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Hoy presentamos: «Cupido Negro»
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Hoy en clase de la señorita Bustie, la maestra enseñaba cuentos literarios de romance por el día de los enamorados, no creías que este día te emocionaría tanto, pues nunca lo habías querido celebrar debido a que se te hacía un día aburrido, tampoco tenías con quien celebrar ese tema del "amor" pero, en todo París se respiraba amor ese día.
Mirabas desde lejos al rubio de tus sueños con una leve sonrisa, quién fue reprendido ya que parecer no estaba escuchando la clase, pero él lo había entendido todo a la perfección, al igual que tú y toda la clase.
El timbre había sonado y era hora de irse, al ver al rubio botó la nota, querías saber que había escrito durante toda la clase, pero la azabache se puso del lado del basurero esperando que todos salieran, ya sabías que ella quería leer lo mismo que tú.
──¿Marinette, no vienes?── preguntó la morena desde la salida.
──Tu sigue, yo te alcanzo── sonrió nerviosa.
Tal vez y después de todo, Adrien seguía enamorado de la súper heroína de París. Suspiraste y seguiste tu camino hacía la salida con el pelirrojo, pero te quedaste fuera para oír y quitarte tus dudas; luego de las burlas de la rubia hacía la azabache, te quedaste muy cerca de la puerta para escuchar todo.
"¿Como le digo a mi corazón que se calme?,
Si cada vez que te veo no puedo hacer que sus latidos por ti paren,
Me tienes despierto, día y noche,
Dispuesto a salir corriendo a verte,
Me tienes descontrolado,
Siempre quiero estar a tu lado,
Si te pido que escapemos juntos ¿Lo harías?,
Y si te pido que seas mi novia ¿Aceptarías?"
La azabache leyó todo el poema que la hizo sentir realmente enamorada por aquellas palabras, sintiendo que aquel chico que había escrito el poema se había "desnudado" espiritualmente, lo mismo sentiste tú. Ese poema había sido modificado, sabías que las palabras no eran las mismas desde que viste el episodio y claramente, no hablaba de la súper heroína, al menos eso parecía. Sentías que esas palabras eran para ti, tu corazón se volvía loco tal y como él de aquel escritor del poema. Al ver que la azabache saltaba de la emoción pensando que era para ella, tú corriste a la salida para que no te viera que la espiabas.