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Empecé a abrir con desesperación aquella caja de comida que emanaba un olor delicioso,causando que el interior de mi boca comenzará a salivar. Comenzé a masticar con ímpetu el primer bocado ante la atenta mirada de fastidio del demonio que me había traído aquellos alimentos. Su mirada estaba clavada con asco y furia en mí, mirándome como si fuera basura,pero con toda la hambre que tenía eso era lo que menos me importaba en el momento,poniendo toda mi concentración en saciar mi apetito.
-Eres realmente desagradable...- Daki parecía fastidiada ,pero solo me dedique a disfrutar mi comida,ignorando por completo el insulto,parecía que aquella mujer no podía abrir la boca sin decir algo hiriente o molesto sobre alguien o algo,era un poco estresante sinceramente. Pero mi mente bloqueaba cualquier pensamiento,estaba demaciado exhausta,todas las noches me dormía sentada a causa de las fajas que me tenían encadenada,los múltiples dolores de espalda y piernas me acechaban durante el resto del día,ni siquiera la hora de dormir era mínimamente agradable.
-Recuerda que esa comida no es gratis,quiero que termines rápido y después te vas a dirigir hacia la casa Kyogoku a hablar con la mujer.- Solté una pequeña risa entre labios,no había necesidad que me recalcara que no era gratis,las heridas y el cansancio en mi cuerpo ya me lo estaban gritando,ya había pasado una semana completa dónde todas las noches el demonio me obligaba a estar con el,era como una tortura diaria.
Empecé a beber de la botella de agua que me habían dado junto con la caja de comer,echando un suspiro después de sentirme completamente llena como hace muchos días no me sentía,ellos me daban de comer una vez al día,solo en la noche,por eso mismo en la mañana y en la tarde estaba sufriendo hambre.
-¿Qué es lo que se supone que deba de decirles?.- Voltee mi mirada hacia ella,como el demonio de nombre "Gyutaro" no estaba,la desagradable mujer era la encargada de mandarme a esas "misiones",era realmente grosera e insoportable,pero por lo menos no una depravada como el que se suponía que era su hermano,la prefería a ella.
-¿Y que mierda voy a saber yo?,mi Onii-chan es el que está haciendo todo eso,yo solo me encargó de que no sueltes la lengua.- En lo que ella decía se notaba que no estaba interesada en lo más mínimo de poner su parte, su tono de voz de desagrado parecía como si ella le estuviera haciendo un favor a él,"su fuerte no es pensar",se me pasó por la cabeza.
-Supongo que le diré lo mismo que la otra vez...nada más.- Después de comentarle eso a la mujer empecé a estirar mi cuerpo,el dolor por todo lo que pasó la madrugada de ayer con aquel demonio me había estado castigando desde que me desperté,solo que quedaba rogar por qué la segunda vez no vuelva a ser así de desagradable y dolorosa,ya que tener por lo menos una mínima de esperanza de salir de este infierno,sería pedir un milagro.
-¿Y me voy a ir así?.- Le pregunté a la vez que me paraba con el único vestido que me habían dejado esos dos,el cuál cómo había recalcado antes,era horriblemente corto,y la noche no era una de verano precisamente.
