El infierno de Dante 3 Yoonkook (Revenge)

Capítulo 30 (Final)

Suk Ahn lo sintió, el momento exacto en que Jungkook decidió irse, sintió el vacío en su interior, lo llamó varias veces pero no respondió. 

Se sintió exactamente igual que cuando él mismo desapareció al momento en que tomaron a Jungkook y lo encerraron en el psiquiátrico.

En ese momento no sintió nada, todo en sus recuerdos era solo, los golpes del cardenal, la mano de Seokjin sobre su cabeza y luego, ya estaba empujando al cardenal.

Había sido todo un poco confuso pero escuchó el llamado de Jungkook y salió.  Esperaba que pasara lo mismo en esta ocasión, pero no había señales del mayor.

—Mierda —susurró poniéndose de pie, ya que el dolor en su pecho había sido tan fuerte que cayó de rodillas. —Jeon Jungkook, desde un principio he querido que desaparezcas pero justo ahora no era el momento, maldición.

—¿Con quién hablas? —preguntó el cardenal al escucharlo balbucear. Suk Ahn lo miró con molestia, levantó una ceja y sonrió.

—Así que... ¿lo mataron? — preguntó refirienfose a Yoongi, el cardenal se encogió de hombros.

—Tal vez quieras que te enseñe dónde dejamos su cuerpo, puedes ir a averiguar tu mismo si sigue o no con vida —levantó sus manos mostrando indiferencia. —Suk Ahn negó 

—No, en realidad por mi está bien, no me servía de nada. —El cardenal entrecerró los ojos —¿Sabe lo que no está bien? —Dijo tomando galón y continuó rociando gasolina en los bancos —No está bien que viole niños —hechó el líquido en la mayor parte de su alrededor —no está bien que mate personas. —lanzó el bote vacío hacia el cardenal y cayó en sus pies —no está bien que obligue a las personas a fornicar para reproducirse —tomó una de las lamparas y la encendió —no está bien que mienta y se invente una religión que no existe. —Suspiró, mientras el cardenal retrocedía dos pasos —y sobre todo, no está bien jugar a ser Dios —lanzó la lampara y esta se quebró en el piso, al igual que en el almacén, la madera comenzó a quemarse rápidamente.

El cardenal retrocedió y apretó los dientes.

—Quemarlo todo no servirá de nada —buscó con la mirada, la forma de poder escapar, pero Jungkook estaba tapando la salida y había cerrado las puertas incluso.

—No quiero quemarlo todo, solo a usted. Es hora de ir a donde pertenecemos, arderemos juntos en el infierno.

—¿Vas a sacrificarte por matarme? —preguntó incrédulo

—Ya no tengo nada que perder, odio a mi familia, no tengo amigos, ni dónde vivir, Damian y Samuel se fueron, mataste a Yoongi, y haz hecho que Jungkook desaparezca, ahora solo quedo yo y no se nada sobre vivir. Así que no tengo nada más que hacer aquí. —el cardenal arrugó la frente.

—¿A qué te refieres con que Jungkook desapareció? —retrocedió nuevamente, el calor estaba ya quemando en su piel, Suk Ahn sonrió tristemente.

—¿Crees que Jungkook habría podido hacer todo esto solo? Claro que no, es tan cobarde que ahora se fue y me dejó a mí a cargo. —caminó hacia enfrente —de todas formas voy a morir e irme al infierno así que voy a disfrutar los últimos minutos que nos quedan. —de su ropa sacó la daga de plata y la empuñó fuerte.  —voy a desfigurarte y mientras agonizas, voy a quemarte.

Avanzó a grandes zancadas hacia el sacerdote, quien estaba cercano a la cruz, detrás del altar,  aprovechó el movimiento del menor para escabullirse por el otro lado y Suk Ahn se detuvo para alcanzarlo, pero mientras él se movía a la izquierda, el cardenal lo hacía a la derecha, y parecía que estaban jungando, y en algún momento podría alguien pensar que sería Jungkook un chiquillo teniendo miedo del anciano pedófilo frente a él, pero era todo lo contrario, el hombre mayor tenía miedo del sonriente Jungkook, o lo que sea que él fuera en este momento, porque estaba totalmente fuera de sí, parecía que había perdido totalmente la cabeza, no era más ese pequeño ingenuo al que podías persuadir y engañar con tan solo decirle "es pecado y a dios no le gusta", no, este era un  chico diferente y aunque no tenía cabeza para pensar demasiado en ese momento, no necesitaba de mucho para saber que se había vuelto completamente loco, el Jungkook que conocía no sería capaz ni de levantarle la mirada,  pero este... este parecía que no mentía al amenazarle de muerte.