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❝Su elegante acompañante❞
Normalmente los días en la oficina suelen ser tranquilos, pero hoy no era un día común, algunos de sus miembros más jóvenes estaban demasiado nerviosos.
La razón, el jefe de la Port mafia, el mismísimo Mori Ougai, se encontrarán con él en pocos minutos, y solo por razones de seguridad decidieron enviar a Haruno y Naomi a cuidar a los hijos de oda.
Cuando Mori hizo presencia los detectives se llevaron una grata sorpresa al ver que este no estaba acompañado por nakahara chuuya y otros de sus subordinados, con el solo se encontraba una sola persona, la cual tenía un aspecto un poco cuestionable, su cabello era castaño y un poco ondulado, su piel era pálida, casi alcanzando los tonos enfermizos y para completar su outfit estaba envuelto en vendas, pero eso no hacía de lado el hecho de que esa extraña persona era increíblemente elegante.
Durante el transcurso de la reunión el castaño permaneció sorprendentemente quieto y callado con la cabeza gacha.
_ Fue un placer hacer negocios con usted Fukusawa- dono _
_ Me gustaría poder decir lo mismo _
Cerraron el trato con un ligero apretón de manos, Mori decidió que era tiempo de irse y llamó la atención de su protegido para que también se despidiera.
Cuando el castaño dirigió su atención al grupo de detectives el aire a su alrededor se volvió tenso, muy tenso, sus ojos eran profundos y oscuros, muy oscuros.
Atsushi podría jurar que esa persona no lo estaba viendo a él, si no que estaba mirando directamente a su alma, el y muchos otros podrían compartir la misma opinión.
Sin embargo lo único que oda vio, fueron unos profundos ojos oscuros llenos de absoluta tristeza y soledad, él vio a alguien el cual había cambiado su propia tumba, alguien quien había pedido ayuda a gritos pero nadie acudió a su llamado.
El castaño inclinó ligeramente la cabeza simulando una pequeña reverencia.
◑♢◐
Oda tenía un nudo en la garganta, tenía la sensación de haber visto a ese hombre antes, confirmó sus sospechas cuando el castaño lo miro con algo parecido a la nostalgia.
En ese momento sintió que había perdido algo importante, pero aún no sabía el porqué
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