XVI: Sorpresa

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"Sorpresa"

"Sorpresa"

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Niall

El sol en mi cabeza solo me provoca ganas de pegarme un plomazo en el cráneo.

Mientras observamos a Jamal golpeaar como la mierda a la pelota de golf.

—No, de esa manera no, Jamy. — Su tío está de visita, un tío lejano de los chicos el cual compartía la misma pasión por el golf que mi padre y Whitey Bulger.

Antonella aún no me perdona del todo y su rostro lo demuestra a la perfección. Sus brazos cruzados, su rostro enojado, su ceño fruncido, todo de ella demuestra su ánimo hoy. Y la niña, cual replica exacta de ella, también está muy irritable hoy.

Aunque su gorro de golf que la protege del sol, sus pequeños anteojos de sol rosa y su falda de golf para bebé la hace ver la niña más tierna del mundo, esa es mi hija.

Antonella no se queda atrás para nada.

Decidió demostrarme cuan enojada esta colocándose una falda que por poco no muestra sus glúteos y cargando una bebé parece la mommy más sexy del planeta tierra.

—Si no hubieras bebido tanto ayer en la noche, no te verías un jodido vampiro hoy. — Reprocha.

La bebé se quita a ella misma las gafas y juega a morder, llenar de baba y luego lanzar dichas  gafas al suelo, luego son recogidas por mi guardia.

—Este vampiro puede hacer muchas cosas.. — Susurro cerca de ella. —, no lo sé, morderte tal vez. ¿No? — La abrazo desde atrás mirando a la niña y tocando  el culo de Antonella con disimulo. 

—Ya basta, la niña esta aquí.

Ambos pares de ojos caen sobre la glotona de ojos claros que juega a intentar alcanzar mis cabellos o mis mejillas.

—Al regresar te daré la sorpresa finalmente.

—Dichosa sorpresa, nos tiene esperando días.. ¿No, hija?

—Bueno, porque es especial y sé que te va a gustar. — Sonrío delizando mis manos por su abdomen desde atrás. Pero es la primera vez que les dejo un regalo para más tarde, juro que no volverá a suceder preciosas...

—Si, eso esperamos. — Bromea. —, esperamos que papá no vuelva a beber de la manera que lo hizo, ¿No es así, Mia? Y que se comporte como un hombre decente, que siquiera se le haya cruzado por la cabeza tocar a otra mujer en esa noche de copas ¿No, Mia?

La niña se ríe, más no me queda que tomar su puño que quiere alcanzarme y dejar un beso allí. —No volverá a suceder, señoritas.

—Eso espero, que no vuelvas a aparecer de la manera en que lo hiciste. — me dedica una mirada tan amenazadora que siento algunos escalofríos.

𝐌𝐈𝐀 © [𝟐] [N.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora