Capítulo 27

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Dos semanas después

Sus dedos estaban tan magullados de tanto morderlos y rasgarlos con sus propias uñas, todo a causa del nerviosismo y ansiedad que diario sufría. Lo peor de todo es que lo mantenían drogado la mayoría del tiempo, apenas reaccionaba, comenzaba una crisis de histeria que atraía a los doctores y le daban su dosis de tranquilizantes o sedantes en el peor de los casos, así que ahora hacía lo mejor que podía por mantenerse tranquilo, y eso lo alteraba internamente, el no gritar y no dejar fluir sus crisis nerviosas, le hacia lastimarar los brazos y la cara.

Todo era tan confuso para él  y tan molesto, no le permitían mirarse a un espejo, le desespera no poder verse la espalda, pero cuando se tocaba, sentía heridas en él, era lo que lo mantenía con la confianza de que lo que recuerda es real, de que Yoongi es real.

—Es real, yo se que es real —dijo abrazando sus rodillas y mesiendose, sentado en el banco de madera del jardín del psiquiátrico dónde estaba. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, estaban hinchados porque no había día y noche en el que no llorara y deseara que todo fuera un sueño muy malo, no quería pensar en que estaba enamorado de un fantasma de alguien que no existe, es que todo aquello lo había sentido tan vívido que no podía creer que no fuera real. Su alma y mente dolían, necesitaba salir de allí, necesitaba una señal de que él no estaba loco.

Y por más que llamara a Jin, o Suk Ahn dentro de sí mismo, ninguno salía. ¿Por qué? Ambos lo habían torturado por años y ¿ahora lo abandoban? O eso quería pensar él.

Escuchó pasos sobre las piedrillas detrás de él, no se giró a ver pero cuando pa persona estuvo frente a él, se asustó.

—Hijo —Jungkook comenzó a respirar de forma agitada al ver a su madre sentada a su lado, esta quiso acercar su mano pero Jungkook se alejó.  —Vamos Jungkook, ¿qué ocurre? Soy mamá.

—N-no te me acerques, tu eres mala. —Su madre inclinó la cabeza.

—¿Otra vez imaginaste un pasado que no existe? Creí que ya lo habías superado.

—N-no... no es imaginado, es real. —lloró

—Cariño, sabes que entre más te aferres a que existen esos personajes ficticios, más tiempo de quedarás aquí.  Habíamos progresado bastante, de nuevo olvidaste todo y volviste a imaginarte al tal Yoongi. —el menor abrió los ojos.

—¿Dónde está él? ¡Dímelo! —la tomó de las manos —dímelo por favor —la mujer miró las manos de su hijo y las alejó

—Él no existe, incluso investigamos a alguien que tuviera ese nombre, pero no hay registros, es parte de tu imaginación.

—¡NO ¡NO! —gritó golpeándose la cabeza con sus dos palmas. —Es real, yo se que es real. Tengo las marcas de los azotes del cardenal, ¡los tengo!

—Te sedaron porque te estabas cortando a ti mismo.

—¡NO!, eso no es cierto

—Jungkook, tienes que entenderlo de una vez. —el menor negó —Nada de eso existe, nada. —Jungkook cubrió sus oidos no queriendo escucharla. —Mi niño, yo solo quiero lo mejor para ti, soy tu madre, y te amo. —El llanto del menor se convirtió solo en sollozos, sus ojos estaban abiertos, idos, su nariz estaba rojiza y ardía de tanto limpiarla, al igual que sus labios de tanto morderlos.

Sentía que estaba acabado, que todo había terminado, debía rendirse, tal vez todos tenían razón y estaba loco, eso debía ser, si no entonces porque no podía ver a nadie de quienes hablaba.

Todo eso hasta que a lo lejos, divisó una figura que reconocía, Taemin estaba allí, caminando de un lado a otro en un tramo corto. No dijo nada, no hizo movimiento de sorpresa, solo lo observó, tratando de que no se le perdiera de vista.

El infierno de Dante 3 Yoonkook (Revenge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora