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❝Los vestidos son bonitos❞
A la doctora Yosano le encantaba consentir a su pareja, comprándole cosas bonitas o haciendo comida de su preferencia.
Una bonita tarde en Yokohama, yosano caminaba por el centro comercial, cuando un bonito vestido negro con detalles dorados llamo su atención, sin dudarlo lo compro, ya sabía que tipo de uso le daría.
Lugar: Dormitorio de la agencia de detectives Hora: 7:45 pm
Yosano se encontraba en el dormitorio de su pareja Naomi, el Tanizaki mayor no se encontraba y al parecer no aparecería hasta el día siguiente, la estudiante parecía un gato, acurrucada en el regazo de la mayor mientras la misma repartía caricias en su bonito y largo cabello, permanecieron en un silencio agradable que la doctora decidió romper.
_ Hoy te compre algo muy bonito _ dijo la doctora con voz suave mientras tomaba la mano de su pareja y repartía pequeños besos en ella, tomando de inmediato la atención de la menor, quien miraba con emoción y cariño a la mayor.
_ Me gustaría que te lo probaras _ dijo la mayor quien soltó las manos de la peli-negra para entregarle una bolsa de colores pasteles.
La pelinegra recibió con emoción la bolsa que la doctora le dió, ya tenía una pequeña idea de lo que podría ser, con gran entusiasmo se puso de pie para seguidamente correr al baño, acción que le causó gracia a la doctora.
_ No te vayas _ dijo la pelinegra quien la señaló acusatoriamente para volver a entrar al baño.
Con una gran sonrisa la doctora se acercó a una pequeña radio para encenderla, de la emisora salía una bonita tonada, era tranquila y elegante dándole un toque especial al ambiente.
No mucho después la peli-negra salió del baño
_ Tarán!! _ expresó la menor con los brazos ligeramente alzados mientras daba una pequeña y lenta vuelta. La doctora se acercó para abrazar a la menor.
_ Te ves muy bonita _ susurro la mayor en su oído, mientras acariciaba el bonito cabello de su pareja, Naomi posó sus manos en la espalda de Yosano de manera suave, pasaron minutos abrazadas hasta que Naomi se empezó a mover ligeramente siguiendo el calmado ritmo de la música, a los segundos Yosano le siguió el paso.
Terminaron bailando el resto de la noche
Eso es lo que a Yosano le gustaba de pasar tiempo con la menor, ya que con ella algunas cosas simplemente suceden porque sí.
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