Mía, tuya.

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Pov Calle

Domingo 29 de Julio, Mansión Garzón. 12:18 p.m.

—Mis padres llegarán- (Suena el timbre) -en un momento— Termino de decir inútilmente a Poché quien se dirige a la puerta principal, seguida por mí.

—¡Poché!— Mi madre abraza con efusividad a mi novia y esta ríe correspondiendo a su abrazo.

—Mafecita, ¿Como está? A parte de cada vez más bella y joven.— Piropeó a lo que mi madre rió al separarse.

—Yo muy bien cariño, gracias por preguntar.— Le dijo brindándole un beso en la mejilla y adentrándose para venir a saludarme —Hola hijita.— Me abrazó, no con tanta emoción como con Poché, pero algo era algo.

—¿No te alegras de verme, mamá?— Le pregunté haciéndome la ofendida y ella rió.

—Sí eres tonta, te vi ayer Daniela.— Reprochó y reímos.

Mi padre se acercó a saludarme al igual y después fuimos todos al comedor.

—¿Tus abuelos no están aquí, Poché?— Preguntó mi padre.

—No, ellos están almorzando con unos amigos de su club de lectura.— Aclaró mi novia al sentarse en la cabecera de la mesa. Mis padres asintieron. —¿Ustedes que tal han estado?—

—Bueno, Germán inició un campeonato de Golf en Miami, es un gran evento que traerá a muchos deportistas y celebridades importantes, se usará para recaudar fondos para la fundación; Calle's Federation.— Explicó mi madre.

—La fundación será para las familias en necesidad, mujeres en busca de refugio al sufrir maltrato, y niños también. Todo con fines de ayudar a la gente en muchos lugares... si todo sale bien, planeamos expandirnos, pero eso se verá luego.— Terminó de contar mi papá.

—Bueno, cuenten conmigo para lo que necesiten sin dudarlo... o más bien, con nosotras.— Me miró y tomó mi mano por encima de la mesa a lo que sonreí —Estoy fascinada por la idea de lo que quieren hacer, y si puedo ayudar de alguna forma sería realmente un honor.—

—Bueno... en realidad creo que si hay una forma.— Dijo mi madre con el reflejo de una pequeña sonrisa que empezaba a crecer en su rostro.

—Dime.—

—¿Podrías asistir al evento?— Preguntó directamente.

Poché y yo nos miramos, y enseguida supe que tenía que detener a mi madre. Poché no tendría tiempo para eso.

—Mamá no creo que sea buena idea...

—¿Por qué no lo sería?— Me preguntó mi prometida extrañada.

—Tú estás muy ocupada con tus propios problemas.—

Ella negó con la cabeza de inmediato.

—Siempre estaré disponible para la familia.— Me dijo mirándome a los ojos, y luego miró a mis padres que estaban expectantes a su respuesta —Cuenten con mi presencia.—

—Con nuestra presencia.— Corregí y todos sonreímos.

Disfrutamos del almuerzo y al terminar mi madre me pidió que la acompañara dentro mientras que Poché y mi padre hablaban de cosas muy complicadas para mi de entender la verdad.

—Así que, ¿cuanto tiempo planea Poché quedarse aquí?—

Ambas nos sentamos en el gran sillón de la sala de estar con unos cafés recién hechos.

—Hasta que yo me vaya, lo que es en una semana.—

—¿Por qué no se quedan un poco más?— Me preguntó algo desanimada.

Coincidimos (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora