás tuviste los huevos para poder hablarlo conmigo en cambio lo amenazaste y empezaste a montar este espectáculo, ¿quién es el maricon?

- No te voy a permitir que me hables en ese tono nunca más, entiende que todo esto lo hago por tu propio bien - hace una seña a los hombres para que lo dejen ir - Te propongo un trato, si dejas ahora mismo a esta perra te juro por la memoria de tu madre que nunca más me vuelvo acercar a él ni a sus amigos.

- Acepto - se deshace de las sogas y camina hacia dónde estamos - Pero me dejaras despedirme de la forma adecuada, luego nos marchamos.

El hombre asiente y me libera, manda a sus dos hombres a vigilar ambas entradas de la casa para que no podamos escapar. David me lleva adentro, subimos de prisa al cuarto y entonces es ahí cuando por fin puedo gritar. Mientras que David me abraza, limpiamos nuestras heridas, nos cambiamos lo más rápido posible y vamos hacia el baño de abajo.

- ¿De verdad te irás con él? - susurro. - No puede ser la última vez que vayamos a vernos, tu padre es un monstruo, que se vaya al carajo.

- Por supuesto que no voy a irme con él, ese sujeto está mal de la cabeza - toca todos mis moretones y aprieta los puños con mucha fuerza - Haré que se arrepienta por haberte tocado bonito.

- Haré que se crea el cuento que me iré con él y ya no te veré más - suspira. Acerca nuestros anillos y los entrelaza - Vas a tener que quedarte aquí, cuando escuches tres disparos significará que he podido matarlos a todos, pero si no escuchas nada es porque probablemente me mataron. Así que espera la puta señal, no quiero que salgas antes de ello.

Niego con la cabeza porque soy incapaz de formular alguna frase, todo lo que sale de mi boca son balbuceos.

- Iré contigo, no podré perdonarme si algo te pudiera llegar a pasar - tartamudeo. Le besos los labios porque tal vez sea la última vez que llegue hacerlo - Salgamos juntos amor.

Lo ImperdonableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora