Estoy perdido y alguna vez fui un caballero.
Mírame en el apocalipsis.
Mi culpa europea, esperando solución inmediata.
IAMX –Volatiles times
Sorel se lanzó a los brazos de Aarón una vez que estuvieron solos para su ya acostumbrada charla de los domingos al finalizar la misa. El sacerdote lo apartó rápidamente y empezó a caminar por el lugar, dándole la espalda.
—«...Por eso los entregó Dios a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra la naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío». Romanos, capítulo uno, versículos 26 y 27.
—Qué machista, homofóbico y binario es su libro antiguo de historias fantásticas...
—«Por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios». Romanos 2, versículo 5. —Sorel no hizo caso de las palabras y abrazó a Aarón por la espalda, pero el sacerdote se desembarazó de él, rápidamente.
—He deseado abrazarlo durante toda la ceremonia...
—Pues no deberías. ¡Comulgaste! Sorel, ¡comulgaste! No puedes hacerlo si estás en pecado. ¿Ignoras eso? —Sorel lo miró, más serio esta vez.
—¿No estamos todos en pecado?
—Sabes a lo que me refiero.
—Aarón... solo quiero ser parte de lo que usted hace...
—No debes comulgar más.
—Está bien.
—Y tampoco puedes abrazarme más... ni besarme —agregó en un susurro.
—Eso no está bien.
—¡Lo que hicimos es pecado ante los ojos de Dios!
—Le pregunté si debía alejarme y no respondió que lo hiciera.
—Te lo digo ahora: aléjate, Sorel. —El joven se lanzó a los brazos de Aarón y empezaron a forcejear un poco.
—¡No haga esto! Sabe que también le gusto. —Aarón lo empujó haciéndolo caer en la pequeña silla.
—«...Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones... heredarán el reino de Dios». Corintios, capítulo 6, versículos 9 y 10. Es lo que ha dicho el Apóstol Pablo y...
—¡Cállese! No necesito que me hable de restricciones bíblicas ni que me diga que soy un pecador —exigió levantándose enfadado.
—No voy a volver a verte. Dejaré que continúes tus enseñanzas con el hermano Emiliano —Sorel lo miró con odio.
—Usted también comulgó, Aarón; también me besó, también le gustó hacerlo y lo sabe... —Se lanzó y robó un beso del sacerdote, uno corto, pero lleno de emociones que prácticamente los dejó jadeando a ambos—. Lo desea, admítalo.
—No importa, Sorel —respondió el sacerdote después de que limpió con su mano la saliva restante en sus labios. Esquivó su mirada ansiosa para no afrontar las palabras de quien lo atizaba como leña al fuego. Su cabello despeinado era muestra de la locura a la que sucumbía ante la insistencia de Sorel.
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Religare I [PecaminoSo]
RomanceAarón Loyola ha respondido al llamado de la fe, por lo que ahora es un sacerdote cristiano apostólico recién salido del seminario. Después de su segunda misa en la provincia en la que fue llamado a servir, recibe el encargo de una de sus feligresas:...