Chapitre onze

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⚠️Hay doble actualización, eso significa que he subido el capítulo 10 y este.

Si wattpad te ha traído aquí primero, lee el capítulo anterior que también es nuevo :)⚠️





Finalmente ambos llegaron a la conclusión de que deberían llegar a casa pero como ninguno quería irse decidieron usar sus piernas para dar un paseo hasta la casa de Harry que es la que más lejos quedaba y así Louis solo debería de pasar unas calles solo, todo para estar más tiempo juntos.

El camino no es tan largo pero a Harry se le hace lo suficientemente pesado gracias a sus nervios, la única persona de su grupo de amigos que ha entrado a su casa es Niall y como el resto viven en otra dirección o antes que él, ninguno se ha acercado así como Louis ahora para acompañarle. Es más, cuando quedan o ponen un punto fijo como la plaza, el colegio, etc. o si les llevan como fue el caso de llegar a la planta baja, Harry suele esperarse en la esquina con la excusa de que así los padres dan menos vuelta. Así que ahora Harry está prácticamente  muriéndose,  ya ves, son cuatro casas a lo que está acostumbrado a separarse pero es que esa distancia implica mucho, o así lo ve él.

No hay que mentir, durante todo el camino casi ni hablan pero no es algo incómodo, es más bien como un acuerdo mutuo donde ninguno habla porque ambos tienen miedo de sacar el tema que ronda por las dos cabezas todo el rato desde la mañana.

Aunque no hablen hay algo que no falta y es el roce, ya sea de hombros al girar en una esquina o simplemente sus manos todo el camino a tan solo unos milímetros pero que no llegan a convertirse en cero porque ninguno se atreve. Pero lo que ellos no saben es que están tan sumamente cerca que aunque no lleguen a cogerse de la mano como dios manda a la vista de los demás sí parece que lo estén haciendo.

Evitan pasar por en frente de la casa de Louis así que dan una pequeña vuelta más grande de la que harían normalmente para llegar a casa de Harry. La explicación que da el de ojos azules es que sus hermanas pequeñas, Phoebe y Daisy, se la pasan jugando en el pequeño jardín de atrás sin importar la fecha del año o el tiempo que haga y desde ahí se puede ver la calle y si les llegan a ver podrían o avisar a su madre de que han llegado o incluso llamar a Harry para que juegue con ellas y como siempre aceptaría.

Harry no puede negar eso y es que las gemelas a sus seis años próximamente siete son adorables y de alguna manera le hacen ver como su madre quería que fuera de pequeño y de vez en cuando conseguía. no es extraño para él jugar solamente con muñecas, tener fiestas de té o incluso hacer trenzas aquí y allá y las trenzas sin duda es algo que ambas niñas adoran. Siempre que van a casa de Louis las niñas acaparan al de ojos verdes por al menos quince minutos para que les haga muchas trenzas.

Finalmente llegaron a casa de Harry y parados justo en frente de la puerto mirándose a los ojos es como Anne los pilló al mirar por la ventana, ninguno se dio cuenta y siguieron ahí como estatuas tan solo pasando unos segundos más juntos mientras ella seguía mirando.

-Te invitaría a pasar, tal vez conseguir que comas en casa como hemos hecho con los demás y tal pero ya sabes- Dijo Harry.

-No te preocupes de verdad, agradezco que confiaras en mí lo suficiente para contarme eso, sabes que si hace falta me llevare tu secreto a la tumba-

-Lo sé, de eso no tengo dudas-

-Bien, me alegro que lo sepas, ¿vamos hablando para quedar en ahora en Navidad?-

-Claro-

Seguían cara a cara, ninguno quería dar un paso para alejarse de ahí hasta que sonó el teléfono de Louis con un mensaje de su madre.

-Mamá dice que debería llegar ya, nos vemos Hazz-

-Hasta luego Lou- Harry no puede decir de donde salió eso pero el paso hacia delante y sus labios en la mejilla del otro confirmaron que al menos uno desde el parque sí ha tenido una pizca de valentía si se puede considerar.

Tan rápido como pasó también se separó y corrió a la puerta de su casa y ahí plantado giró su cabeza para observar al otro chico rígido con una sonrisa boba que creció todavía más cuando sus miradas se encontraron, se volvieron a despedir con la mano y por fin cada uno siguió su camino.

Harry puede confirmar que cada vez que pasa el umbral de su puerta una pesadez enorme cae sobre sus hombros haciendo desaparecer cualquier rastro de alegría de su cara aunque no de su mente.

Llegó a la cocina y no esperaba encontrarse con su madre sentada en la encimera con la cortina de la ventana un poco corrida y ella estática mirando por ella. En cuanto giró su cabeza para observar a su hijo el de rizos supo que había pasado, los había visto, también conocía el castigo y no quería repetirlo. Poco a poco, al igual que su madre se acercaba, Harry se iba encogiendo, esperando la sacudida que le llevaría a su castigo. Eso nunca llegó, en cambio se encontró rodeado por los brazos de su madre y su pelo siendo acariciado por ella.

-Oh mi pobre criatura, ¿cuantas veces te lo tendré que repetir?-

La confusión era real, Harry no sabía de que iba todo eso, pero con lo siguiente que salió de la boca de su madre lo entendió.

-Hay tanta gente mala por ahí cariño-

Y ahí estaba otra vez, con casi diez años de diferencia, la misma charla, "Las razones de porque Louis es malo".

Por desgracia pasó lo mismo que la otra vez, su madre dando argumentos, él contradiciendo dichos argumentos solo que ahora con más veracidad y más potencia pero lo diferente fue el final.

-Harry, ¿puedes intentar por lo menos entenderme? No quiero que te pase como a -

-¡DEJA DE NOMBRARLA!- Chilló ya cansado de todo -Mamá, ¿no te das cuenta? No soy ella, jamás lo seré-

Anne respiró antes de hablar y con su voz lo más dulce posible dijo -Lo sé cielo, por eso mismo te lo digo, Gemma no está, tú sí, ella sí era así, tú no. Bien, no pasa nada, pero te recuerdo quien eres, te llamas Harry porque fuiste chico y era el nombre que le íbamos a poner tu padre y yo a Gemma si resultaba ser chico. No eres Harry porque seas único ¿lo sabes verdad? Siento hacer mucho esto cariño, créeme de verdad, pero parece que no logras comprender la gravedad de todo el mundo, la mayoría es gente mala, gente como la que acabó con la vida de tu hermana y gente como Louis que si sigues así acabarán con la tuya también- Dicho esto Harry recibió lo que esperaba desde el principio, una sacudida, un empujón y una guía hasta la habitación del sótano.

Si Harry odiaba entrar en casa, entrar en esa habitación era pánico puro. Era una réplica exacta de la antigua habitación de Gemma, las mismas dimensiones, la misma decoración, el mismo olor. 

Este era sin duda el castigo que más odiaba.

-Te quedarás aquí hasta mañana, luego te traeré la cena. Si mañana decides seguir siendo un insolente con ganas de replicar a tu madre ampliaremos el castigo, buenas noches cielo-

Y tal vez su madre tenga razón, Louis iba a acabar con él.

Pero no como su madre creía, iba a acabar con él de amor. Porque incluso encerrado en esa habitación que podía considerarse la causa de sus pesadillas y la razón de su repulsión extrema a cualquier sótano, en la mente de Harry solo se repetía una y otra vez el beso en la cocina y el del parque como sus mayores tesoros. 

Había sido lo suficientemente valiente para contarle su historia a Louis y enfrentar a su madre, podría soportar unos días ahí abajo con tal de intentar hacer a su madre entrar en razón, por muy complicado que fuera.

Realmente Louis estaba acabando con él, estaba matando al Harry miedoso, al Harry que no se acercaba a la gente por si eran malas y al Harry que solo te daría sonrisas falsas a la vez que le ayudaba a construir un Harry con valor, con ganas de vivir, de reír, de disfrutar de la vida y de ser libre.

Louis acabaría con él para crear una mejor versión suya, una que fuera Harry original, no Harry porque así hubiera sido Gemma.









 Espero que os esté gustando :)

Nos vemos la semana que viene.

- C

Comme elle [ L.S ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora