Capítulo 23

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El cuerpo de Jungkook, comenzó a sentirse intranquilo dentro de Suk Ahn a medida que se acercaba al hoyo oscuro donde todo ocurrió.

—Mierda, controlate. —Se golpeó la cabeza a sí mismo —No nos va a pasar nada, de eso me encargo yo.

El cuerpo de Jungkook se tranquilizó, aún en su inconsciecia, podía sentir el mal volviéndose fuerte, Suk Ahn podía sentir el miedo de Jungkook dentro de sí, y eso le causaba un poco de molestia.

Llegó hasta dónde la última vez, Jungkook le había cedido el control, estaba todo tal cual ambos recordaban, oscuro, con sangre en los pisos y paredes, y allí estaba la cama de piedra.

El cardenal estaba justo enfrente, acariciando un cerdo muerto, el mismo que llevó al centro del hoyo y lo tendió en el piso. Con una daga, idéntica a la que Jungkook escondía bajo su sotana, dio una tajada en todo el lomo del cerdo, la sangre salió a borbotones y llegó en forma de río hasta los pies de Jungkook, este hizo un gesto de asco y retrocedió dos pasos.

—Hijo, estás aquí nuevamente. Hoy tenemos un ritual de protección. —Jungkook hizo una corta reverencia.

—¿Qué debo hacer? —preguntó sin muchas ganas. El cardenal encendió velas blancas y las colocó al rededor del cerdo.

—Es día de sacrificio. —Dijo sin mirar al menor — Para recibir lo que deseamos, debemos dar algo a cambio. —caminó en reversa, alejándose del  cerco, levantando sus manos al aire y cerrando sus ojos, probablemente estaría dicienfo alguna estúpida oración inventada por él mismo.

—¿Qué tengo que dar a cambio si quiero el conocimiento de la verdad? —preguntó el pelinegro, a lo que el cardenal abrió sus ojos y bajó sus manos, interpretando la pregunta como conociniento a la verdad de la existencia o algo parecido, cosa totalmente erronea, respondió:

—El cuerpo o la muerte son la respuesta. Entrega tu cuerpo a cristo, si quieres saber la verdad, o entrega tu alma si quieres saber que hay después de la muerte. Dios te lo dirá todo.

—¿Cómo puedo entregar mi cuerpo a cristo? —El sacerdote sonrió

—Hay muchos medios, un sacrificio, es uno de ellos —dijo señalando al cerdo en el suelo, como si fuese una obra de arte —veneramos el cuerpo que se ofrece a nuestrio señor, lo adoramos y glorificamos, aún si es un animal.

—¿Hay... humanos que se han sacrificado de esta forma?

—Hay muchos tipos de sacrifico, este es uno honorable. Pero ¿porqué tanto interés? No estarás pensando en sacrificarte ¿cierto? —El cardenal rió y Jungkook le devolvió lo sonrisa

—No, por supuesto que no. Solo... es mera curiosidad.

El único cuerpo que voy a sacrificar, es el tuyo maldito viejo asqueroso.

—Hay otros medios, claro. Yo soy uno de ellos. —Se señaló a sí mismo, Jungkook entrecerró los ojos, comprendiendo lo que corría por la mente del cardenal. —Entregar tu cuerpo a mi, es entregar tu cuerpo a cristo. —Jungkook mantuvo el silencio por largo rato, su rostro estaba contrayéndose pero debía mantener la calma, debía ser astuto, parecer interesado, tal cual sumiso era Jungkook. —Si algún día te sientes listo para entregarte a lo divino, solo tienes que buscarme.

—Lo pensaré, muchas gracias por su sabiduría. —Hizo una reverencia.

—Bien, comencemos con el ritual, te enseñaré como honrar un sacrificio.
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Samuel trepó una de las bardas del colegio donde estaba, algunos de los vidrios rotos  que la rodeban, rasgaron su piel, pero nada dolía como las heridas en todo su cuerpo, en su rostro, todo producto de los severos castigos que estaba recibiendo desde que lo enviaron a China, pensaba en Jungkook y en que debió haber sufrido lo mismo que él, tal vez peor.

El infierno de Dante 3 Yoonkook (Revenge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora