Los abuelos Guzmán

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Pov Poché

Bajamos del avión de mi familia y sentí el frío de Bogotá recibirnos enseguida. Había un chofer con una limusina esperando por nosotras a unos metros de donde estábamos, fuimos con él.

—Bienvenida sea a Colombia majestad— Hizo una reverencia y agradecí.

Jean-Pierre y Gabriel estaban trayendo todo nuestro equipaje de viaje y Vale y yo agarramos los que llevábamos en la mano y los metimos al baúl del vehículo.

El chofer nos abrió la puerta y esperamos a que Mary se subiera, nuestros guardaespaldas irían en una camioneta detrás de nosotras.

La limusina avanzaba por las calles de Bogotá y yo solo observaba curiosa mi alrededor, era la primera vez que estaba aquí desde hace 20 años y la verdad es que no recordaba nada pero se sentía bien volver a mis raíces.

Vale a mi lado iba igual que yo y Mary estaba emocionada, según lo que me contó cuando estábamos en el avión, es la primera vez que sale de Francia ya que nunca había tenido la oportunidad de viajar y estaba muy feliz por viajar al país del que mis padres tanto le habían hablado.

Valentina siempre había querido venir a conocer Colombia o bueno, por lo menos Bogotá que es donde yo nací.

Yo no recordaba casi nada de mi infancia en mi país natal, recuerdo que vivíamos en un departamento normal y éramos una familia normal hasta entonces.

Después pasó lo de la muerte de mis abuelos paternos y mi padre tuvo que hacerse cargo del puesto que le correspondía, mi madre no podía creer que estaba casada con el sucesor de un trono y no lo sabía y yo era muy pequeña como para comprender que mi vida no iba a ser "normal" después de eso.

Desde que llegamos a Francia me inculcaron las leyes y todo lo que tenia que saber sobre comportamiento en cuanto a la educación se trataba. Siempre tenía que ir bien vestida a cualquier lugar, tenía clases de esgrima, tennis, golf, equitación y mucho más todas las tardes, el colegio lo hice todo en casa con una profesora diferente para cada materia y bueno, no hice universidad porque en realidad no quise.

Mis padres cuando cumplí 18 me dieron dos opciones.

1. Iba a la universidad y me convertía en una profesional en cual sea la carrera que quisiera seguir.

2. O me enfocaba en aprender todo lo que se necesitaba para reinar mi país y comprometerme 100% con ello.

Aunque no fue fácil decidir qué haría por el resto de mi vida, sé que elegir la segunda fue lo mejor para mi. He admirado siempre el trabajo que tiene mi padre como rey y es algo que yo también quiero hacer por el resto de mi vida.

Si hubiese escogido la primera opción tal vez me hubiera convertido en una profesional, hubiera encontrado un trabajo, formado una familia y hubiera pasado menos tiempo con ella de lo que quisiera.

Ser rey tiene sus privilegios y mi padre es el claro ejemplo de ello, uno de ellos es que puede pasar bastante tiempo con nosotras en familia, ya que rara vez tiene problemas de los cuales encargarse en el reino.

Por eso también pensé a futuro cuando escogí mi opción, mi más grande sueño siempre ha sido tener mi propia familia, una reina a la cual amar y respetar y unos hijos a los cuales proteger y educar.

Nunca he tenido una sola relación, en el reino es un poco complicado conocer a nuevas personas y no he tenido la oportunidad de conocer el pueblo donde vivo y socializar con los plebeyos.

Coincidimos (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora