Perderte

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Pov Marilyn

Horas antes...

Salí del palacio al despedirme de Poché y subí en mi camioneta.

—¿Se lo tomó?— Me preguntó Nicholas desde el puesto del conductor.

—Todito.— Dije contenta.

Él sonrió.

—Perfecto, esperemos la señal de Adela.— Asentí.

María José había creado (sin saberlo) la oportunidad perfecta para nuestro plan.

El sedante que le había dado duraba bastante tiempo y era completamente efectivo. No despertaría en un buen rato.

Una llamada entrante nos alertó.

Aquí Alex, las cámaras están desactivadas.— Nos avisó

Bien.— Alabó Nicholas muy feliz.

—Adela estará a unos metros de la salida del palacio, ahí te espera, Nicholas.— Avisó y el castaño asintió.

—Entendido, hasta luego.—

Alexander llevaba horas tratando de hackear las cámaras de seguridad del palacio, y por fin lo había logrado después de tanto.

—¿Tienes todo?— Me preguntó y asentí —Bien, déjalo ahí. Nos vemos pronto.— Se despidió y salí de la camioneta con una sonrisa victoriosa.

La camioneta aceleró y la vi alejarse de más en más.

—Perfecto.— Dije volteándome y observando nuevamente la entrada del gran edificio.

Al entrar con mucho cuidado me di cuenta de que María José no estaba más en el salón.

María ya estaba descansando al igual que los padres de Poché, por lo que no tenía que preocuparme por ninguno de los tres.

Subí con cuidado las gigantes escaleras y me dirigí a su habitación.

Al entrar sin hacer mucho ruido, me pude percatar inmediatamente de que el cuerpo de Poché descansaba plácidamente encima de la gran cama, sonreí completamente fascinada por lo que estaba viendo.

Pov Adela

Escuché el motor de una camioneta acercarse y me escondí por precaución detrás del gran arbusto en el que estaba.

—¿Adela? ¿Estás ahí?— Susurró a quien reconocí como Nicholas.

Salí del arbusto causándole un pequeño susto y luego me subí en la camioneta, él me igualó y fue al lugar del conductor.

Rápidamente me desvestí quedando solo en ropa interior para ponerme el vestido igual al de Marilyn esa noche. Sentí la mirada atenta de Nicholas por el espejo retrovisor, pero poco me importó.

"Idiota" pensé.

—¿Se te perdió algo por aquí mi rey?— Le pregunté burlona aún sin mirarlo, por el rabillo del ojo vi como se espabiló y dejó de mirarme.

—Disculpa.—

Al terminar de ponerme el vestido, arreglé mi cabello y lo peiné de la misma forma que mi cómplice de esa noche.

—¿Que tal me veo?— Le pregunté a Nicholas —¿Es creíble?—

—Completamente, además es de noche, no se ve casi nada.— Asentí y él puso en marcha nuevamente el vehículo.

Las cámaras de vigilancia del portón de entrada del palacio ya habían sido interceptadas por Max, así que no teníamos preocupaciones.

—Buenas noches señor Leclerc y señorita Holmes.— Nos despidió el guardia en turno y Nicholas solo asintió para seguir con el camino.

Coincidimos (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora