☽︎𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘:𝚅𝙸𝙸𝙸☾︎

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Estaba quitandome el kimono que me había entregado Daki,al ver otro vestido sobre la mesa como el que anteriormente me había dado Gyutaro me dió a entender casi al instante que me lo pusiera

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Estaba quitandome el kimono que me había entregado Daki,al ver otro vestido sobre la mesa como el que anteriormente me había dado Gyutaro me dió a entender casi al instante que me lo pusiera.

No iba a poner resistencia a esto,no tenía caso,para ser sincera,ya me daba igual,después de todo eso es lo que e estado haciendo en mi vida todo este tiempo,solo que de una manera diferente,antes entregaba mi vida,alma y cuerpo para ser cazador,cosa que no deseaba y lo hacía solo por el miedo a decepcionar a mi familia.
Ahora estoy al igual que antes, entregando mi cuerpo,vida y mente,todo por salvar a aquel niño,cosa de la cuál no me arrepentía,ni me arrepentiré.

De alguna manera desarrollé una clase de sentimiento maternal sobre él,no sé el porque, ni el cómo,pero al verlo sentía la necesidad de ayudarlo,de que me contará sus problemas,de ser como una madre para él,de pasar bonitos momentos para que él se olvidará de los días malos.
Tal vez sea por qué en el fondo,lo veía como una terapia para mí misma,haciendo lo que hubiera querido que mi madre o padre hicieran conmigo,sacrificándome y amándolo como hubiera deseado que ellos me hubieran amado.

Solté un suspiro pesado,¿Que más daba?,ahora estaba en esta porquería de lugar,esperando por algo de compañía por más patética que sea.
Empezé a recostarme  sobre la pared,cobijandome un poco sobre el futón que me habían traído la noche anterior,sentí un gran alivio al ver que por fin iba a tener un lugar donde descansar decentemente.

Aunque mi sentido del tiempo estaba muy distorsionado por lo aislada que me tenían,podía calcular que llevaba diez días secuestrada,no era mucho,pero ese tiempo se sentía como semanas,solo teniendo para distraerme mis propios pensamientos.

Había pasado un día desde que platiqué con Hinatsuru,estas noches no había llegado el demonio por razones que desconozco,pero me hacía sentir extremadamente sola y aburrida,obligandome a platicar con mi misma sombra.

Aquella soledad se sentía cómo una tortura,que iba desgastando mi cordura lenta y dolorosamente,las noches dónde lo único que hacía era vagar entre mis pensamientos se sentía como estar en medio de el inmenso océano,sin una dirección,en medio de una tormenta y solo siendo acompañado por tu barco y algo de comida,esas noches se sentían tan monótonas que me llegaban a deprimir.

Tan deprimente que el dolor que los abusos del demonio ya no parecían problema,con tal de escuchar algo más en la habitación que mi propia respiración.

Todo eso no quitaba el repudio que sentía hacia ese ser,pero el mayor miedo que e tenido a lo largo de mi vida es la soledad,tanto pavor le tenía que aceptaría cualquier compañía,incluso la de mi peor enemigo.Ese miedo y complejo fue participe del porque aunque llegaba a sentir odio por mi familia,jamás me separaría de ellos,aunque mi piel este roja y palpitante por las heridas y mis ojos estén cansados de tanto llorar a mares por esas palabras tan hirientes que rezonaban una y otra vez en mi cabeza,nunca los dejaría,no podía,mi dolor iba a ser peor,así que me propuse a aprender a aguantar,aguantar insultos,aguantar torturas,aguantar discursos manipuladores que me rebajaban para poder moldearme como ellos quisieran.

Última oportunidad➪𝐺𝑦𝑢𝑡𝑎𝑟𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora