°one shots°

🎋16🎋

°Consuelo°

❝hwksvbsks❞

Cuando despertó pudo sentir el frío metal contra su piel, eran las 5 de la mañana, y podía sentir que ese día sería particularmente diferente.

Llegó a la sede, no había mucha gente, solo unas cuantas personas moviéndose por todos lados, ignorando a todas esas personas se dirigió al ascensor, presionó  el botón del último piso. 

Mientras subía hizo una lista mental de cómo había sido su mañana hasta ahora, cuando estaba en camino hacia la sede un perro intentó morderlo, no sabe la razón, tampoco le interesa, pero para su fortuna el perro terminó sin una pata y se siente orgulloso de ello.

Y se sintió mucho más satisfactorio cuando un niño se acercó al cuerpo de ese "repugnante animal" llorando porque su perro estaba muriendo.

No sabía el momento en el que había llegado a posicionarse delante de las grandes puertas, en medio de los 2 guardias, sin esperar a que una de las dos personas abriera la puerta paso sobre ellas y entró en la oficina.

Mori estaba cómodamente sentado frente a su escrito, y frente a él había una larga y delgada caja negra, cuando abrió los ojos y lo vio se tranquila sonrisa se transformó en una asquerosa mueca de felicidad.

_ Dazai-kun que gusto verte tan temprano _ sonrió más ampliamente mientras tomaba la caja en sus manos y se acercaba al castaño.

_ ¿Sabes qué día es hoy cariño? _

_ ….. _ Lo único que pudo pensar era que ese dia era importante para Mori, por alguna razón.

_ Hoy es 19 de junio, y tengo un pequeño regalo para ti _ Sus ojos se abrieron, pero no lo suficiente para detonar sorpresa, ahora la mayoría de sus acciones tenían algo de sentido.
  
_ Vamos ábrelo, lo compre especialmente pensando en ti _ a ojos del castaño la sonrisa del mayor era la más asquerosa que había visto, pero no podía refutar, no sabiendo las consecuencias.

De forma lenta tomó la tapa del regalo que aún sostenía Mori, al retirarla la dejó caer suavemente sobre el piso, metió sus manos dentro de la caja jalando suavemente el delicado material dentro.

Era un vestido, un vestido rosado con volantes, al ver con más profundidad hacía la caja pudo distinguir un pequeño delantal blanco y lo que parecía ser ropa interior.

_ Quiero que te lo pongas _ El mayor rompió el silencio, sacando al castaño del trance en el que se encontraba, el menor tomó el vestido entre sus manos mientras se daba la vuelta, buscando un lugar donde vestirse, antes de siquiera dar un paso Mori lo tomó fuertemente de la muñeca.

_ Parece que no me entendiste, quiero que te lo pongas… pero frente a mi _ podía sentir cómo todo su cuerpo se tensaba, la mano del mayor se aflojó y subió hasta su cara acariciando cariñosamente se mejilla, como acariciaba sus mechones castaños hasta finalmente llegar al vendaje en su cara.

_ Quiero que todos los vendajes se vayan, escuchaste cariño _ El castaño asintió, muy lentamente como si todavía estuviera asimilando la información.

_ Feliz cumpleaños, shuji-kun _

◑♢◐

Eran las 3 de la mañana cuando escucho un pequeño y débil golpe en su puerta.

Cuando la abrió esperaba a cualquier otra persona, no al triste y deteriorado niño que estaba de pie frente a su puerta, tenía un vestido rosado y sus piernas temblaban, sin hacerlo esperar demasiado lo dejó entrar, lo sentó en un mueble, busco el más cómodo para no lastimar al menor no sabía lo que le había pasado, pero sí sabía que el problema había afectado sus piernas.

Se dirigió al baño con rapidez para prepararle un baño, el agua no estaba muy fría ni muy caliente a opinión de oda estaba perfecta, rápidamente se dirigió hacía la sala donde se encontraba el menor, lo ayudó a ponerse de pie y pudo ver algo que no le gustó.

Por las piernas temblorosas del menor se escurría un líquido blanquecino y no tenía puestas sus vendas, por esos dos factores el pelirrojo pudo asumir lo que le había pasado al menor, estaba molesto, muy molesto, no con el castaño si no con la persona que le había hecho eso a un niño, un niño con la vida arruinada.

◑♢◐

Osamu estaba dormido, tenía algunas vendas pero no las suficientes para cubrir todo su cuerpo.

Oda estaba sentado en el borde de la cama, acariciando suavemente su cabello, en un principio iba a retirar su mano, pero al ver al menor inclinándose a su toque decidió que era mejor quedarse ahí, dándole consuelo al menor y preparándose por si en algún momento el castaño despertaba exaltado por alguna pesadilla.

Afortunadamente eso no pasó.