XXIII

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-Ya van cuatro días que no sabemos nada de Jake y tú ni le llamaste- Heeseung estaba confundido por el actuar de Sunghoon, pensó que al día siguiente de lo que Jake se fue, lo buscaría y arreglarían las cosas, pero no, Sunghoon siguió con sus actividades diaries sin siquiera preguntar sobre su mayor.

-Debe estar bien- era de mañana, se estaba preparando un café con leche como todos lo días.

-¿Qué? Pero... ¿no que Jake te importaba? ¿No que lo amabas?

-Sí, pero yo a él no le importó- sacó su teléfono chateando con sabe quién.

-No entiendo de que estás hablando.

-Del artículo, ese maldito artículo, ¿a Jake le importó? No, ni una pizca como para al menos mencionarlo.

-Pero... ah... Sunghoon, ¿a dónde irás todos los días a casi la misma hora? ¿Por qué nunca le dijiste a donde ibas?

El menor se quedó callado.

-¿Acaso es cierto lo de aquel artículo?

-¿Qué? No, me encontraba con mi hermana, eso es todo, vino a Seúl una semana para tramitar algunas cosas de mi graduación y demás.

-¿Y por qué no se lo dijiste? Jake confiaba en ti y lo digo en tiempo pasado porque ahora no los sé, si no hiciste nada malo ¿Porqué lo ocultaba? No te entiendo, dices amarlo y quererlo, pero no tienes la suficiente confianza como para decirle la verdad.

-No preguntó en ningún momento.

-Porque tenía la esperanza de que tú le digas, vamos, todos sabíamos lo mucho que le estaba molestando e inquietando que no digas ni una palabra a dónde vas- sacó su teléfono entrando al artículo -Sé que una es tu hermana, pero hay otra chica que te está abrazando en esta fotografía ¿Por qué nunca le dijiste quién era? Si según tú no es nada malo.

-Al principio pensé que se enojaría, que se molestaría.. después quise que me volviera a preguntar, que no se rindiera con solo una pregunta, pero lo hizo, no volvió a preguntarme a dónde estaba yendo, quién era ella... no volvió a poner ni un gramo de atención en mi.

-Sigo sin entenderte. 

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-Gracias- Jake volvía a su alojamiento, la empresa lo llamó para hacerle unas propuestas sobre su look.

Ahora estaba con el pelo rubio y un nuevo piercing en la oreja derecha.

No se opuso, mas bien se emocionó, ya hace un tiempo que quería cambiar algo en su estilo, fue lo único bueno en esos cuatro días, lloraba cada noche, cada que veía la manilla, pero no se atrevía a quitársela, tenía la esperanza  de que Sunghoon también estuviera con esta. 

¿Y si es verdad?

Si no lo fuera, Sunghoon no tenía razón para ocultarlo ¿o sí? No lo sabía, quería hacerlo, quería preguntarle quién era esa chica, quería saber la razón por la que ya no dormían juntos, quería saber a dónde iba casi cada tarde.

Le estaba causando tanta inseguridad saber que no es suficiente para Sunghoon.

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-Esto es tan confuso...- Sunghoon miraba el techo de su habitación, aquella que se sentía tan vacía tras la partida de Jake, aquella que parecían solamente ser cuatro paredes y una puerta.

Quería ver a Jake, quería hacerlo más que cualquier cosa... pero también quería que Jake le preguntará sobre ese artículo ¿En verdad importaba tan poco como para ni importarle?

Quería besarlo, abrazarlo y otras muchas cosas, pero en ese momento no se decidia si buscarlo o esperarlo.

No sabía lo que Jake quería, talvez en verdad quería espacio, o talvez lo estaba esperando, no lo sabía.

Al demonio, extrañaba a Jake, talvez quiero verlo, talvez no, pero trataría de enmendar las cosas, lo buscaría y explicaría todo eso que Jake le preguntó hace unos días y con suerte él también lo extrañe. 

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Jake estaba algo decidido a volver a casa, pensó que ya era tiempo, pero el miedo lo acobardó, ¿Y si Sunghoon seguía molesto? Talvez era mejor quedarse hasta que Sunghoon decidiera buscarlo...

-Te extraño- las lágrimas seguían brotando por sus ojos. 

Salió del hotel, tan solo llevaba un pequeño bolso donde estaban cosas que se compraron esos últimos días, un cambio de ropa, cepillo dental, shampoo. 

Eran las 6 de la tarde, el atardecer no se tardaría en llegar, las calles estaban vacías, claro todos seguían en sus trabajos y escuelas siendo jueves, las calles se llenarían a eso de las 8 de la noche, pero por el momento estas estaban vacías.

Caminaba cerca de un parque, con los ojos llorosos, sus piernas temblaban al igual que sus manos, su cabello rubio se mecía con el tenue viento que soplaba a esa hora.

Se limpió los ojos con su muñeca, pero no esperó que de alguna forma la manilla se rompiera cuando hizo aquel acto. 

Entonces las palabras de Sunghoon retumbaron en su cabeza.

"Simboliza nuestro amor"

Se quedó mirando aquella manilla rota en el suelo, las perlas estaban esparcidas en el suelo, el dije estaba quebrantado, su mirada era perdida y melancólica, aunque las lágrimas no paraban sus sollozos si lo hicieron.

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-Ya vuelvo- Sunghoon tan solo avisó a la primera persona que se encontró, tan solo pronunció esas palabras y salió sin hacer caso a las preguntas de su compañero, Ni-Ki.

Salió realmente sin saber a dónde ir, caminaba sin rumbo esperando poder encontrarlo como si esperara alguna clase de señal.

¿Por qué no te seguí cuando azotaste la puerta?

Preguntas como esa rondaban en su cabeza.

Eran las 6:12 en su reloj, estuvo caminando casi dos horas, se sentaría un momento en un parque cercano para poder retomar energías, cruzó una cuadra y dobló una esquina, tenía tres botecitos de leche de fresa en una bolsa, ya cuando llegue  al parque se sacaría un momento el barbijo para poder beberlas.

No esperó encontrarse a quién parecía ser Jake, no podía ver bien su rostro por su mirada baja y barbijo además que estaba con el pelo rubio así que era incierto para él.

Se acercó un poco más confirmando que era él, al parecer se había teñido el cabello.

-Jake, por fin te encuentro, lo siento, siento mucho, perdona por no haber ido por ti cuando cruzaste la puerta.

El ahora rubio no le hizo caso, tan solo temblaba levemente mirando el suelo, así que de igual forma lo hizo, ahí vio la manilla rota e inmediatamente se arrodilló para recoger las piezas caídas. 

Jake se separó un paso para poder arrodillarse de igual forma y recoger las perlas que cayeron.

Las perlas, la cinta, el dije y la leche de fresa estaban en el suelo.

Ambos lloraban en silencio, pero ambas manos temblaban. 

-Jake...

Se lanzó a abrazar su cintura uniendo sus frentes.

Es y no culpa de ambos.

Después de todo, ambos somos novatos en el amor.







ᴘᴇʀᴅᴇᴅᴏʀ - ᴊᴀᴋᴇʜᴏᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora