Capítulo 13

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"ELFOS DEL HOGAR LONGBOTTOM"

cci: ANLP24         *I loviu, gracias por este grafiquito*

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Cuando Frank regresó a casa más tarde de lo esperado, Augusta pudo ver una sonrisa brillante en su rostro, lo que la hizo olvidarse por un momento de su enojo. Realmente esperaba que su hijo le fuera sincero, especialmente porque en la mañana fue capaz de mentirle descaradamente. Lo recibió en la sala, donde había estado sentada leyendo la nueva edición de El Profeta , y se cruzó de brazos después de hacer que se sentara.

—...¡Jamás imaginé haber criado a un mentiroso!...—le reprochó mientras cerraba el periódico en sus manos, observando como el chico jugueteaba con sus dedos nerviosamente; —...¿Dónde estabas?

Finalmente, Frank la miró y dejó escapar un pequeño suspiro; —...Con James y Sirius, como te había dicho...—dijo—...Fuimos a la heladería también, me comí un helado de vainilla. Deberías haber visto el lugar estaba repleto de personas.

Frank mintió de nuevo, aunque sabía que no le serviría de nada en esta ocasión, así que sólo se limitó a observar al gato que jugueteaba entre sus pies. 

Augusta asintió lentamente, y con escepticismo le preguntó; —...¿La heladería del señor Fortescue?

—...Ajá

—...¡Qué extraño! no te vi por allí, incluso en las calles consiguientes me encontré con Euphemia, James y el recién adoptado Sirius...—informó la mujer, frente a ella Frank levantaba la mirada con susto.

Lamentándose no haberle solicitado ayuda a James y Sirius en su mentira, el chico le explicó la realidad a su madre; —...¡pero yo si estuve en la heladería del señor Fortescue, no sé porqué no lograste verme!

 Augusta lo invitó a ser sincero en las futuras ocasiones, a lo que Frank trató de explicarle en medio de una crisis nerviosa post—mentira descubierta, qué decirle la verdad muchas veces implica recibir regaños y sermones de su parte. En la sala se oyó un débil crac! y apareció un pequeño elfo doméstico llamado Puck, éste se apresuró a recoger un par de tazas de té, con curiosidad observaba a sus amos argumentar contra el otro y se preguntaba si era prudente anunciar la cena en medio de aquella acalorada discusión. 

 —...¡Mientras vivas bajo mi techo Frank, me obedeces!... — advirtió Augusta abandonando la estancia, mareada con la nueva rebeldía adquirida por su hijo;  —...¡Puck, no cenaré hoy, gracias!

Frank soltó un suspiro resignado.

—...Puck!, ¿Cenarías conmigo?, por favor... —pidió el chico mientras se acercaba al elfo, y lo invitaba a tomar asiento junto a él.

Puck negó con rapidez; —...Ama Augusta está furiosa, es mejor no disgustarla más..

Antes de contestar, Frank estiró el cuello hacia la dirección por la que había desaparecido su madre minutos antes, tratando de advertir cualquier señal que indicara que la mujer regresaría; —...No creo que salga en un buen rato Puck, además ella te adora..

En el hogar Longbottom trabajaban sólamente un par de elfos, uno muy viejo y el otro muy joven, de los que se espera fueran victima de todo tipo de violencia eran en realidad la adoración de la matriarca Longbottom. Las criaturas eran ayudantes y amigos de la familia, se los podía ver en compañía de Augusta en la cocina probando nuevas recetas o cuidando del jardín juntos, al igual que eran libres de salir, siempre y cuando volvieran. Muchas veces Frank pensaba que su madre era más flexible con los amigos elfos, antes que con él.

—...Creo que se enojó con usted, amo Frank, porque se fue a encontrar con la señorita Alice... —Le indicó Puck con un tono de picardía.

—...Ya no sé ni porqué te conté... —replicó el chico soltando una risita; —...¿No habrás sido tú, quién la envió a buscarme al callejón Diagon o sí?... —agregó con rapidez y una pizca de resentimiento, a lo que el elfo negó con insistencia.

—...Supongo que fue a buscarlo porque su instinto materno se lo dijo....

Con el pasar de los días la armonía regresó a inundar el hogar de Frank, al parecer a su madre ya se le había olvidado el enojo pasado, o eso parecía ya que en ese mismo instante se encontraba presumiéndolo frente a sus amigas, las mujeres bebían vino mientras reían y tomaban turno para presumir a sus respectivos retoños.

—...Mi Frank ha decidido convertirse en Auror, no saben el orgullo que siento por él.... —se escuchó decir a Augusta antes de beber un pequeño y discreto trago de su copa.

—...Que alegría! necesitamos gente valiente y honrada en estos tiempos... —añadió una voz de mayor edad en el salón.

—...Ya sabía yo, que Frank lograría grandes cosas desde que nos comentaste que a los cuatro años, él ya estaba leyendo... —replicó otra voz que al parecer ya le habían sentado los tragos.

Frank escuchaba desde afuera la conversación, y se preguntaba si acaso todos los padres presumen a sus hijos frente a los amigos, cuándo en privado a los mismos se les dice que son lo peor del mundo.

Un par de días antes había recibido una carta por parte de Marlene y Sirius, invitándolo a darse una vuelta por la playa junto a ellos, y sus demás amigos. Lamentablemente aún no se había animado a pedir permiso, en el trayecto de esos dos días estuvo tratando de encontrar el momento perfecto para hacerlo, pero no encontró ni uno. 

En su mente una pequeña voz le decía que esperara para comentarlo cuando su madre no trajera ni una copa de vino encima, pero a la vez otra lo convencía de qué en esa manera sería más fácil pedir permiso, el pequeño debate en su cabeza terminó cuándo recordó lo que Alice, e incluso Augusta, le habían dicho; las mentiras agrandan las cosas, y al final del día se descubren.

Al subir a su habitación decidido a pedir permiso al otro día, cuando su madre se encontrara con los cinco sentidos se encontró con una pequeña carta de Alice;

Frank:

Espero que las cosas en tu casa mejoren, si necesitas hablar siempre estoy en la heladería de mi tío, pero mientras..., te envío esta pequeña ramita de lavanda. Crecen en el jardín, y siempre que traigo una pareciera pasarme una corriente de paz al alma, seguro que a ti también te ayuda.

Att. Alice Fortescue.

Frank tomó entre sus manos la pequeña ramita de lavanda, y la guardó en el bolsillo de su abrigo siguiendo el consejo de la chica, aunque realmente creyera que un abrazo de ella le sería de mejor ayuda. 



......

Holis, ¿Còmo están?

Frank es un chico inteligente, pero muy temeroso a su madre...

Muchas veces estamos conscientes de qué mentir está mal, sin embargo el miedo es más grande y a la final lo terminamos haciendo.

Augusta cree que siendo así de controladora logrará que Frank le sea obediente, pero solo está logrando insertar desconfianza y temor....

En fin, los Longbottom tienen family issues.

¿Por qué creen que Augusta fue al callejón Diagon, en primer lugar?

¿Será que Frank consigue permiso para salir?



Lxs amo, no se olviden de votar, comentar, y contarme sus teorías, sin importar lo locas que sean.


Att. Vale

"El Lenguaje de las Flores" [A Franlice Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora