El infierno de Dante 3 Yoonkook (Revenge)

Capítulo 18

Renacimiento

Yoongi marcó en su teléfono, el número que venía en la tarjeta que le había dado el doctor de Jungkook. Espero a que contestaran y lo hicieron después de tres pillidos.

—¿Hola? —respondieron en la linea

—Ah, hola. Habla Min Yoongi, el doctor Kim me dio su número. 

—Ah, si. Me comentó que alguien me llamaría. ¿En qué te puedo ayudar?

—Ammm... la verdad no lo se yo... es difícil de explicar, es... complicado

—¿Te parece si nos vemos en alguna cafetería y me cuentas? —preguntó la persona al otro lado.

—Si, estaría excelente. ¿Mañana a las ocho?

—Perfecto, te veo en la cafetería del Norte.  Hasta mañana.

—Adios.

La cafetería en la que acordaron verse, no estaba tan lejos de la casa de Yoongi, de hecho solo le tomó quince minutos llegar a ella caminando.

Entró al local y buscó con la mirada a un hombre que vistiera pantalón negro de vestir y camisa roja de botones, según el hombre le había indicado por mensaje. Escaneo completamente el lugar hasta que lo encontró en una esquina ya bebiendo una taza de café.  Caminó hacia el y antes de tomar asiento se inclinó un poco.

—Buen día, soy Min Yoongi. —el hombre de algunos treinta y cinco años levantó la vista, era bastante atractivo, de facciones duras y ojos del color de las aceitunas, su cabello era listo, castaño y peinado hacia atrás, tenía una piel canela y parecía tener un cuerpo ejercitado, sus músculos se marcaban en su ajustada ropa.

—Oh, claro. Sientate por favor —Su voz era mucho más gruesa en persona, y tenía una clara seriedad en el rostro. —Soy el investigador  Lee, el doctor Kim es un viejo amigo y mío y me contó un poco sobre tu caso. Puedes explicarme detalladamente ¿qué es ese lugar, y que hace tu pareja allí? —Yoongi bajó un poco la mirada a sus manos en la mesa. —Que descortes, no te ofrecí algo de beber antes. ¿Gustas un café?

—Amm... claro, gracias. —El hombre levantó la mano y enseguida un mesero se acercó dejando una taza para Yoongi y café en ella. 

—¿Algo para desayunar, Yoongi? —ofreció el investigador

—No, estoy bien, gracias. — el mesero se retiró y Yoongi comenzó a preparar su café.

—Entonces, me decías. —Yoongi sirvió crema en su café y lo mezcló con una cuchara.

—Se trata de un colegio religioso, donde se suponía hasta hace un tiempo, solo asistían hombres, pero de un tiempo para acá comenzaron a meter niñas en sus aulas.  Su religión no tiene nombre porque es claro que no existe, les enseñan a ser sumisos desde que nacen, les meten ideas locas en la cabeza, como que el sexo está mal, la homosexualidad y todo eso. No les hablan de nada que tenga que ver con sexualidad. Pero eso no es lo peor de todo. —Yoongi comenzó a sacar algunas de las fotografías que tomó antes de que Jungkook regresara de china. —Los obligan a copular delante de estas personas que se hacen llamar obispos y un cardenal. Hombre y mujer adolescente deben hacerlo por única vez en su vida, para tener un hijo y luego él puede decicir formar una familia con ella y el niño nacido, o abandonarla a su suerte y convertirse en sacerdote y ambas cosas son bien vistas. —le mostró luego una foto de un obispo azotando a un hombre — los azotan solo por dudar de su fe o por cualquier cosa que no les parezca. A Jungkook lo llevaron a China por tres años luego de que descubrieran lo nuestro, fue una tortura y un proceso largo hacerlo darse cuenta de la maldad que habita en ese lugar y lo enfermos que están de la cabeza. Batalle muchísimo para que se diera cuenta que amarnos no está mal. Y cuando por fin lo logré , ellos se lo llevaron y lo torturaron hasta que lograron lavarle nuevamente el cerebro y me odió de nuevo. —guardó las fotografías y miró al investigador, quién tenía en su rostro una expresión horrorizada por las imagenes que se le mostraron. —Tuve que iniciar de cero para convencerlo nuevamente de la realidad. Pero siento que todo esto lo ha dañado tanto que... le generó enfermedades mentales. Tuvo esquizofrenia y casi estoy seguro de que aun la tiene pero no me lo quiere decir, y además creo que... está creando una segunda personalidad, si no es que ya la creo porque a veces me habla como si no fuera él.